Nos quedamos con las ganas. Al final no pasó nada en la etapa reina de la Vuelta a Castilla y León, en las ascensiones al Alto del Peñón y a la Laguna de los Peces. Alberto Contador no aprovechó su terreno para recortar los 16 segundos que le sacaba su compañero Levi Leipheimer. El madrileño no va a poder conseguir su tercera victoria seguida en esta carrera. Sacrificó sus opciones en beneficio del estadounidense, un detalle que debe apuntar Johan Bruyneel de cara a poner el equipo a su disposición, sin condiciones, en el Tour, la Vuelta o la Clásica a los Puertos.
Porque Contador blindó el primer puesto de Leipheimer, ya que ejerció como su lugarteniente durante toda la jornada, especialmente en la subida final a la Laguna de los Peces, donde respondió al único ataque que podía poner en peligro al dúo del Astaná: el de David Zabriskie, tercero. También hay que decir que el ritmo que imprimió fue fortísimo, así que los otros once corredores que aguantaron con él no estaban para muchas alegrías.
El Bisonte. Aparte de los valientes que lo intentaron desde lejos (Gárate, Tondo, Azanza, Vande Velde, Fran Pérez, Sevilla y Bernabéu), el único que apostó por el triunfo fue Juanjo Cobo, que aceleró a dos kilómetros de meta, superó a Xavier Tondo, último superviviente de la fuga, y ganó en solitario en la cima. El Bisonte inauguró el palmarés del Fuji esta temporada.
Juanjo Cobo: "Al sprint no tenía nada que hacer"
"Vine con muchas ganas a Castilla y León, porque las sensaciones entrenando en casa habían sido muy buenas, pero me desmoralizó un poco la mala contrarreloj que hice el martes. Entre eso y que el puerto de San Isidro no fue significativo, no salía con la idea de poder ganar, y más viendo el nivel que hay aquí. Pensé arrancar a seis kilómetros, pero Contador puso un ritmo muy fuerte y preferí esperar un poco. A algo menos de dos kilómetros arranqué, porque llegando al sprint con Valverde y compañía no había nada que hacer".