LibertadDigital.- EL FRAUDE DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Capitalizar las pensiones permitiría a los jubilados cobrar 3.500 euros al mes.
Si Hacienda devolviera los 6.000 euros anuales que, de media, cotiza un empresario a la Seguridad Social y éste los invirtiera en Bolsa, el resultado sería sorprendente. Un jubilado cobraría 3.500 euros al mes -descontada la inflación- tras 30 años de trabajo y 7.500 tras 40.
Juan Ramón Rallo, director del Observatorio de Coyuntura del Instituto Juan de Mariana, en una entrevista para Telemadrid, enfatizó que el verdadero problema del sistema de pensiones público no es su sostenibilidad, sino su coste de oportunidad, aquéllo que los cotizantes y pensionistas actuales están dejando de ganar por estar sujetos a un sistema de reparto en lugar de un sistema de capitalización.
En un sistema de reparto lo que paga un cotizante es consumido directamente por un pensionista. En un sistema de capitalización, un cotizante ahorra para su propio futuro, y durante el tiempo de espera ese ahorro se capitaliza invirtiéndose en proyectos empresariales que benefician al resto de la sociedad.
El ahorro se invierte, ensanchando y alargando las estructuras productivas. Al final del período de maduración se recupera el capital revalorizado y el pensionista dispone de una pensión más cuantiosa, a menudo antes de los 65 años.
El verdadero problema: lo que dejamos de ganarRallo propone que el Gobierno permita elegir a los trabajadores con respecto a las aportaciones del empresario a la seguridad: aquellos que quieran que el montante sea destinado a la Seguridad Social permanecen en el sistema, aquellos que quieran administrarlo de otro modo, depositándolo en un fondo de pensiones o invirtiéndola directamente en bolsa, son libres de hacerlo.
En Chile se permitió escoger a los trabajadores y el 95% se salió del sistema de reparto para desplazarse a las pensiones privadas.
Rallo defiende la inversión en bolsa como la mejor opción, pero dice que corresponde al trabajador elegir. Ya existen 11 millones de persona en España con inversiones en bolsa, pero falta más cultura financiera y menos predisposición por el ladrillo. Rallo es co-autor del estudio Una Sociedad de Propietarios del Instituto Juan de Mariana, que anima a los jóvenes a planificar para su futuro y a convertirse en propietarios de empresas (invertir en Bolsa).
Benjamin Graham, el padre de la inversión en valor, señaló que la Bolsa en el corto plazo es una máquina de votar, pero en el largo plazo es una máquina de pesar. La idea es que en el corto plazo la bolsa se comporta de manera irracional y arbitraria, influida por circunstancias que son de difícil previsión, mientras que en el largo plazo la cotización tiende a reflejar el valor real de la empresa.
Al comprar una acción de una empresa con beneficios y buenas perspectivas uno deviene propietario de una parte de una compañía que genera riqueza y compone el crecimiento económico del país. La clave es hacer una estimación acertada del valor objetivo de la compañía y advertir momento en el que está infravalorada.
La Bolsa de Madrid tiene una rentabilidad histórica del 10%. El índice S&P 500 tiene una rentabilidad histórica del 9% desde 1871 (y del 10% desde 1923, que es cuando el S&P 500 fue realmente fundado). Esto significa que si hubiésemos invertido sólo 100 dólares en 1900 en las compañías de ese índice y hubiésemos ido reinvirtiendo los dividendos, hoy tendríamos medio millón de dólares (tomando la rentabilidad del 9% anual).