ENTREVISTA | ÓSCAR FREIRE "¿Contador? No pongo la mano en el fuego por nadie"

¿Cómo se ha visto en la reciente Tirreno-Adriático de cara a la Milán-San Remo?

Tuve una gastroenteritis, además de que no me acompañó mucho el trazado. Pero estoy bien. Siempre que corro la San Remo me veo con opciones.

Este año ya lleva dos victorias: una etapa en el Down Under y otra en Andalucía. ¿Van las cosas mejor que en 2011?

A estas alturas estoy más o menos igual. Las cosas realmente se empezaron a torcer desde mi caída en la San Remo. Después, en el resto de clásicas todos chocamos con un Gilbert insuperable.

¿Cómo se espera este año la Milán-San Remo?

Como siempre. Habrá equipos que intenten hacerla dura. Los que más daño pueden hacer son la pareja Sagan-Nibali y Cancellara. Lo van a intentar a un kilómetro de la cima del Poggio y luego se tirarán en el descenso.

¿Y usted qué hará?

Intentaré ir lo más cerca posible de ellos para no quedarme cortado en la bajada. En el momento decisivo hay que ir delante, aunque suponga un gasto.

¿Qué tal le va en Katusha?

Bien, hemos empezado ganando en casi todas las carreras y eso siempre ayuda. El nivel es alto y hay buen ambiente.

¿Tiene que seguir buscándose la vida igual que antes?

Paolini está ahí. Florencio también me ayuda. De momento trabajan bien. Quizá me falte uno que me deje a 200 metros, pero no me puedo quejar.

¿Sigue usted siendo tan escéptico con el caso Contador?

Yo no digo ni que sea inocente, ni que no. No puedo poner la mano en el fuego por ningún ciclista. Yo ni he dado positivo, ni hago los controles. A Contador le han aplicado un reglamento, que es el que hemos aceptado porque es el que nos han impuesto. Ha demostrado que es el mejor en muchas carreras: el año pasado corrió el Giro y lo ganó. Pero estas son las normas y nadie hace nada en contra hasta que no tiene un problema.

¿Quiere decir que hay que asumir estas sanciones porque son producto de un reglamento aceptado por los ciclistas?

No digo aceptado, sino impuesto. Hace quince años, quién sabe, pero ahora nadie se queja hasta que le pasa a él. En la UCI hacen y deshacen. Y no me refiero solo al dopaje: también hay problemas de seguridad.

Critica mucho a su gremio.

No estoy en contra de Contador ni de los demás ciclistas. Nos imponen esas normas y las tenemos que aceptar. No importa si llevamos razón o no.

En su día, usted se quejó mucho del sistema ADAMS de localización para los controles.

Ahí sí luché, pero fue la última vez. Me di cuenta de que cada uno hace lo que le conviene. A todos les parecía normal. Entonces, ¿para qué me voy a preocupar? Decidí ir a lo mío. Es increíble que tengamos que estar siempre localizables. En el documento que recibimos, los 50 primeros de la UCI éramos sospechosos por reglamento. Le dije al equipo que era inaceptable y me contestaron que tenía que firmarlo para que me pagaran.

¿Nadie le apoyó entonces?

Todos dijimos que sí. A mí la norma me sigue pareciendo injusta, porque puede haber situaciones que te compliquen: tener una falta sólo porque estés en un sitio sin cobertura, por ejemplo. A la persona que viene a controlarte, tú le das igual. Este invierno fui a una cárcel de visita y me sorprendió el grado de libertad que tenían. Y ahora yo, como ciclista, tengo que decir dónde voy y de dónde vengo. Yo no he hecho nada para que me traten así, como a un sospechoso.

Pero otros sí...

Pues que les hagan controles o lo que sea. Por ejemplo, cuando dice Riccó que va a volver, hay que decirle que nunca más.

¿Defiende entonces las sanciones de por vida?

Si es un caso claro, sí. Un caso de duda como el de Contador no se puede valorar igual, pero si hay un claro positivo con EPO, yo no le dejaría correr de por vida. No puede ser que todos los ciclistas tengamos la misma imagen.

¿Se ha visto en alguna situación en la que le acusen de doparse por ser ciclista?

Muchas veces. Te viene uno y te dice: "Todos los ciclistas se dopan". Y eso ¿por qué? Yo no voy generalizando por ahí sobre otras profesiones.


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