Jorge Lorenzo está de vuelta. El mallorquín dice haber aprendido la lección después de tantas caídas en este inicio de temporada, incluida la última en Montmeló que le dejó sin correr y con el "dedo triturado". "Esto es como empezar de nuevo. Las caídas no sólo han sido por mala suerte. También hay algo de stress, de precipitación. Me tengo que tomar las cosas con más calma, ser más prudente. Desde China hice cosas de inexperto. Después de hacer dos milagros en China y Francia, pensé que podía hacer todo lo que me propusiera. No estaba bien físicamente y tampoco la moto estaba igual de bien que antes", reconoce el mallorquín con su sinceridad habitual.
El balear admite que lo pasó mal sin poder correr en Cataluña y que lo ha pasado igual de mal en las fechas posteriores. "Me he planteado muchas cosas en estos días. Después de la caída, piensas en negativo y lo que hice fue dormir, pensar en otras cosas y, pasados los días, tus pensamientos son cada vez más positivos. Ahora estoy más animado que antes. Nos tenemos que centrar más en aprender que exigirnos siempre estar delante, con los mejores. Yo soy el mismo piloto, pero quizás ahora me pensaré más las cosas hasta que tenga la moto dominada", afirma.