España se clasificó ayer para la final del Mundial en uno de los desenlaces con más suspense y polémica de la historia de los Mundiales. Todo ocurrió cuando en el último segundo de la prórroga, con 2-2 en el marcador, la estrella italiana Adriano Foglia se marcaba en su propia portería el gol de la victoria española en una esperpéntica jugada. Tanto que significó una explosión de alegría en el banquillo español y de protestas en el transalpino, que consideraba que el esférico había cruzado la línea de gol con el tiempo ya concluido.
La poca pericia para tomar una decisión de los colegiados y lo inusual del momento en el que se produjo el tanto hicieron que pasaran bastantes minutos (los italianos esperaban en la pista y los españoles en el vestuario) hasta que se decidió que el gol era reglamentario y subía al marcador, por lo que sólo restaban unas décimas para el final en las que los italianos sólo podían sacar de centro y lamentarse de su mala fortuna. Un triunfo épico y agónico que había estado precedido de un encuentro de igual a igual, donde España estuvo algo espesa. Y eso que se habían adelantado en el marcador a los cuatro minutos por medio del renqueante Daniel, que jugó tocado. El 1-0 permaneció hasta que Foglia, protagonista más tarde a su pesar, marcaba en una excelente jugada individual y forzaba la prórroga.
En ese momento, como ante Paraguay, volvió a aparecer Fernandao, que de una estética media vuelta volvía a adelantar a La Roja. Pero el gol del pívot del Barça, lejos de dar tranquilidad, paralizó a los de Venancio. Eso, en una semifinal, se paga. Grana, que actuaba como portero-jugador, empataba. Los penaltis parecían inevitables pero el destino se alió con España y le hizo una mala pasada a Foglia, que protagonizó la jugada más amarga de su carrera.
Brasil será el rival en la final
Antes del España-Italia, Brasil certificó su presencia en la final del Mundial derrotando en un igualado encuentro a Rusia. Los brasileños salieron como una apisonadora y a los ocho minutos vencían por 2-0 con goles de Schumacher, que luego se lesionó y es duda para la final, y Falcao. Pero Rusia reaccionó y llegaron a los últimos instantes 3-2. A falta de tres minutos Khamadiev fallaba un gol cantado y poco después Gabriel finiquitaba.