No sólo destruye corales y moluscos, sino que podría afectar a otras especies marinas e incluso acelerar el cambio climático.Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) no sólo estarían provocando el cambio climático, sino también la acidificación de los océanos, como demuestran cada vez más estudios científicos. Este problema provoca el descenso de especies muy sensibles, como corales, moluscos o estrellas de mar, y podría alcanzar a su vez negativas consecuencias para otras especies, e incluso, aumentar el calentamiento global.
No han utilizado la máquina del tiempo, pero han observado el nivel de acidez de los océanos a principios del próximo siglo. Un equipo internacional, liderado por Jason Hall-Spencer, biólogo marino de la Universidad inglesa de Plymouth, ha estudiado los alrededores de la isla italiana de Ischia, cuyos fondos marinos reciben dos millones de litros de CO2 diarios debido a unos escapes volcánicos. Los científicos creen que todos los océanos en 2100 tendrán cantidades similares de CO2 si continúan aumentando las emisiones de este gas de efecto invernadero.
Los científicos han explicado en la revista Nature que la acidificación ha alterado radicalmente la ecología del lugar, contabilizando un 30% menos de especies. Las algas calcáreas se encuentran entre las ausencias más llamativas. Hay que tener en cuenta que con unos niveles normales de pH del agua suelen cubrir el 60% del lecho marino.
Asimismo, los investigadores han detectado la escasez de otras especies con esqueleto calcáreo, como corales, estrellas o erizos de mar. La falta de este último, por ejemplo, puede ser un problema grave en el Mediterráneo, ya que es un depredador natural de la Caulerpa, un alga tóxica invasora en este mar que ha acabado con muchas especies autóctonas.
No obstante, los investigadores también han comprobado que el nivel de acidez varía dependiendo de las condiciones meteorológicas y del oleaje, que devolvía temporalmente al agua su pH normal. Este dato podría suponer un atisbo de esperanza para especies con hábitats en aguas movidas, como percebes y lapas.
Por su parte, un equipo de la Universidad sueca de Gothenburg, junto a científicos australianos, ha echado por tierra la creencia de que el equilibrio químico del mar es inamovible. Su trabajo, publicado en la revista Current Biology, afirma que el pH del agua de la superficie del mar ha disminuido hasta en un 25% desde el inicio de la industrialización. Este aumento de la acidez, aseguran estos expertos, amenaza la viabilidad de muchas especies marinas.