Hacienda prepara una declaración de la Renta específica para las CCAA

expansion.com  Las comunidades deberán retratarse ante los contribuyentes. Permitirá comparar dónde es más barato residir y trabajar a la hora de rendir cuentas al Fisco.

La pelea política sobre la próxima financiación autonómica pronto se notará en el bolsillo de los contribuyentes. La nueva estructura de la Hacienda estatal impulsará cambios en la manera de rendir cuentas ante el Fisco. Principalmente, para los trabajadores y autónomos en su declaración del Impuesto sobre la Renta (IRPF).
El conseller de Finanzas catalán, Antoni Castells, y el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña

El conseller de Finanzas catalán, Antoni Castells, y el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña

A partir, de ahora, las comunidades autónomas se van a tener que retratar ante los contribuyentes. Es decir, dejar de ser los simples administradores del gasto público para justificar también que hacen con el dinero de los ciudadanos.

Hacienda estudia «introducir cambios en los modelos y programas de ayudas a fin de hacer más visible el carácter del IRPF como tributo cedido a las comunidades, en el que se distingan los importes correspondientes al Estado y a la comunidad», explica el proyecto de la reforma territorial.

En este sentido, la Agencia Estatal de la Administración Tributaria presentará una declaración única, que no deberá implicaar más trámites para el contribuyente, pero en la que se diferencia de forma clara el dinero que se paga al Estado y el que se queda en las arcas autonómicas.

Este modelo puede ser beneficioso, porque fomenta la competencia fiscal entre autonomías. Es decir, las comunidades que ya han bajado el tipo del tramo autonómico del IRPF (como Madrid o Murcia), piensen ampliar los mínimos exentos o añadir más deducciones, se posicionarán como regiones más atractivas para trabajar o ejercer una actividad económica. En sentido contrario, las autonomías más reacias a la bajada de impuestos deberán explicar a sus ciudadanos para qué utilizan el dinero extra que recaudan y si es necesario hacerlo.

Las regiones tendrán más decisión sobre sus tributos, pero se desincentivará que los bajen

En la actualidad, el Estado tan sólo gestiona el 21% del gasto público total –la Seguridad Social representa un 28,8%, pero se nutre de unas fuentes de financiación distintas al resto–. Pese a su reducido peso en la prestación de servicios públicos, recauda el 100% de los impuestos. En sentido contrario, las comunidades y los ayuntamientos prestan casi el 100% del gasto social (sanidad, educación, dependencia, inmigración, justicia, etc.).

Este esquema ha generado una imagen contradictoria a los ciudadanos. Las comunidades ponen la cara amable de la Administración, a través de sus servicios; y el Estado llama a la puerta cada mes de junio para recaudar los impuestos.

El problema, por tanto, no es otro más que la poca visibilidad que para los ciudadanos tienen las políticas de rebajas o subidas de impuestos que emprenden sus gobiernos.

La reforma de la financiación pone orden en este asunto. Aunque no será la única modificación en el Impuesto sobre la Renta. Las comunidades podrán elevar o bajar hasta un 10% el mínimo exento personal y familiar –siempre, sólo del tramo del impuesto que les corresponde, en el futuro, el 50%–.

La reforma cambia la percepción errónea del Estado como único recaudador de grandes impuestos

También tendrán la opción de establecer tramos distintos a los cuatro que posee el Estado, respetando siempre la llamada progresividad –no es otra cosa que un tipo de gravamen mayor para las rentas más altas–. Por último, podrán como hasta ahora fijar nuevas deducciones.

Todo esto es contradictorio con otras partes de la reforma lanzada por el Gobierno. El Gobierno abre la puerta a las rebajas de impuestos autonómicas, pero inmediatamente después, asegura que intentará «desincentivar la competencia fiscal a la baja» a la hora de repartir los ingresos. Es decir, penalizará a quienes reduzcan los impuestos.

Puertas abiertas a futuros cambios regionales
La nueva Declaración de la Renta que se prepara para dejar constancia de la tributación autonómica y nacional en el IRPF supondrá un avance en la capacidad de los ciudadanos de juzgar la política fiscal de sus mandatarios territoriales. Al igual que el hecho de que el 25% de la recaudación que le corresponde a cada región no se traslade a los mecanismos de solidaridad sino que se quede a disposición de la comunidad.

Pero, lo cierto es que resulta difícil desligar estas medidas del olor político que ha desprendido toda la negociación de la financiación autonómica. Un olor marcado por el contacto bilateral y permanente con Cataluña. Por ello, si se unen estas dos medidas y se les empalma una adicional, igualmente negociada en el Estatut catalán, la de la creación de agencias tributarias autonómicas, parece surgir un cierto aroma a futuras reivindicaciones que es posible que se vean emerger en no demasiado tiempo.

Por ejemplo, la de que, ya que el 25% va a acabar en la hacienda territorial y ya que hay una declaración de la renta diferenciada, pues ¿por qué no lo tramita directamente la autonomía todo, con sus equipos de su propia agencia, sin pasar por el Estado? De momento, nada de esto se refleja en el texto trasladado a las comunidades, pese a lo cual, no sería descabellado poner la pista sobre la evolución futura de estos cambios.

Las claves
- El Gobierno pretende introducir los cambios necesarios tanto en los «modelos», es decir los impresos, como en los «programas de ayuda» con el objetivo de «hacer visible el carácter del IRPF como tributo cedido», aclara el texto remitido a las CCAA.

- El Ejecutivo no oculta que pretende lograr un efectivo grado de «corresponsabilidad fiscal, de modo que los ciudadanos puedan reconocer fácilmente el impuesto que pagan al Estado y aquel que va destinado a su Comunidad».

- La diferenciación en los modelos y programas de ayuda a la Declaración de la Renta se amplia a las retenciones que realizan las empresas a sus trabajadores, donde también se podrá ver qué parte del IRPF cobra el Estado y cual la CCAA.

- La nueva reforma amplía la posibilidad de subir el IRPF de las CCAA y si elevan el impuesto quedará claro en el impreso de la Renta