En carretera
Estas bondades se trasladan, como es lógico, a las carreteras abiertas. Ahí, su tamaño (5,262 metros de largo por 2,100 m de ancho) se hace sentir algo más, sobre todo en ciudad y carreteras estrechas. Por cierto, que encontrar espacio para aparcar esos más de cinco metros no debe ser sencillo (al menos cuenta con parktronic y cámara trasera). En cambio, se nota su altura algo menor, que ayuda a que el coeficiente aerodinámico esté en 0,31 Cx.
En autopista, se siente algo rumoroso. En automático normal, el sonido del motor penetra algo en exceso en el habitáculo. Claro que se puede solucionar apretando el botón Sport, con el que el sonido varía a un aullido a veces gorgoteante que hace elevar tu adrenalina. Sinceramente es el modo que más me ha convencido, aunque desde luego no sea el más apropiado para conducir por ciudad. Te aporta la deportividad latente en la marca, revela su gen más auténtico y, aunque vestido de frac, dentro lleva la palabra competición escrita en su carácter.
Conclusión
Maserati pone en el mercado un lobo con piel de cordero. No es que haya equivocado su intención, es que hace parecer aburrido a alguno de sus rivales alemanes. Si la estética exterior enamora, su rendimiento engancha si te gusta tomar decisiones rápidas al volante. El resultado es que uno no sabe si ha conducido una berlina deportiva o un deportivo vestido de berlina. Aunque, bien pensado, con resultado tan agradable, qué más da...
Ficha técnica
Motor: Gasolina, V6 60 grados, Twin Turbo
Cilindrada: 2.979 cc
Potencia máx: 410 CV a 5.500 rpm
Par máx: 550 Nm entre 1.750 y 5.000 rpm
Transmisión: Total con cinco modos de conducción
Cambio: Automático ZF de 8 velocidades
Medidas largo/ancho/alto: 5.262 mm/2100mm/1.481 mm
Batalla: 3.171 mm
Peso: 1.920 kg
Capacidad de maletero: 530 litros
Cap. depósito: 80 litros
Prestaciones: Velocidad máx: 283 km/h. 0-100km/h: 4,9 segundos
Consumos: Urb/Extraurb/Comb: 15,8-7,6-10,5 litros/100 km
Emisiones de CO2: 246 g/100km ciclo comb.