Hay que mantener los pies sobre la tierra: la chance de que la Fórmula 1 vuelva a la Argentina aún roza la utopía. Mezclada con tintes electorales, el Gobierno argentino dio rienda suelta a una optimista misión que chocará con los fríos millones de dólares. Los que hay que poner para pagar la carrera por cinco años (contrato mínimo), para organizarla y para construir un circuito flamante. Al menos eso es lo que exige, sin mediaciones, Bernie Ecclestone, que fue consultado en Silverstone sobre el retorno a la tierra de Fangio.
"Estamos interesados (en ir a la Argentina), pero ahora ellos tienen que hacer algo", dijo Ecclestone, que trasladó la responsabilidad al Gobierno. "Tienen que construir un circuito. El viejo autódromo de la capital no sirve", fue tajante. En el ahora renombrado autódromo Juan y Oscar Gálvez se disputó la última serie de carreras de F-1 en el país (1995 a 1998).
El alemán Norbert Haug, jefe deportivo de Mercedes-Benz, tampoco cree que se pueda correr en Buenos Aires. "Así como estaba la pista hace unos años, sin dudas, no. Ahí tienen mucho que arreglar, yo no correría", comentó.
El proyecto planteado por el Gobierno es construir un callejero en Mar del Plata. Claro, la inversión podría superar los 200 millones de dólares, sólo para armar la pista, que debería estar a la altura del callejero de Valencia, el más moderno de la categoría en su tipo. Luego, otros 200 millones más, para quedarse con una fecha del calendario. Cifras que pesan.