Cuando a principios de este año KTM presentaba la segunda versión de su Supermoto de gran cilindrada, en la que el motor había pasado de 950 cc a 999 cc, se había sustituido la alimentación mediante carburadores por la inyección electrónica y se había mejorado el chasis multitubular, pocos eran los que esperaban que el resultado final fuera tan claramente superior al del modelo original de 2005. La nueva 990 SM se confirma como una nueva moto, mejor y más divertida aún que su antecesora, y en la que los cambios han ido mucho más allá de pulir detalles.Lo primero que hay que remarcar es el incremento de potencia que se ha conseguido al aprovechar la base del propulsor LC8 de la Superduke 990, gracias al cual se ha pasado de los 98 CV que rendía la antigua versión a los actuales 115 CV. Pese a este salto cuantitativo, los técnicos de la marca austriaca han querido mantener la facilidad de conducción que tenía aquella, por lo que han trabajado sobre el mapa de encendido y el sistema de inyección a fin de lograr una respuesta aún más dulce y progresiva, dejando que todos esos CV de más aparezcan sólo en la parte alta del régimen de giro del motor.Gracias al trabajo en la electrónica también se ha mejorado el consumo y las emisiones de CO2, algo que, unido al incremento de carga de combustible - se han ganado casi 5 litros de capacidad-,mejora notablemente las cualidades ruteras que KTM pretende para este modelo. Y es que la 990 Supermoto no es ya sólo una gran deportiva con manillar ancho, si no una multiusos capaz al mismo tiempo de dar guerra a las R más R así como de protagonizar un largo viaje. El terreno ideal para disfrutar de la 990 Supermoto es, simplemente, cualquiera; y es que la facilidad con la que se deja pilotar permite tenerla como primera moto y, al mismo tiempo, como vehículo de ocio. No obstante, hay que tener claro que su motor es casi de un litro, de modo que su consumo y potencia pueden resultar algo abrumadores en un uso urbano, por lo que hay que cuidar y cuidarse del puño del gas. Serán las carreteras de montaña, con curvas y un buen asfalto, el escenario ideal para sacar todo el partido a una moto capaz de brillar con luz propia. La progresividad del motor hace que las reacciones sean muy previsibles, algo a lo que contribuye un chasis especialmente estable e intuitivo. En la misma línea, las suspensiones rinden a gran altura, sobre todo la horquilla delantera, mientras que el funcionamiento de los frenos es impecable, tanto por potencia como por progresividad.El comportamiento de la 990 SM en autopista es excelente, con un gran aplomo y con la comodidad de una rutera. Si a ello se suma la notable autonomía y la posibilidad de adquirir varios extras para aumentar la carga de equipaje, como maletas laterales o bolsa sobre-depósito, veremos que estamos ante una verdadera devoradora de kilómetros. Eso sí, para realizar largos recorridos por vías rápidas es casi obligatorio montar la pantalla que KTM vende como complemento al deflector de la careta frontal, con la cual la protección aerodinámica pasa de ser casi nula a convertirse en más que correcta. El único pero que aparece en un uso prolongado por autopista es la dureza del asiento, ya que si bien el mullido es ideal para utilizarla como deportiva, acaba por resultar incómodo en tiradas largas.