Las piedras no son mas que energía concentrada; ellas actúan a través de sus vibraciones y sus colores, cada piedra tiene su vibración específica, la cual a su vez puede ser transmitida a las propias vibraciones humanas.
"Los cristales tienen el poder de recibir, contener, proyectar, emanar, refractar y reflejar la luz; esa suprema expresión de las energías conocidas del mundo físico. Y, al explorar los cristales sabemos que tal manifestación física no es mas que una variación vibratoria de una esencia primogenia. Los cristales pueden participar en el proceso de concientización, enseñándonos la armonía con la esencia creadora y unificadora del universo."
Katrina Raphaell
En Nueva York, un hombre de negocios jamás sale de su casa sin un determinado pequeño cristal: sostiene que lo ayuda a concentrarse. Otro creyente utiliza un cristal diferente como desodorante frotándolo en sus axilas. En el estado de Nuevo México, una mujer coloca cristales sobre el pecho de un enfermo de leucemia.
El fenómeno que algunos han llamado "la toma de conciencia del valor de los cristales", comenzó a difundirse en los EE.UU a mediados de 1980.
Les atribuyen poderes curativos y restauradores a muchas piedras preciosas y semipreciosas. Pero la fe en el poder de los cristales no es una cosa nueva. Como ya hemos visto, el hombre de la antigüedad usaba las piedras para múltiple fines terapéuticos y mágicos.
"Los cristales son instrumentos, no fines en sí mismos", sostiene Katrina R. "Los cristales se usan para liberar las fuerzas curativas interiores del individuo que deben ser aplicados en determinados chakras o centros de energía."