La solución recomendada es no tirar este aceite por el fregadero o el inodoro. No debemos menospreciar que el vertido de aceite doméstico por el fregadero y el inodoro supone graves problemas ambientales, siendo una de las principales causas de contaminación de las aguas residuales urbanas. Diferentes fuentes consultadas en Internet son confusas acerca de la cantidad de litros de agua que puede contaminar un litro de aceite, desde 1.000 a un millón de litros. Según la Directiva Europea (80/778/CEE) relativa a calidad de aguas destinadas al consumo humano, la concentración máxima admisible de aceites en agua potable, es de 0,01mg/l, más allá de esta cantidad, el agua no es considerada apta para el consumo humano.
Sin entrar demasiado en cálculos matemáticos, lo que está claro es que el aceite de origen doméstico contamina el agua y no sólo para el consumo humano. Según la Agencia de Protección Ambiental de Australia, del Gobierno de Queensland, si los restos de aceite llegan a las aguas pluviales o a la red de drenaje, ríos y arroyos, forman una película impermeable sobre la superficie que impide el paso de oxígeno y por tanto el desarrollo de la vida de peces y otros animales acuáticos. Además, esta película de aceite superficial del agua puede impregnarse en las alas de diferentes aves, impidiéndoles el vuelo.
No debemos olvidar que estos vertidos producen atascos y malos olores en las cañerías, llegando incluso a obstruirlas. Esta situación encarece la depuración de las aguas residuales que deben recurrir a costosos tratamientos desengrasantes.
Mucho más efectivo y económico es evitarlo en origen. Pero entonces ¿qué es recomendable? Una opción es ir acumulándolo en un envase con tapón, pero no tirarlo, sino llevarlo a un punto limpio. Si se trata de pequeñas cantidades (como restos de freír alimentos en la sartén), en última instancia, el aceite se puede mezclar con papel de cocina, arena o serrín y tirarse a bolsa de la basura normal.
El aceite forma una película impermeable sobre la superficie del agua que impide el paso del oxígeno y por tanto el desarrollo de la vida de peces y otros animales acuáticos