Los algoritmos de Google son increíblemente complejos pero se resuelven de manera sencilla para que nosotros, como usuarios, hagamos uso de ellos, RankBrain, el algoritmo de Google para las preguntas complejas es una prueba de esa dificultad, pues es la inteligencia artificial encargada de resolver las preguntas ambiguas.
Si el algoritmo RankBrain ve una palabra o frase con la que el sistema no está familiarizado, la máquina puede hacer una conjetura con aquellas con las que podría tener un resultado similar y filtrar el resultado, devolviendo así resultados más precisos.
“El resto de señales normalmente están basadas en obtener una información que no recuerdan, pero no hay aprendizaje en ello”, como un ejemplo de que RankBrain es una inteligencia artificial avanzada que aprende de cada consulta.
Ahora que Bing, el buscador de Microsoft se ha convertido en un buscador rentable y la llegada de Cortana y Siri como una evolución en la interacción con las máquinas, Google está dispuesto a seguir siendo el rey de las consultas.
Esta inteligencia artificial es una cuestión de posicionamiento comercial para Google, en la que quiere hacer sus sistemas más inteligentes y que respondan a preguntas cada vez más complejas y ambiguas para que “cuando digas Google, pienses en ‘búsqueda’”.