Steph Curry (33-10) le da el título del Pacífico a los Warriors

Los Warriors ya son campeones. De su División, pero lo son. La última vez que Golden State ganó en el Pacífico fue en 1975-76, justo un año después de que la franquicia californiana se coronara como campeona, pero de la NBA, por tercera vez. El mejor equipo de la Liga (58-13) se impuso a los Blazers (108-122) en otra gran noche de Stephen Curry. Al base se le da bien Portland: dos de los ocho partidos en los que ha alcanzado los 40 en su carrera NBA fue ante ellos. En esta ocasión uno de los firmes candidatos a MVP del curso se quedó en 33 puntos (8 de 13 en tiros de 2, 5 de 9 en triples y sin fallo en el tiro libre: 2 de 2), a los que sumó 10 asistencias. “Todos deberíamos estar orgullosos de lo que hemos hecho, pero nos quedan 11 partidos para conseguir ser mejor y creo que el objetivo no es otro. Aunque estemos muy felices en este momento”, comentaba el base, que lucía una camiseta con la serigrafía Pacific Claimed (El título del Pacífico, asegurado). Una muestra de que estos Warriors quieren más.

Las cosas marchan bien en Oakland. Los Warriors encadenan siete triunfos y sólo suman un tropiezo en sus últimos doce partidos —ante los Nuggets—, antes de enfrentarse al segundo mejor equipo del Oeste el sábado: los Grizzlies de Marc Gasol. En Portland, en cambio, no tanto. Sin LaMarcus Aldridge (con un problema en uno de los dedos de su mano izquierda), Nicolas Batum (dolor en la espalda) y Wesley Matthews (baja esta temporada por la fractura del tendón de Aquiles), los Blazers cierran su gira con un pobre 1-4. Damian Lillard fue el mejor de su equipo, con 29 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias. Pero volvamos a Golden State. Con los playoffs ya en el mano y bastante ventaja sobre Atlanta (53-17) para asegurarse la ventaja de campo en todas las eliminatorias, Steve Kerr reservó a Klay Thompson, que jugó solo 25 minutos tras superar un esguince de tobillo que le había dejado fuera tres partidos. El alero, que regresó el lunes ante los Wizards, acabó con 16 puntos e inauguró el marcador para los Blazers, que mandaron hasta el descanso (62-57). Tras éste y otro pequeño acelerón (66-59) se desplomaron: parcial de 3-21 (69-80) y poco más que hacer para evitar que anoche los Warriors estrenaran camisetas y un título que se había resistido los últimos 39 años.