Porsche 911 Carrera S

Nacido en 1963, el Porsche 911 ha llegado hasta nuestros días en plena forma. Para no caer en el olvido, deportivo alemán se ha sometido a un proceso constante de evolución que le ha permitido adaptarse perfectamente a los tiempos por los que ha discurrido cada una de sus generaciones sucesivas. Y cuando parecía que se había conseguido un coche que admitía ya poco margen de mejora, resulta que desembarca una versión que vuelve a proyectar el vehículo hacia el éxito mediante la adopción de avanzadas soluciones tecnológicas.Aunque sea difícil de asimilar, la nueva generación ha mejorado sensiblemente al modelo anterior en dos apartados que normalmente resultan opuestos. Así, la optimización del motor ha permitido obtener un sutil incremento de prestaciones, factor que redunda positivamente en la deportividad del vehículo. Y también se ha desarrollado un conjunto de suspensiones muy equilibrado, que destaca tanto por la estabilidad en conducción deportiva como por la notable mejora de confort del coche para afrontar viajes de largo recorrido.La mejor muestra del éxito comercial que mantiene este carismático deportivo alemán se pone de manifiesto a través de la extensa oferta de versiones que compone su gama actual. Disponible en carrocerías cupé, cabrio y targa, que se combinan con dos motores distintos y dos tipos de transmisión (trasera o integral), se puede elegir entre diez configuraciones distintas. Para la toma de contacto con la nueva generación, Porsche puso a disposición de La Vanguardia un flamante 911 Carrera S cupé.

El vehículo venía equipado con el innovador cambio secuencial PDK, que se reveló como un aditamento opcional muy recomendable. Pese a que habrá que sumar 3.800 euros, lo cierto es que esta avanzada caja de cambios de siete velocidades vale más de lo que cuesta. Manipulando unos ergonómicos pulsadores al alcance de los dedos, el propietario de un 911 Carrera S podrá conducir sin apartar las manos del volante, mientras disfruta de la inusitada rapidez con la que se engranan las marchas sucesivas.

Con la finalidad de dar plena satisfacción a los amantes de las sensaciones de conducción intensas, el cambio PDK permite una excitante función. Bajo la denominación de Launch Control,se ha desarrollado un sistema de arranque que permite emular la fulminante salida de un bólido de competición. Tras pulsar la tecla que pone el mecanismo en acción, el conductor debe acelerar a fondo mientras mantiene el pedal del freno pisado. Cuando se enciende el testigo luminoso correspondiente, se suelta el freno y el coche sale catapultado. Es preciso apuntar que para disfrutar plenamente de un coche con tal nivel deportivo, lo mejor es acceder a un circuito de velocidad.