Gran éxito del primer vuelo del cohete europeo Vega(Foto: ESA - S. Corvaja, 2012)
Europa dispone desde ahora de un nuevo cohete de pequeño tamaño. El 13 de febrero, despegó desde Kourou el primer vector Vega. A bordo transportó nueve satélites, que fueron colocados en sus órbitas previstas.
La primera misión del Vega, denominada VV01, contó con una ventana de lanzamiento de dos horas, de 10:00 a 12:00 UTC (11:00-13:00 CET; 07:00-09:00 hora local), pero el lanzamiento ocurrió con toda puntualidad, a las 10:00 UTC.
Este primer vuelo debía permitir certificar el sistema Vega al completo: el lanzador, la infraestructura de tierra y sus operaciones, que abarcan desde la campaña de lanzamiento hasta la separación de los satélites y la desactivación de la última etapa. Todo ello se desarrolló perfectamente.
El ascenso se inició con la ignición de la primera etapa sólida, el motor P80, cuyo gran empuje permitió superar rápidamente la torre de despegue. Medio minuto después, había alcanzado la velocidad del sonido, finalizando su trabajo a 1 minuto y 55 segundos de la partida. El encendido de la segunda etapa (Zefiro 23) se efectuó también normalmente, para un funcionamiento de 87 segundos. Entre su separación y el encendido de la tercera etapa (Zefiro 9) pasaron 16 segundos, como estaba programado. Este motor actuó durante 129 segundos más, durante los cuales se expulsó la cofia que protegía a los satélites. La tercera etapa se separó a los 5 minutos y 47 segundos del lanzamiento, dejando paso unos segundos después a la activación del cuarto escalón, el módulo de propulsión AVUM (Attitude and Vernier Module), que está equipado con un motor RD-869 proporcionado por Ucrania y que actuaría en varias ocasiones. Su primera parada ocurrió a los 8 minutos y 45 segundos, con la carga ya en órbita. Seguiría entonces un período de unos 40 minutos de espera, que posibilitaría alcanzar el punto de la órbita adecuado para un segundo encendido, que la convertiría en circular, a 1.450 km de altitud, y con una inclinación de 70 grados.
El próximo paso sería la separación de la carga principal, el satélite LARES, hacia los 55 minutos de misión. Se trata de un ingenio italiano llamado Laser Relativity Satellite, pasivo y equipado con varios espejos, lo que permitirá usarlo para reflejar rayos láser emitidos desde tierra. El LARES, una esfera de 37 cm, dispone de 92 espejos y pesa 400 kg. Con él se efectuarán estudios sobre la teoría de la Relatividad de Einstein, entre otros objetivos relacionados con el campo gravitatorio y la geodesia. El LARES ha sido construido por la empresa Carlo Gavazzi Space para la Agencia Espacial Italiana.
Tras la salida del LARES, la etapa AVUM volvió a maniobrar, encendiéndose una hora y 6 minutos después del despegue. El objetivo sería reducir drásticamente la órbita, hasta los 350 km, punto de destino de los siguientes satélites. Su motor actuó durante algo más de 4 minutos. Su tercer encendido sería el último, si bien el sistema está diseñado para hasta un número de cinco.
Por fin, 1 hora y 10 minutos después del lanzamiento, se liberó el resto de la carga de la misión. El ALMASat (ALma MAter SATellite) es otro satélite italiano, proporcionado por la universidad de Bolonia. Pesa 12,5 kg, tiene aspecto cúbico y 30 cm de lado, y servirá para estudios tecnológicos relacionados con la captura de datos de forma remota. También incluye un sistema experimental pasivo electrodinámico para reingreso controlado en la atmósfera.
Los restantes pasajeros fueron siete nanosatélites, cada uno de 1 kg de peso, desarrollados por otras tantas universidades europeas: Xatcobeo (España), Robusta (Francia), MaSat-1 (Hungría), e-St@r (Italia), UniCubeSat GG (Italia), PW-Sat (Polonia) y Goliat (Rumanía).
El e-st@r ha sido desarrollado por estudiantes del instituto Politecnico di Torino y ensayará un sistema de control de orientación, así como algunos componentes y materiales comerciales.
Goliat, por su parte, ha sido construido por la universidad de Bucarest, de Rumania. Lleva una cámara y un detector de micrometeoritos, así como un medidor de radiación.
Hungría participa en la misión con el MaSat 1 (Magyar Satellite 1), de la universidad de Budapest, con el cual ensayará elementos de aviónica.
El PW-Sat 1 es un satélite polaco que desplegará un pequeño panel solar flexible.
En cuanto a ROBUSTA (Radiation on Bipolar Test for University Satellite Application), propiedad de la universidad francesa de Montpellier II, analizará el comportamiento de varios componentes electrónicos en el ambiente de radiación espacial.
Italia también ha proporcionado otro Cubesat, llamado UniCubeSat-GG (University CubeSat - Gravity Gradient), construido por la universidad de Roma (La Sapienza). Desplegará dos pértigas simétricas para generar electricidad y para estudios de orientación por gradiente gravitatorio.
Por último, el satélite español XaTcobeo, de 10 cm de lado, es propiedad de la universidad de Vigo y transporta una radio, un sensor de radiación ionizante y un experimento tecnológico sobre la apertura de paneles solares. En el proyecto ha participado el INTA.
Completado con gran éxito, este primer vuelo del Vega (VV01) marca el fin de nueve años de desarrollo por parte de la ESA, de la agencia espacial italiana (ASI) y del contratista principal del vehículo, ELV SpA. Vega es un programa opcional de la ESA en el que participan siete de sus Estados miembros: Bélgica, España, Francia, Italia, los Países Bajos, Suecia y Suiza. Ha sido diseñado para dotar a Europa de una capacidad segura, fiable y competitiva para poner en órbita satélites científicos y de observación de la Tierra de entre 300 y 2500 kg, en función de la altitud y del tipo de órbita requerido para cada misión. Este nuevo lanzador permitirá ampliar el rango de servicios de lanzamiento desde el Puerto Espacial Europeo, uniéndose a la flota formada por el lanzador pesado Ariane 5 y por Soyuz, que comenzó sus operaciones en la Guayana en octubre de 2011.
Tras este vuelo de certificación, el sistema Vega será transferido a Arianespace, encargada de sus operaciones. Esta compañía también será la responsable de introducirlo en el mercado internacional de servicios de lanzamiento, con un objetivo de al menos dos misiones por año. La ESA será uno de sus primeros clientes, con un pedido en firme de cinco lanzamientos.[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=661stn8c4hc&feature=player_embedded[/youtube]
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