Re: VOLVO OCEAN RACE

La etapa 4 de la Volvo Ocean Race llevará a la flota hasta Quindgdao –China- en donde se ha instalado un extremo invierno, con temperaturas que han legado a rozar los 10 grados bajo cero. La flota tendrá que abrigarse y es que navegar en condiciones tan extremas exigirá una ropa similar a la que se usa en alta montaña.

Navegar en ceñida, a bordo de un Volvo Open 70, con 25 o 30 nudos de viento, no tiene porque ser una hecho “agradable”; si a esto le añadimos temperaturas que rondan los diez grados bajo cero (como temperatura mínima, más la sensación térmica que ello conlleva), el resultado puede ser una bomba de relojería.

Un roción de una ola, en una regata del mediterráneo y en pleno mes de agosto –con toda la tripulación abrasada por el sol, en pantalón corto y camiseta- puede ser en ocasiones un respiro agradable en mitad de una regata. Este mismo roción en la próxima etapa de la Volvo Ocean Race puede llegar a ser un verdadero drama si te coge desprevenido.

Las camisetas con componentes de seda o materiales transpirables de las primeras etapas y los pantalones cortos de rápido secado son sustituidos en esta etapa por prendas y materiales de alta montaña.

Jono Swain, Jefe de Guardia del Telefónica Azul, nos muestra como se preparan las tripulaciones ante las extremas condiciones de temperatura que se van a encontrar de camino a Quingdao.

”En esta etapa, y viendo las condiciones que muestran los partes de meto, no tendremos limitación en cuanto a la ropa que llevaremos a bordo. Es realmente importante mantenerse seco, es una prioridad”.

”La ropa que llevamos a bordo en esta etapa es muy similar a la que se usa en alta montaña. Nos vestimos tipo “cebolla”. Para las capas externas contamos con algunos elementos de neopreno en vez de gore-tex, sobre todo para las mascaras faciales y los pasamontañas o gorros. Estos elementos serán de neopreno, básicamente porque una vez que se mojan –en el caso del Gore tex- son historia, ya que no llegas a secarlos”.

”Para el cuerpo, contamos en primer lugar con ropa interior térmica y una primera capa, que suele ser de materiales como el capilene o con componentes de seda, o Gore tex para la capa externa; lo importante es que sean transpirables”.

”A continuación contamos con una capa de ropa intermedia, windtoppers y camisetas térmicas. Y la última capa es la ropa de aguas de Gore Tex. Algunos de los chicos se ponen incluso los trajes de supervivencia, ya que son estancos y te mantienen seco”.

”Para las manos llevemos guantes de neopreno. Es difícil trabajar en cubierta con grandes guantes. Necesitas trabajar con las manos y es por eso que llevamos este tipo de guantes, que además una vez mojados te permiten mantener la temperatura”.
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”Para la cabeza, además de las mascaras y pasamontañas de neopreno, usamos cascos de surfing. Son cascos muy ligeros y sin mucho volumen, que te permiten mantener tu cabeza caliente”.

”Otro tema interesante son las botas. Evidentemente en esta etapa no llevamos zapatillas sino botas. Pero la novedad es que son botas especiales, no las típicas botas altas de cuero y gore-tex.”

”Hemos encontrado unas botas canadienses, que se usan para cazar patos. Son botas muy, muy cálidas, con una suela muchos más alta que las normales y más altas de caña. Estas botas ya las usamos en la pasada edición en la etapa que fue de Nueva York a Inglaterra. La verdad es que tenemos una pinta muy divertida pero son muy útiles.”

”Es realmente importante mantenerse seco y sin demasiado frío. Hay que estar concentrado en llevar el barco lo más rápido posible y no tener que estar pensando en otras cosas o en el frío que hace, en que estás mojado...Necesitas poder concentrarse en lo que tienes delante.”

”Lo importante es encontrar el equilibrio con la ropa que llevas; Tienes que tener cuidado con lo que te pones. Puedes estar trabajando a tope en los pedestales 15 minutos y luego parar otros 15, por lo que no puedes llevar ni mucha ropa ni poca. No te puedes quedar frío. Normalmente son 3 capas las que nos ponemos: una primera capa, una segunda capa o midlawyer y un windstopper, además de la ropa normal de aguas”.

”Otra cosa es el tiempo que tardamos en vestirnos y desvestirnos a bordo con condiciones duras. No creo que invirtamos menos de 30 minutos en vestirnos, no es un sitio confortable para vestirnos y desvestirnos antes de meternos al saco de dormir. El barco va dando golpes sobre las olas, y dentro del barco es imposible ponerse en ocasiones incluso de pie, por los violentos movimientos del barco.”

”De todas maneras esta etapa, respecto al frío, va a ser una gran curva de aprendizaje para todos.”

Por si la flota de la Volvo Ocean Race tenía poco de que preocuparse con vigilar a sus enemigos, descifrar los partes de meteo y sacar chipas a sus Volvo Open 70, la cosa se complica con cientos de arrecifes y bajos en los alrededores.

Las vistas podrían ser magnificas si uno se encuentra en un bungalow playero en alguno de estos pequenos islotes, si está de crucero o simplemente de vacaciones. Impresionantes arrecifes y bancos de coral; algo idílico, pero no para estar disputando la cuarta etapa de la Volvo Ocean Race.

Simon Fisher, navegante del Telefónica Azul, comentaba su último encontronazo con una de esas zonas: “De nuevo hemos tenido que esquivar unos arrecifes esta misma tarde. Parece que estos increíbles arrecifes se quieren alinean con nuestro rumbo, mientras que hacemos todo lo posible por esquivarlos. Hoy hemos podido oler la tierra, y es que hemos pasado a menos de una milla de unas pequeñas islas en mitad de la noche y sin luz de luna, así que era imposible distinguirlas en la oscuridad pese a que sabíamos que estábamos muy cerca”.

Y la verdad es que el hecho de esquivar estos bajos da garantías de seguridad, pero también tiene un alto precio cuando cada milla está tan cara. Guillermo Altadill, jefe de guardia del Delta Lloyd, es otro de los que ha perdido millas tanto caer y subir en su rumbo: “Esta mañana ha habido una parte de la flota que ha pasado por encima de una zona de muchos bajos y otros como el Telefónica Negro, el Ericsson y nosotros no hemos querido arriesgar tanto y hemos tenido que arribar. Hemos perdido muchas millas...pero es lo que hay.”

Por otro lado, la falta de exactitud de las cartas de navegación está sacando de sus casillas a los navegantes que intentan por todos los medios monitorizar los obstáculos; Fernando Echávarri, patrón del Telefónica Negro: “Tenemos que tener cuidado porque las cartas de navegación no son muy exactas en relación a los bajos que hay por aquí y esto es muy complicado; estamos teniendo mucho cuidado de no acercarnos demasiado.

Tenemos un arrecife en proa y llevamos el barco a tope pero con cuidado, porque las cartas electrónicas difieren mucho de las cartas estándar de navegación en papel. Esto te hace pensar que no esta bien barrida la zona, así que nos estamos separando más de lo que toca. Esta es el área del mundo menos testeadas en cuanto a mapas y por delante tenemos una zona muy complicada; está lleno de arrecifes en una rango de 100 millas.”

Y por si esto fuera poco, la mayor parte de los barcos han reportado otro peligro, como es el de objetos flotantes, mientras navegaban en las inmediaciones de Borneo. En este caso, era Mikel Pasabant, tripulante de Comunicación del Telefónica Negro el que comunicaba un incidente por suerte sin importancia: “No nos podemos despistar, ayer tuvimos una pequeña colisión con algo que flotaba, en nuestra nueva pala de timón, pero por suerte sin daños”.

Desde el Ericsson 3 también llegaba otro reporte que explicaba la situación, aunque en este caso la tripulación sueca bromeaba sobre las ventajas de tener un patrón experto en esquí y sobre todo en la categoría de eslalon: “Esta plagado de grandes algas y vegetación flotando. Desde luego es una gran ventaja tener a un patrón que ha competido en eslalon.

¡Ya no se cuantas veces habremos estado a menos de un metro de dar con algo lo suficientemente grande como para romper un timón o una orza de deriva!. Durante el día puedes estar con ojo avizor frente a los objetos grandes, pero durante la noche...... dependes de la suerte”.

Otro reto más, si había pocos, y es que lo que puede ser una vista espectacular si uno esta de vacaciones en una de las minúsculas islas, se está convirtiendo en una pesadilla para las tripulaciones. !Navegando en un campo de minas!.

El VO70 español ''Telefónica Negro'' al mando de Fernando Echávarrí ha sufrido una grieta en el casco y ha virado este mediodía hacia el Sur en busca de un puerto en la costa occidental de Filipinas para evaluar su avería.

También el VO70 estadounidense ''Puma'', al mando de Ken Read, ha roto la botavara del barco y ha recalado en un pequeño puerto de la costa Noroeste de Filipinas para evitar la tormenta que está barriendo el estrecho de Luzón, por donde pasan los participantes en la vuelta al mundo.

El ''Telefónica Negro'' estaba en la segunda posición de la etapa, unas 20 millas (38 Km.) por detrás de su gemelo y actual líder, el ''Telefónica Azul'', cuando a la entrada del estrecho de Luzón un impacto con una ola le ha abierto una grieta en la parte superior del casco, a la altura de la cubierta.

Como precaución Echávarri ha decidido interrumpir su ascenso hacia el Noroeste y virar totalmente para volver a la costa filipina y evaluar los daños evitando la fuerte tormenta que se está desarrollando en estos momentos.

Esta madrugada, cuando navegaba con vientos de en contra de 50 nudos (90 Km/h.) y olas de seis metros, la botavara se rompió en dos sin que tuvieran que lamentarse desgracias personales.

La tripulación realizó rápidamente una reparación de emergencia para unir las dos secciones rotas y el patrón del barco, Ken Read, espera poder cubrir las 1.100 millas (2.040 Km.) que aún restan para Qingdao (China).

El barco buscó inmediatamente refugiarse en un pequeño puerto en la costa occidental de la isla, donde esperar hasta que la tormenta amaine.

El VO7 español ''Telefónica Azul'' de Iker Martínez mantiene su ventaja en el liderato de la cuarta etapa de la Volvo Ocean Race de vela -vuelta al mundo con escalas- al término de la octava jornada de navegación, en la que los ''Ericsson'' suecos han iniciado un fuerte ataque sobre el barco español. La tormenta del sábado ha dejado paso a una calma relativa en la que la flota, a excepción del ''Telefónica Negro'' de Fernando Echávarri, que se ha retirado de la etapa, sigue en competición.

El ''Delta Lloyd'' holandés, al mando del español Roberto Bermúdez, y el ''Green Dragon'' irlandés de Ian Walker se reincorporaron ayer a la etapa, después de su penalización de 12 horas, y están atravesando el estrecho de Luzón en condiciones de navegación buenas, con vientos del Noreste de 20 nudos y olas de 4 metros. El ''Puma'' de Ken Read ya está en las costas del Sureste de Taiwán, mientras que el ''Ericsson 3'' del sueco Magnus Olsson y el ''Ericsson 4'' de Torben Grael, líder de la general, navegan juntos, a unas 70 millas (125 Km.) al Sur del ''Telefónica Azul'', que en las últimas 24 horas ha mantenido su ventaja sobre los dos barcos suecos.

Mientras el ''Ericsson 4'' navega rumbo Norte, cerca de la costa de Taiwan, el ''Ericsson 3'' ha iniciado una maniobra de ataque hacia el Este para buscar mejor viento y más estable que en la costa, ya que cambia de dirección constantemente. El ''Azul'' se encuentra en el mar del Este de China, a unas 40 millas (72 Km.) del extremo Norte de la isla después de rebasar el faro de Sandiaojiao (Punta de San Diego), navegando a unos 20 kilómetros de la costa con algo más de velocidad que sus rivales directos.

El holandés Bouwe Bekking, capitán del ''Azul'', ha explicado que sigue con dolores en la espalda y casi no puede estar en cubierta. "Hemos tenido noche muy complicada, con viento que iba de 0 a 20 nudos en cuestión de segundos, y girando como loco 360 grados. Además era noche cerrada; una locura para un navegante", describió. Ahora navegan con viento del Este de unos 10 a 12 nudos (18 a 22 Km/h.) más estable y después de muchos días incluso podrían volver a utilizar los ''spinnakers'' algunos minutos.

El ''Puma'' estadounidense de Ken Read se encuentra a 160 millas (300 Km.) del líder, navegando bajo vientos del Este-Sureste de 18 nudos (34 Km/h.), lo que permite recortar millas con los ''Ericsson'' suecos. En mitad del estrecho de Luzon el ''Delta Lloyd'' y el ''Green Dragon'' podrían recortar también diferencias, aunque están a más de 250 millas (463 Km.) del ''Azul''.

El ''Green Dragon'' vuelve a tener problemas según ha comentado su patrón Ian Walker. "No tengo buenas noticias. Después haber estado chequeando la proa en busca de daños o deslaminaciones, oímos otro gran estruendo y el mamparo de proa se ha roto en 3 partes. Todo hace presumir que deberemos aminorar su marcha y estudiar la situación".

Por su parte, el ''Telefónica Negro'' está amarrado al puerto de Subic Bay, unos 100 kilómetros al Noroeste de Manila, donde ya se encuentran miembros de su tripulación de tierra e ingenieros del estudio de diseño de Bruce Farr. El equipo se encuentra reunido evaluando la envergadura de los daños y las posibles reparaciones, así como sus futuros planes ante al siguiente etapa de la prueba.

Por si no fuera poco una terrible tormenta de más de 50 nudos y olas gigantes en los pasados días, el grupo líder se encuentra ante otro desafío físico y psíquico: subir posiciones o mantener el difícil liderato. Tras 2500 millas la última palabra no está dicha.

Es una situación de locos y es que por sino fuera poco lo vivido hasta ahora en esta jornada, las últimas 200 millas han mermado –aún si cabe más- la resistencia física y psíquica de todos los tripulantes. Al cansancio brutal de los últimos días y la temperatura casi a bajo cero en la zona, tras haber recorrido más de 2400 millas, se une ahora el hecho de tener al grupo de los tres primeros en una distancia de tan sólo 15 millas.

La progresiva caída del viento durante la noche y el amanecer ha significado una autentica “rotura de nervios” para todos los equipos. Telefónica Azul de Bekking y Martinez intentan defenderse como pueden del ataque del americano Puma –ante el que hay que quitarse el sombrero por la espectacular remoentada que ha realizado en los últimos días-.

La flota pudo desde ayer desempolvar sus spis y Codigos Zeron guardados durante la etapa. En ligero viento de entre 5 y 8 nudos, Telefónica Azul, Puma y el Ericsson 4 navegan desde ayer en rumbo directo y con un único objetivo: hacer la mejor elección de velas para sacar el máximo rendimiento a sus Volvo Open 70.

En las últimas 3 horas el americano Puma de Ken Read se ha acercado 5 millas a los del Azul, al igual que el tercer clasificado, Ericsson 4 de Troben Grael. La caída de viento ha hecho que la flota se comprima de nuevo y el Telefónica Azul ya siente en su cuello la respiración de sus rivales.

A tan sólo 27 millas de la línea de llegada en Quingdao, el Telefónica Azul sufre por mantener su trabajado liderato, mientras el Puma llega a tan sólo 10 millas de su popa y el Ericsson 4 lo hace a 16. Momentos de incertidumbre sobre quien cruzará primero después de.... 2500 millas.

El VO70 español ''Telefónica Azul'', al mando de Iker Martínez, se está preparando en Qingdao para la salida de la quinta etapa de la Volvo Ocean Race -Vuelta al Mundo por etapas-, mientras el ''Telefónica Negro'' de Fernando Echávarri ha sido embarcado hoy en Singapur en un mercante para trasladarlo a Río de Janeiro (Brasil).

La quinta etapa de la VOR entre Qingdao (China) y Río de Janeiro (Brasil), que se iniciará el sábado a las 13:00 hora local (06:00 hora española)y con un recorrido de 12.300 millas náuticas (22.800 Km.), será la más larga de la historia de la prueba y con una navegación prevista de 35 a 40 días, todo debe estar perfectamente controlado.

El campeón olímpico mallorquín Jordi Calafat, uno de los Jefes de Guardia del ''Azul'', ha explicado que "el trabajo es intenso. Hay que cargar media tonelada de comida y repuestos, tenemos que ver la ruta por dónde vamos a ir y decidir qué velas vamos a llevarnos; tenemos el tiempo justo". El ''Telefónica Negro'' de Fernando Echávarri ha dejado hoy el puerto de Singapur rumbo a Río de Janeiro donde llegará el próximo tres de marzo.

La tripulación del barco, excepto dos miembros que se incorporarán al ''Azul'' para la quinta etapa, posiblemente Jaime Arbones y David Vera, volverá a España y continuará los entrenamientos allí. El equipo de tierra del ''Telefónica'' trabaja ahora con los ingenieros de la oficina de Bruce Farr, constructor del barco, preparando las reparaciones en el barco cuando llegue a Río.

Quien también trabaja contra reloj es el ''Ericsson 3'' sueco de Magnus Olsson, que está en un astillero de Hualien(Taiwan) y quiere finalizar la cuarta etapa y tomar la salida de la quinta junto con el resto de la flota. "Lo qué estamos intentando hacer ahora es casi imposible.¡Pero vamos a lograrlo!", ha señalado Olsson. El equipo de tierra sueco está trabajando frenéticamente en turnos continuos de 24 horas para terminar la reparación de sus deslaminación en el casco e intentará retomar la etapa mañana desde el punto donde se retiró, a unas 60 millas (110 Km.). al Norte de Taiwan y a unas 500 (900 Km.) de la meta en Qingadao.

En este ritmo de trabajo y quizás por el cansancio, el constructor Rick Douglas perdió ayer el dedo índice de una mano al seccionarlo con una máquina de pulir. El meteorólogo del equipo, Chris Bedford, ha señalado que tienen que intentar salir hoy mismo o mañana porque las condiciones son favorables y podrían llegar a la meta en dos o tres días.

El ''Delta Lloyd" holandés de Roberto Bermúdez de Castro, también en Taiwan, fue depositado el lunes en un portacontenedores y ahora está de camino a Hong Kong. De allí lo enviarán a Río de Janeiro. Si todo va según lo previsto el barco llegará el 11 de marzo, apenas una semana antes de la regara costera de Río.

El constructor del barco, Killian Bushe, estará en el Brasil para realizar las reparaciones del casco y la instalación del nuevo mástil. Él es también responsable de la construcción de los dos barcos ''Ericsson'' de esta edición de la prueba; el ''Delta Lloyd'' es el antiguo ''ABN Amro I'', vencedor de la edición 2005-2006.

La Volvo Ocean Race disputa ahora su quinta etapa, entre Qingdao (China) y Río de Janeiro (Brasil), lo que constituye el tramo más largo de la actual edición de la vuelta al mundo por etapas y con tripulaciones completas. Este maratón del mar lleva a los cinco veleros Open 70 que han sobrevivido a las durísimas condiciones de la cuarta etapa a cruzar todo el Pacífico para bordear cabo de Hornos antes de remontar el tramo del Atlántico hasta la capital carioca.

El Telefónica Azul arrancó esta travesía de más de 12.000 millas dando ventaja a sus rivales, los dos Ericsson suecos, el Puma estadounidense y el Green Dragon chino-irlandés. En el momento en que se preparaban para tomar la salida, el sábado 14 de febrero, el barco español golpeó con su profunda quilla de 4,5 metros de longitud una roca incomprensiblemente no señalizada en esa posición en las cartas náuticas de Qingdao, la sede de la competición de vela en los Juegos Olímpicos de Pekín"08. El impacto fue lo suficientemente preocupante como para que los patrones, Bouwe Bekking e Iker Martínez, decidieran volver a puerto y sacar el barco del agua para comprobar los daños y cerciorarse de que la seguridad del velero y de sus tripulantes no había quedado comprometida.

La maniobra de inspección llevó su tiempo y para cuando el Telefónica Azul volvió al agua y cruzó la línea de salida habían transcurrido diecinueve horas desde que sus cuatro rivales se habían ido. En distancia suponía algo menos de 200 millas, lo cual no era todo lo definitivo que podía haber sido para las aspiraciones del Telefónica Azul, ganador de las dos etapas anteriores de la VOR. Al dejar la costa china, la flota había encontrado vientos flojos y medios y no pudo alcanzar las vertiginosas velocidades máximas de los Open 70, que miden 21,5 metros de eslora y llegan a navegar con puntas de 40 nudos (más de 70 km/h).

Las condiciones meteorológicas, además, eran favorables para el barco español, diseñado por el gabinete de arquitectura naval de Bruce Farr como un barco polivalente, ante el convencimiento por parte del equipo que dirige Pedro Campos de que esas serán las condiciones predominantes en una vuelta al mundo que recorrerá 37.000 millas a lo largo de nueve meses. Así que la tripulación se tomó la remontada como una motivación extra.

Con singladuras como la del día 16, en la que recorrieron 473 millas (aproximadamente la distancia entre Barcelona y Málaga por mar) en 24 horas, el Telefónica Azul fue recortando su desventaja poco a poco, ganando millas la mayor parte del tiempo y perdiendo algunas en ocasiones, en función de los distintos sistemas meteorológicos que se iban encontrando unos y otros. En seis días alcanzó al Green Dragon y tres días después estaba a 140 millas de la cabeza, justo en el momento en que entraban en las calmas ecuatoriales del Pacífico.

El día 24 de febrero, diez días después de la salida, el Telefónica Azul se encontraba a sólo 50 millas del Puma y el Ericsson 3 y a unas 100 del líder, el Ericsson 4. Y aún siguió remontando. Finalmente, el 26 se dio por culminada la gesta, al alcanzar la segunda posición a tan sólo 22 millas del líder y encontrarse prácticamente a la altura de sus otros dos grandes rivales y con el Green Dragon unas 60 millas por detrás.

La llegada a las islas Fidji se convirtió en la siguiente batalla táctica, ya en guerra por el liderato. Telefónica Azul y Puma cruzaron por entre las islas, mientras los dos Ericsson y el Green Dragon prefirieron pasarlas por el este. Ahora, tras 5.000 millas recorridas, la situación es prácticamente de empate entre los cinco barcos, separados por menos de 40 millas del primero al último. El siguiente objetivo es la meta volante de Nueva Zelanda, donde les esperan los primeros puntos en juego de esta quinta etapa. Para el Telefónica Azul estar en la disputa de esos puntos ya es un premio en sí mismo después de su brillante remontada.

Mientras tanto, los otros dos barcos que quedan en la VOR, Telefónica Negro y Delta Lloyd, viajan a bordo de cargueros rumbo a Río de Janeiro para reanudar allí la competición. Los daños sufridos en la cuarta manga, tras el terrible temporal del estrecho de Luzón, les impidió llegar a Qingdao y tomar la salida en la quinta etapa, la más larga de la historia de la Volvo Ocean Race, pero no les inhabilita para seguir en competición y disputar las cinco etapas oceánicas y las regatas costeras que todavía se celebrarán hasta llegar a San Petersurgo (Rusia) en el mes de junio.