En el Pleistoceno, que comenzó hace alrededor de 1,8 millones de años y terminó hace 10000 años, la Tierra ha experimentado muchos períodos de glaciación, en forma cíclica. En un estudio reciente, publicado en la revista Nature, un equipo de científicos españoles y suizos trataron de comprender las causas de este mecanismo y explicar el brusco cambio climático en el período de los ciclos, que se produjo hace unos 800000 años, a principios de Pleistoceno Medio. De acuerdo con el análisis científico, el hierro parece tener una fuerte influencia en la temperatura atmosférica, lo que podría dar ideas para luchar contra el calentamiento global en nuestro tiempo.
En la interacción de la atmósfera y el agua, el CO2 del aire es regularmente atrapado debajo de la superficie del océano. La concentración de CO2 en la atmósfera está disminuyendo, lo que puede limitar el aumento de la temperatura, o aumenta el enfriamiento, ya que es un gas que contribuye al calentamiento global. Bajo la superficie del agua, las moléculas de dióxido de carbono son capturadas por el fitoplancton que se alimenta de ellos, asimilando carbono en sus cuerpos, o en conchas de carbonato. Esto se conoce como secuestro de carbono.
Los ciclos de las glaciaciones son dictadas por el hierro
El hierro tiene la capacidad de fertilizar el océano, promoviendo el crecimiento del fitoplancton. Por lo tanto, el hierro en el océano tiene un papel de sumidero de carbono, lo que resulta en una disminución de la temperatura atmosférica. Así, los científicos han asumido durante mucho tiempo que el hierro era en parte responsable de las variaciones climáticas del Pleistoceno. Pero donde hay poco hierro, sin embargo, hay menos fitoplancton, y la eficacia de este proceso se reduce considerablemente. Este es el caso en el sur del Océano Atlántico, cerca de la Antártida.
Pero esto no siempre fue así. En el Pleistoceno, los científicos han mostrado altas concentraciones de hierro, a través del análisis de las muestras extraídas en el fondo del océano. Los análisis confirmaron por primera vez el vínculo entre las altas concentraciones de hierro y la abundancia de fitoplancton. Además, tenían que probar que el hierro era protagonista, y en parte, responsable de un enfriamiento de la atmósfera y la variación en el tiempo de las concentraciones de hierro en el período Pleistoceno tardío marcando claramente los ciclos de glaciación en ese tiempo: alrededor de hace 100000 años.
¿Suficiente para dar ideas a los seguidores de la geoingeniería? En 1990, John Martin, un investigador estadounidense, había recitado la ahora famosa frase «Give me half a tanker of iron and I’ll give you the next ice age», que se puede traducir como “dame medio buque cisterna de hierro y te daré la próxima edad de hielo“, suponiendo que fuera suficiente para fertilizar los océanos con hierro para reducir el calentamiento global. Los experimentos de fertilización se iniciaron después. ¡Sin éxito! Peor aún, algunos experimentos han demostrado ser tóxicas.
En términos de proyectos fantásticos, también cabe señalar que en 2006, Paul Crutzen – Premio Nobel de Química en 1995 – había propuesto enviar nubes de azufre a la atmósfera, lo que induce la formación de aerosoles y así ayudar a frenar calentamiento de la atmósfera. La contaminación con azufre habría producido efectivamente, un refrescamiento local de la zona…