En España, hace ya algún tiempo, dimos sepultura a la moneda nacional, la peseta, pasando a adoptar como moneda el Euro.
Me detengo a pensar, y me doy cuenta que no solo sepultamos a la peseta, la rubia, la chucha, la leandra, la pela, la cala, si no que también, sin querer hemos hecho enfermar a nuestro vocabulario. Es cuestión de tiempo que palabras derivadas de peseta pasen a mejor vida.
Ya no tendremos que mirar la pela:
Considerar con cuidado la opción más conveniente, antes de hacer un gasto.
Ni tendremos peseteros:
Dicho de una persona: Aficionada al dinero, ruin, tacaña, avariciosa.
En fin, que todo cambia y mientras a nuestro vocabulario habitual se estudia añadir palabras extranjeras, aquí otras empezaron con la llegada del euro su agonía