Autor Tema: El Diluvio (Leído 2196 veces)

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El Diluvio

Prácticamente en todas las religiones del planeta, desde la antigüedad, se da el mito de una gran inundación, de un diluvio universal que tras su arrollador paso dio origen a un mundo nuevo. ¿Tuvo lugar realmente? Si así fue… ¿cuándo? Realizamos un recorrido por todos aquellos lugares en los que la gran inundación cambió la historia…
Los hombres vivimos en una estrecha franja entre el cielo y la tierra que llamamos biosfera, el único lugar del universo hasta ahora conocido que alberga seres vivos y entre ellos una especie inteligente. Para ella, desde el cielo, morada donde conviven dioses y misterios, a veces han venido cataclismos. Entre otros peligros hay meteoritos, radiaciones que no vemos, pero sobre todo agua y viento se han manifestado con una fuerza brutal, causando desastres devastadores que la tradición ha recogido en varios relatos míticos. En el pasado la responsabilidad de tales acontecimientos se atribuyó a un dios o a varios dioses irritados. Hoy, cuando se atisban los efectos de un cambio climático que podría originar desastres de dimensiones impredecibles, parte de la responsabilidad parece tenerla el propio hombre. ¿Vamos a sufrir desastres que podrían haberse evitado?
El Poema de Gilgamesh, ¿inspirador del Génesis?
Hace algún tiempo se publicó una noticia que ha sido casi ignorada ante la envergadura del conflicto que allí se vive, una región considerada como cuna de la civilización. Un grupo de arqueólogos alemanes pensaron que habían encontrado a unos 150 km de Basora la tumba del rey sumerio Gilgamesh, protagonista de la primera narración de la historia, así como restos de la ciudad donde reinó, Uruk −origen del nombre Irak−. Joerg Fassbinder, de la Oficina de Monumentos Históricos de Múnich, piensa que los restos coinciden con las descripciones que se encuentran en La epopeya de Gilgamesh, mientras que Ricardo Eichmann, del Instituto Alemán de Arqueología, lo niega.
Pero, ¿quién fue Gilgamesh, y cuál su peripecia? Este monarca es uno de los principales personajes de la más antigua narración que se conserva, escrita aproximadamente 2.500 años a.C. en caracteres cuneiformes. Son doce tablillas de unos trescientos versos cada una distribuidos en seis columnas –el seis era la base del sistema de medida sumerio–. Forman parte de una colección de unas 25.000 que encontró sir Austen Henry Layard a finales del siglo XIX. Pertenecieron a la biblioteca de Asurbanipal –siglo VII a.C.–. Desde la desaparecida Nínive, la primera colección clasificada y almacenada de la historia ha llegado hasta el British Museum londinense.
Una parte del poema es el primer relato de un diluvio que conocemos, y confirma tradiciones recogidas por el historiador babilónico Beroso en el siglo III a.C. Algunos estudiosos creen que debió de tratarse de una gran inundación en la región bañada por los ríos Tigris y Éufrates unos 2.900 a.C., debida a varias causas. Quizá un meteoro caído sobre el Golfo Pérsico, o un ciclón semejante al que devastó el Golfo de Bengala en 1876, matando a unas doscientas quince mil personas –el nivel de las aguas se elevó 15 m–. Otras investigaciones geológicas, como la de Bill Ryan y Walter Pitman, han detectado evidencias de un fenómeno de estas características estudiando el fondo del Mar Negro. Los actuales métodos de datación han fechado la antigüedad del fenómeno entre los años 7.000 y 5.500 a.C. Si se trata del mismo diluvio, las fechas retrocederían mucho.
Isaac Asimov afirma que este relato fue asumido y adaptado posteriormente por diversos pueblos. Según él, los israelitas lo hicieron con Noé –conocerían la leyenda durante su cautiverio en Babilonia, durante el siglo VII a.C.; el relato del Génesis, con ligeras variantes es muy semejante en sus detalles fundamentales–. El reputado antropólogo James G. Frazer consideraba que “Basta una comparación superficial de los relatos hebreo y babilónico acerca del Diluvio para convencernos de que no son independientes, sino que uno ha tenido que derivar del otro o ambos de una fuente anterior común”

Fuente: Enigmas