Tondo, el regreso del hijo pródigo

Su palmarés tiene victorias importantes, como por ejemplo la Vuelta a Portugal 2007, la Subida al Naranco del año pasado, la Vuelta al Alentejo de 2005 o el Trofeo Agostinho de 2007, por no hablar de la etapa del Acebo en la Vuelta a Asturias de 2005, pero pese a estos selectos triunfos, Xavier Tondo es un desconocido para el gran público español porque una buena parte de su carrera la ha tenido que hacer en Portugal, el país que a tantos ciclistas españoles sin suerte ha acogido en la última década.

A sus 30 años, Tondo vuelve cual hijo pródigo al ciclismo español y, sobre todo, al manto protector de Juan Martínez Oliver, el actual director del Andalucía-Cajasur y quien fuera su primer técnico cuando, en 2003, dio al salto al profesionalismo con el equipo Paternina. "Me da mucha confianza", dice Tondo de Oliver. "En este equipo tengo muy buenos profesores: no sólo Oliver, sino también Paco Cabello, que nos lleva los entrenamientos. Por primera vez en mi vida estoy entrenándome por watios y estoy encantado. El entorno que hay en el equipo no puede ser mejor", dice feliz. "Y el trabajo que se está haciendo con la cantera muy pronto empezará a dar sus frutos".

Aparte de los técnicos del equipo andaluz, el catalán tiene un maestro muy particular desde hace unos años. Se trata del campeón olímpico Joan Llaneras. "Nos entrenamos casi siempre juntos, es un gran amigo", dice con un tono reverencial hacia él. "He aprendido muchísimo a su lado. ¿El qué? Sobre todo una cosa: que donde hay que ir rápido es en las carreras, no en los entrenamientos. Lástima que deje de correr". Tondo habla maravillas del mallorquín. "Cuando está en Cataluña, siempre salimos juntos, porque yo vivo a 5 km de su casa. Todos sabemos que es un gran pistard, pero no te imaginas lo fuerte que también va para arriba", en los puertos. "Hace dos años", en 2007, "vinimos a correr esta carrera -el Tour de San Luis- con un equipo mixto en el que también estaban Santos González, Carlos Castaño y Carles Torrent".

Tras aquella experiencia, Tondo venía este año con intención de luchar por la general final. "Bueno, más que eso mi intención era coger una buena puesta a punto para la Vuelta a Andalucía, porque llevaba desde junio sin correr y sé que esa carrera es muy importante para el equipo. Pero, de paso, quería intentarlo aquí, pero me caí el primer día y todo se ha ido al traste", ya que se dejó, después de caerse a sólo 3,100 km de la meta, 3:48 con los mejores. En la segunda etapa, sin embargo, con el final en el Mirador de Potrero, Xavier fue el único que pudo aguantar el ritmo del venezolano Carlos Ochoa y el colombiano José Serpa, los líderes del Diquigiovanni. "Estar con ellos me ha dado más rabia todavía, porque he visto que, sin la caída, podía estar luchando por la victoria". No obstante, aún puede ganar alguna etapa.

Atrás quedan los años en los que, por falta de suerte y ofertas dignas para estar en el ciclismo español, tuvo que emigrar a Portugal, primero al Barbot (2004) y, tras el paso por el Ángel Mir y el Relax, después al LA MSS (2007 y 2008). "Yo no me quejo de mala suerte, estoy aquí, ¿no? Muchos de mi quinta, siendo buenos corredores, no han tenido mis oportunidades y ni tan siquiera pudieron ser profesionales. Mi carrera no ha sido fácil, pero estoy aquí, que es lo que cuenta. Además, soy un enamorado del ciclismo, es mi pasión, y me gusta estar al tanto de todo: las novedades técnicas, las noticias, la historia de las carreras... Estoy haciendo la profesión que me gusta". Por eso, aunque ya está en la treintena, "aún me quedan muchos años en el ciclismo. Si me dejan, al menos hasta los 40, porque la fuerza está aquí", dice señalándose la cabeza.

No es casualidad que Tondo haya llegado en este buen estado al Tour de San Luis. "Salvo las fiestas, he pasado las Navidades en Almería", lejos del frío casi polar que ha hecho en el Norte. Y allí, acompañado de Juan Martínez Oliver, ha inspeccionado las etapas de la próxima edición de la Vuelta a España. "La etapa de Velifique es espectacular. La hice entera y aún hay un tramo de 9 km sin asfaltar. Va a tener 5.000 metros de desnivel", por lo que nada tendrá que envidiar a las del Tour. "También quiero ir algún día a ver las de Granada", la señal más evidente de que, aunque sus primeros objetivos son las Vueltas a Andalucía, Murcia y Castilla y León, un ganador de la Vuelta a Portugal como él ya está pensando en dar la campanada en la Vuelta a España.

Por cierto que el Andalucía-Cajasur de este año, con Vicioso, Tondo y Ramírez Abeja, entre otros, tiene mucha mejor pinta que el de pasadas temporadas.