RESIDUOS SÓLIDOS
La Comisión Nacional del Medio Ambiente, define residuo como “los materiales o subproductos de los procesos de producción, consumo y desvalorización, que en el momento del desarrollo social y técnico, son rechazados por no considerarse aptos”.
Los residuos sólidos lo son según el estado físico que posean, ya que por este mismo estado, también existen los deshechos líquidos y gaseosos, a los que no se hará referencia en este tema, ya que fueron mencionados en los otros temas relativos a la contaminación atmosférica y al agua.
Los residuos sólidos se clasifican de diversas formas:
Clasificación según su composición química: Desechos sólidos orgánicos: son los desechos biodegradables, excepto las deposiciones humanas y animales.
Desechos sólidos inorgánicos: son aquellos que al degradarse no perjudican al medio ambiente, sino solo a nivel estético.
Clasificación según el nivel de actividad que los genera: Desechos sólidos domiciliarios: son aquellos que se generan a nivel domestico, es decir, en menor cantidad, como los papeles desechados en una casa, o los restos de comida, etc.
Desechos sólidos comerciales: son aquellos que se generan a nivel comercial, es decir, en cantidad media, como los restos de papel, boletas o facturas que se desechan en las tiendas comerciales, los plásticos que arrojan las tiendas comerciales a partir de la no utilización de sus bolsas.
Desechos sólidos industriales: son aquellos que se generan a gran escala, en industrias y fábricas.
Clasificación según el manejo que es posible dar a los desechos: Desechos sólidos que es posible reducir: son aquellos que poseen un gran tamaño, pero éste puede ser minimizado antes de ser considerado basura.
Desechos sólidos que es posible reutilizar: son aquellos pueden ser utilizados en más de una ocasión, de la misma forma y para el mismo propósito para el que fue fabricado.
Desechos sólidos que es posible reciclar: son aquellos que es posible separar, recoger, clasificar y almacenar para, luego, mediante un proceso de reincorporación, pueden ser utilizados como materia prima para producir el mismo elemento que fue generado con anterioridad (ejemplo, reciclar papel, para hacer papel reciclado) o uno diferente (ejemplo, restos de frutas y verduras para hacer tierra de abono), constituyendo un ciclo productivo.