Se llama Ryno y en ella el usuario se debe inclinar hacia delante para acelerar y hacia atrás para frenar. En cuanto a las demás funciones, se maneja como cualquier moto normal, de dos ruedas.
El prototipo del dispositivo ya es capaz de subir cuestas de 30 grados y recorrer unos 48 kilómetros sin repostar. La máxima velocidad del Ryno es de 40 kilómetros por hora, el tiempo de repostaje es de cerca de 90 minutos y el peso de 57 kilogramos.
Los sensores incorporados dentro del aparato están constantemente controlando el equilibrio de la motocicleta durante su movimiento. El sistema de monitoreo de la batería se presenta como una pantalla de colores. Con la batería llena la pantalla es de color verde, con un 25 % de la carga, amarillo y con un 5 %, rojo.
La primera versión de Ryno era una cosa simple, sin dirección y que dificultaba guardar el equilibrio sobre ella por lo que su versión fue sustituida tras cinco años de retoques por un sistema más novedoso con un manillar que facilita el manejo a su piloto.
En su ya tercera edición, la moto contaría con una batería extraíble que puede ser fácilmente recargada y sustituida, y también ofrece un freno de disco lo que permitiría alcanzar velocidades aún mayores. Los sensores incorporados dentro del aparato están constantemente controlando el equilibrio de la motocicleta durante su movimiento.
El invento, diseñado por el ingeniero Chris Hoffmann, costaba en su lanzamiento uno 5.295 dólares