expansion.El Gobierno ha conseguido que las subidas fiscales que proyecta no se debatan en el Congreso de los Diputados, pero eso no evitará que el resto de los españoles sufra en sus carnes las consecuencias.
El Servicio de Estudios del BBVA trató ayer de ir un paso más allá y calculó las repercusiones de la subida del IVA. En términos de PIB, empleo y consumo la contracción será de medio punto "por debajo de la senda que se observaba en ausencia de esta medida".
La última edición del informe Situación España del BBVA considera que el Ejecutivo se ve abocado a un aumento de impuestos, aunque no deja de señalar las consecuencias que tendrá "a largo plazo", siguiendo una simulación que tiene en cuenta las peculiaridades del mercado laboral español.
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Primero avisa de efectos "transitorios". La subida del IVA en julio de 2010 generará algo de crecimiento en los trimestres previos, como consecuencia a las compras que se adelanten al repunte fiscal. Después, las familias responderían con una "reducción significativamente mayor al aumento previo", con recortes que frisan los 1,5 puntos en empleo. Finalmente, llegan los "efectos permanentes", con un 0,5% negativo.
La subida fiscal en las rentas del capital y el ahorro, con un impacto recaudatorio en torno a los 800 millones de euros, genera menos distorsiones en la actividad.
La simulación realizada por el BBVA constata un efecto nulo en términos de PIB, consumo y empleo. Sin embargo, la inversión sí que se verá afectada, con un descenso algo inferior al medio punto con respecto a una situación en la que no se hubieran subido impuestos. "Al ser España una economía pequeña y abierta, los rendimientos de ahorro en el exterior resultarán más atractivos", señala el informe.
Estas estimaciones sobre los impuestos tendrán su parte de responsabilidad en las previsiones que realiza esta entidad con respecto al cuadro macroeconómico español. Mientras el Gobierno prevé que la contracción del PIB en 2010 sea de un 0,3%, BBVA apuesta por una cifra cuatro veces superior, un 1,2%. Una cifra incluso superior al 0,8% de Bruselas.
En cuanto al empleo, también esperan que en el próximo ejercicio se supere el 20% de tasa de paro, frente al 18,9% que mantiene el Ejecutivo. De este modo, BBVA se une al coro de organismos que dan por hecho que España superará este umbral psicológico.
De todos modos, también apunta a una estabilización en la caída del empleo. Pero no por la mejora de la economía, sino por el descenso en la población activa, con una fuerte salida de trabajadores extranjeros del mercado laboral.
El Servicio de Estudios prevé que en 2010 la recesión continuará al menos durante la primera mitad del año, momento a partir del cual ve "señales de mejoría", con algunos trimestres de avances de la economía y en los que ya se podría empezar a crear empleo.
El economista jefe para España y Europa, Rafael Doménech, explicó al presentar el informe que podría darse la novedad de que se generen puestos de trabajo en cuanto la economía empiece a crecer, aunque sea de forma incipiente, debido a las expectativas de mejoría. Así, se rompería la convención de que sólo se crean empleos por encima del 2%.
La necesidad de reformas estructurales
Para BBVA, el Fondo de Inversión Local ha tenido un impacto positivo en el empleo, pero su desaparición hace prever que los datos laborales empeorarán "en lo que queda de año". Tampoco espera el informe que se vayan a producir mejoras en el consumo, a pesar de que hay una "sobre-reacción" a la baja por parte de las familias. El año se cerrará con una tasa del ahorro de 20%.
En materia laboral, el Servicio de Estudios considera que "el margen de repunte del paro es moderado", por el decrecimiento de la población activa (en torno a un 1%), en especial por la salida de inmigrantes del mercado de trabajo, que en 2010 volverán a niveles previos a 2008.
También avisa el informe de que si no se profundizan las reformas estructurales de la economía, "es posible que cuando se comience a crecer nuevamente, se haga a un ritmo inferior al observado durante los años anteriores a la crisis". En cuanto al IPC, volverá al alza, pero la inflación subyacente será negativa fugazmente.