6. Estructura
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El libro está estructurado alrededor de cuatro escenas que contienen grupos de siete: las cartas a las siete iglesias, los siete sellos, las siete trompetas, las siete copas.
Un versículo clave es Ap. 1:19:
(Ap. 1:19) Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de éstas.
Esto divide al libro en lo que Juan ha visto (una visión de Cristo), lo que es ahora (las cartas a las siete iglesias) y lo que ha de ser (el resto del libro). El versículo que divide el ahora de lo que ha de venir después es Ap. 4:1-2. Una división importante se encuentra en Ap. 4:1-2. Esto divide al libro en lo que es ahora y lo que ha de venir más tarde, desde el punto de vista de Juan. Desde Ap. 4 en adelante Juan ve los eventos futuros desde la perspectiva del cielo, y un cielo con Dios en control, sentado sobre su trono. Todos los eventos subsiguientes son vistos desde el cielo, con Dios en control.
(Ap. 4:1-2) Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de éstas. {2} Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.
Otros ejemplos de un cambio de punto de vista y que comienzan otra escena se dan en los pasajes de más abajo (Wilcock). Estos involucran ya sea un cambio de punto de vista o algo que se abre en el cielo:
(Ap. 11:19) Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.
(Ap. 15:5) Después de estas cosas miré, y he aquí fue abierto en el cielo el templo del tabernáculo del testimonio.
(Ap. 17:1-3) Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; {2} con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. {3} Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
(Ap. 19:11) Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
(Ap. 21:9-10) Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. {10} Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios.
Los siete sellos y las siete trompetas tienen cada uno un interludio significativo entre los sextos y séptimos sello y trompeta. La visión de la gran prostituta es introducida por uno de los ángeles, que tiene una de las siete copas, como en la visión de la Nueva Jerusalén. Esto sirve para vincular a la gran prostituta con las siete copas y para contrastar la gran prostituta con la Nueva Jerusalén que es la novia de Cristo.
Prólogo (1:1-3)
Saludos (1:4-8)
Una visión del Cristo resucitado. A Juan se le dice que escriba a las siete iglesias (1:19-20)
Las cartas a las siete iglesias siguen a continuación y representan el ahora (2:1-3:22)
Un trono en el cielo (4:1-11)
El cordero y el rollo (5:1-14)
Los primeros seis de los siete sellos (6:1-17)
Interludio: El sellado de 144.000 (7:1-8)
La gran multitud de los redimidos (7:9-1 7)
El séptimo sello (8:1)
Se introducen las trompetas (8:2-5)
Las primeras seis de las siete trompetas (8:6-9:21)
Interludio: El ángel poderoso y el librito (10:1-11)
Los dos testigos (11:1-14)
La séptima trompeta (11:19-
La mujer y el dragón (12:1-6)
Guerra en el cielo (12:7-12)
El dragón persigue a la mujer (12:13-17)
La bestia del mar (13:1-10)
La bestia de la tierra (13:11-18)
El cordero y los 144.000 sobre el monte de Sion (15:1)
Los tres ángeles (14:6-13)
La cosecha de la tierra (14:14-20)
Siete ángeles con siete plagas son presentados (15:1)
Los victoriosos sobre la bestia (15:2-4)
El templo lleno de humo (15:5-8)
Las siete copas (16:1-21)
El misterio de la mujer y la bestia (17:1-18)
La caída de Babilonia (18:1-24)
Regocijo y Aleluya (19:1-10)
La bestia y el falso profeta destruidos (19:11-21)
Satanás atado por mil años (20:1-10)
El gran trono blanco (20:11-15)
El cielo nuevo y la tierra nueva (21:1-8)
La Nueva Jerusalén (21:9-27)
El río de vida (22:1-6)
Epílogo (22:6-21)
6.1 Paralelismo Progresivo en Apocalipsis
Hendriksen ha construido un caso sobre el paralelismo progresivo en Apocalipsis en detalle. Es que las visiones del capítulo 4 en adelante cubren el período desde la ascensión hasta que Cristo vuelva y del juicio. A medida que progresan las visiones cubren mayores detalles del final, cuando Cristo vuelva y del juicio. Se dan los siguientes ejemplos:
El rollo y el Cordero: Esto trata del cielo poco tiempo después de la ascensión de Cristo
El sexto sello: Esto trata de la segunda venia (Ap. 6:17)
Los dos testigos: Ellos suben al cielo en una nube; éste es el rapto (Ap. 11:12)
La séptima trompeta pronuncia el tiempo del juicio de los muertos (Ap. 11:18)
La mujer y el dragón cubren tanto la era del AT como la era del evangelio; la ascensión ocurre en Ap. 12:5
La tierra es cosechada en Ap. 14:14
La séptima copa registra el fin del mundo (Ap. 16:17)
El sexto sello, la séptima trompeta y la séptima copa tratan del día del Señor.
Todos los siguientes son períodos paralelos:
i. Los gentiles pisotean la ciudad santa por 42 meses (Ap. 11:2)
ii. Los dos testigos profetizan por 1260 días (Ap. 11:3)
iii. La mujer es cuidada por 1260 días (Ap. 12:6) y un tiempo, tiempos y la mitad de un tiempo (Ap. 12:14)
iv. La bestia ejerce su autoridad por 42 meses (Ap. 13:5)
Babilonia es derrotada en Ap. 18:2; hay una referencia a la segunda venida en 17:14
La bestia y el falso profeta son derrotados en Ap. 19:20; la Segunda Venida, en 19:11-21
Satanás es derrotado en Ap. 20:10
Los muertos son juzgados en Ap. 20:11
El cielo nuevo y la tierra nueva son descritos en cap. 21 y 22
El mismo evento, la batalla finala, es descrito o mencionado en los siguientes pasajes:
i. La sexta copa; reunión de los reyes para la batalla en el gran día del Dios Todopoderoso (Ap. 16:14)
ii. Los diez reyes hacen guerra contra el Cordero (Ap. 17:12-14)
iii. La bestia y los reyes de la tierra hacen guerra contra el Cordero (Ap. 19:19)
iv. Satanás reúne a Gog y Magog para la batalla (Ap. 20:
Los enemigos del pueblo de son presentados en orden inverso a su destrucción
11:7 Se presenta a la bestia
12:1 Se presenta al dragón
13:1 Se describe a la bestia
13:11 El falso profeta es presentado y descrito
14:8 Se presenta la caída de Babilonia
16:19 Cae Babilonia
17:1 Se describe a la mujer y a la bestia
18:1 Se describe la caída de la mujer
19:20 La caída de la bestia y el falso profeta
20:10 La ruina de Satanás
La caída de Babilonia es mencionada en tres ocasiones por separado (14:8, 16:9, 18:2)
El juicio y castigo de los malos es mencionado en 11:18, 14:9 ff, 14:19 ff, 20:11 ff
7. La simbología y auto interpretación de Apocalipsis
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Una de las principales decisiones que tiene que tomar cualquier persona que lee el libro es si tiene que interpretarlo en forma literal o simbólicamente. Como pertenece al estilo literario apocalíptico, he elegido interpretarlo simbólicamente. Hay otros estilos literarios en la Biblia como ser el poético; así, cuando uno lee los Salmos, uno los interpreta de esta forma. El libro es simbólico y esto está revelado por las secciones del libro que proveen su propia interpretación. El libro también está lleno de frases como "Después de esto miré" (9), "Entonces vi" (33), "Observé" (3), "Oí" (23). El libro de Apocalipsis es una visión. Ap. 9:17 es el único versículo en el que Juan admite que está viendo una visión.
(Ap. 9:17) Así vi en visión los caballos y a sus jinetes, los cuales tenían corazas de fuego, de zafiro y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de su boca salían fuego, humo y azufre.
Caird comenta que "a menudo ocurre en Apocalipsis que lo que él ve está descrito mayormente en un simbolismo tradicional, y lo que escucha da la reinterpretación cristiana". Algunos intérpretes toman todo literalmente a menos que se diga claramente que es simbólico (Walvoord); algunos toman al libro simbólicamente a menos que claramente debe tomarse en forma literal (Caird). He adoptado la posición de Caird ya que parece encajar mejor en el encuadre del libro. La dificultad en interpretar el libro está en decidir qué debe ser tomado simbólicamente y qué literalmente y esto afectará la interpretación que uno tenga considerablemente.
En el capítulo 1 Juan ve siete candeleros (v. 12) y entre los candeleros a uno semejante al Hijos del Hombre (v. 13), y en su mano derecha tenía siete estrellas (v. 16).
(Ap. 1:12-16) Y me volví para la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro. {13} y en medio de los candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro. {14} Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; {15} y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas. {16} Tenía en su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
En Ap. 1:19 a Juan se le instruye que escriba lo que ha visto. Inmediatamente, en el versículo siguiente, Jesús explica el misterio de las siete estrellas y de los siete candeleros.
(Ap. 1:20) El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.
Así que Jesús revela el misterio de las siete estrellas y los siete candeleros de oro. Esto debería hacernos empezar dándonos cuenta de que el libro es simbólico. Esto significa que muchas cosas que veremos parecerán fantásticas y si son tomadas literalmente no tendrán sentido. Si los detalles son llevados al extremo no tendrán ningún sentido, así que no sirve tratar de identificar los diez cuernos en la bestia porque muchos han tratado y han fallado. Es el principio detrás del detalle y no el detalle, lo que es importante.
Otros ejemplos de auto interpretación en Apocalipsis se dan más abajo:
El Cordero es el símbolo principal y clásico de Apocalipsis, así que nadie lo toma literalmente.
(Ap. 5:6) Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.
La identidad del Cordero no se declara explícitamente, pero es claramente Jesucristo quien más tarde es descrito como Señor de señores y Rey de reyes.
(Ap. 17:14) Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.
Compare esto con la descripción de Cristo en el v.5, donde es descrito como el soberano de los reyes de la tierra.
(Ap. 1:5) Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.
Otros ejemplos donde un símbolo es interpretado incluyen:
(Ap. 5:
Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.
(Ap. 12:9) Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
(Ap. 4:5) Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
(Ap. 17:9-18) Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, {10} y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo.
{11} La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.
{12} Y los diez cuernos que has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.
{15} Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.
{18} Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.
(Ap. 19:
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos
Otros ejemplos del estilo literario que es más cercano al nuestro se evidencia en la frase "Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires" (17:6). La imagen es horrible pero la mayoría de las personas entenderá que esto significa que ella ha asesinado a muchos santos.
Esto nos ayuda a entender la tercera copa, en la que el tercer ángel vierte la copa sobre los ríos y fuentes de agua y se convierten en sangre.
(Ap. 16:5) Y oí el ángel de las aguas, que decía: Justo eres tú, oh Señor, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. {6} Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, también tú les has dado a beber sangre; pues lo merecen.
Debemos entender que convertir el agua en sangre significa que muchas personas murieron por tomar el agua (comparar con la tercera trompeta). Si tomamos el relato de Moisés, entonces cuando el Nilo se convierte en sangre (o del color de la sangre) debe ser tomado en forma literal porque se está usando una forma literaria narrativa.
Otra ayuda en su interpretación es notar que Juan a veces ve una visión o señal y luego la voz explica lo que ve o da información adicional:
1:12 ve doce candeleros de oro; 1:20 Jesús explica que estos son las siete iglesias
5:6 ve un cordero; 5:9 los veinticuatro ancianos cantan acerca del Cordero
7:9 ve una gran multitud; 7:14 el anciano explica quiénes son
12:3 ve un dragón y guerra en el cielo; 12:10 una voz explica lo que ha visto
17:1 ve una gran prostituta; 17:7 el ángel explica su significado
7.1 Símbolos en el libro
Hay muchos símbolos en el libro de Apocalipsis. Estos son algunos de los más importantes.
7.1.1. Símbolos de Cristo
Uno "semejante al Hijo del Hombre" (1:13)
El León de la tribu de Judá (5:5)
La Raíz de David (5:5)
Dio a luz un hijo varón, que regirá con vara de hierro a todas las naciones (12:5)
El jinete del caballo blanco (19:11)
7.1.2 Símbolos de la Iglesia
La Iglesia es uno de los personajes principales del libro de Apocalipsis
· Los siete candeleros:
(Ap. 1:20) El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.
(Ap. 6:9) Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.
· Los 144.000 sellados de todas las tribus de Israel (Ap. 7:4-8)
(Ap. 11:1) Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él
Los dos testigos (Ap. 11:3)
La mujer vestida del sol (Ap. 12:1)
El ejército del Señor (Ap. 19:19)
7.1.3. Los enemigos de la iglesia
El dragón escarlata (Ap. 12:3): el diablo
La bestia del mar (Ap. 13:1): el poder político mundial
La bestia de la tierra (Ap. 13:11): el falso profeta
La gran prostituta (Ap. 17:1): la seducción del mundo, representada por la gran ciudad
Tres señales en el cielo
Hay tres instancias en las que Juan vio una señal (grande y admirable) en el cielo: la mujer vestida del sol (12:1), el dragón (12:3) y los siete ángeles con las siete últimas plagas (15:1). La primera y segunda señal se refieren a la iglesia del Antiguo Testamento y al diablo; la tercera señal también debería ser considerada simbólicamente.
(Ap. 12:1) Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas
(Ap. 12:3) También apareció otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas
(Ap. 15:1) Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios
7.2 El uso de números en Apocalipsis
Los números tienen un significado simbólico en Apocalipsis. Encontrar un significado más profundo a estos números puede ser peligroso. Los diez cuernos de la bestia son diez reyes, con el significado de completo, así que podría significar 10, 14, 16, etc. Uno puede estar bastante seguro que 1000 años no significa mil años sino un período completo de tiempo según la definición de Dios. El número más importante encontrado es el siete, que es encuentra 55 veces en el libro y significa completo.
2 Testigo Dos testigos; los discípulos enviados de dos en dos
4 El mundo Cuatro puntos cardinales
6 El número del hombre Hombre creado día seis
7 Dios, divino, completo Dios completó la obra y descansó el día siete
10 Completo Completo desde un punto de vista humano
12 La obra de Dios en el mundo Doce tribus de Israel. Doce apóstoles
Múltiplos de doce:
24 Iglesia del AT y NT; veinticuatro ancianos
144 12 x 12; AT y NT combinados
12000 Anchura de la Nueva Jerusalén
144000 12 x 12 x 10 x 10 x 10; Iglesia completa
Otros números:
666 Hombre de Satanás, una trinidad de números seis
667 4 x 4 x 10 x 10 (ver Ap. 14:20)
3,5 años=42 meses=1260 días=tiempo, y tiempo y mitad de tiempo=el período entre la ascensión de Jesús y su Segunda Venida
(Ap. 11:2) ... y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses
i. Los dos testigos profetizan por 1260 días
ii. Es también el tiempo de permanencia de la mujer en el desierto (Ap. 12:6, 1260 días, y Ap. 12:14 tiempo, y tiempos y la mitad de un tiempo).
iii. Que es también el tiempo que Elías oró para que no lloviera, 3 años y medio, y Dios lo alimentó en forma sobrenatural
iv. Las bestias ejercen autoridad (Ap. 13:5, 42 meses)
v. Que es el mismo tiempo que el tiempo, tiempos y medio tiempo de Daniel
Ejemplos del uso del número dos:
11:3 Dos testigos
11:4 Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra
11:10 Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra
13:11 dos cuernos de la bestia de la tierra
Ejemplos usando el número cuatro:
4:6 Cuatro criaturas vivientes
7:1 Vi cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra
9:14-15 Sexta trompeta
esata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufrates
20:8 Y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla
Ejemplos usando el número siete:
1:4 Juan, a las siete iglesias que están en Asia
1:12 ...y vuelto, vi siete candeleros de oro
1:16 Tenía en su diestra siete estrellas
4:5 ...delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios
5:1 ... un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos
5:6 ... un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra
8:2 Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas
10:3 ... y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces
11:13 ... y por el terremoto murieron en número de siete mil hombres
12:3 ... he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas
16:1 Oí una gran voz que decía desde el templo a los siete ángeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios
17:3 una bestia escarlata... que tenía siete cabezas y diez cuernos
17:9-11 ... las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, y son siete reyes... La bestia... es de entre los siete, y va a la perdición.
Ejemplos usando el número diez
2:10 ... y tendréis tribulación por diez días
12:3 ... un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos
13:1 ... una bestia que tenía siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuernos diez diademas
17:12 Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes
17:16 Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera
Ejemplos usando el número doce
12:1 ... y sobre su cabeza una corona de doce estrellas
21:12 Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel
22:2 ... el árbol de vida, que produce doce frutos
7.3 Algunos recursos literarios usados
A Juan le gusta mucho usar superlativos, especialmente la palabra "gran" (o "grande") en Apocalipsis. Esto es característico del estilo apocalíptico. Gran es usado 49 veces t el griego megas ocurre 82 veces. Los ejemplos son: gran terremoto (6:12), gran día de ira (6:17), gran multitud (7:9), gran tribulación (7:14), gran estrella (8:10), gran río Éufrates (9:14), gran ciudad (11:
, gran poder (11:17), granizo grande (11:19), señal grande y admirable (12:1), gran dragón (12:9), gran águila (12:14), gran autoridad (13:2), señales grandes y milagrosas (13:13), Babilonia, la Grande (14:
, gran lagar de la ira de Dios (14:19), Grandes y maravillosas son tus obras (15:3), el gran día del Dios Todopoderoso (16:14), gran prostituta (17:1), gran autoridad (18:1), gran riqueza (18:17), grandes hombres (18:17), gran cena de Dios (19:17), gran cadena (20:1), gran trono blanco (20:11), una monte grande y alto (21:10), un muro grande y alto (21:12).
La palabra Cordero (gr. arnion) ocurre 31 veces, pero note que en 13:11 es usada para describir la bestia de la tierra.
Se ha hecho mención anteriormente al uso frecuente del autor de los contrastes que ayudan nuestra interpretación. Otros recursos literarios son usados además para agregarle significado al libro. Algunos ejemplos se dan a continuación.
a. Por ejemplo, los cuatro sellos, las trompetas y las copas forman unidades distintas. Los cuatro jinetes en el caso de los sellos y con las trompetas y las copas tratan con la tierra, el mar, los ríos y el universo. El ángel con el evangelio eterno (14:7) dice "Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas" antes de los juicios de las siete copas.
b. En 12:12 un ay es pronunciado sobre la tierra y el mar porque el diablo ha descendido a ellos. Y en el capítulo 13 las dos bestias suben del mar y de la tierra. Hay tres grupos que hacen duelo por la caída de Bablilonia: los reyes de la tierra, los mercaderes que comercian en tierra y los capitanes que comercian en el mar. El ángel poderoso pone sus pies sobre la tierra y el mar (10:2)
c. Uno de los ángeles que tiene las siete copas lo presenta a Juan a la gran prostituta (Babilonia, la grande) y a la novia (la nueva Jerusalén), evidentemente para contrastarlos a los dos.
d. El mismo incensario usado para ofrecer oración antes es usado para arrojar fuego a la tierra (8:3-5), indicando que las siete trompetas son una respuesta a las oraciones de los santos.
8. Trasfondo histórico
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Hailey da un excelente relato del trasfondo histórico. Caird enumera los eventos específicos a continuación:
60 d.C Terremotos
62 Derrota del ejército romano por los partos vologueses en la frontera este
64 Persecución de los cristianos por Nerón seguido del incendio de Roma
68 Suicidio de Nerón
70 Guerra de cuatro años entre judíos y romanos finalizando con Jerusalén en ruinas
79 Erupción del Vesubio
92 Serio hambre de granos
81-96 Reino de Domiciano; instituye la adoración del emperador
95 Escritura de Apocalipsis
Emperadores romanos:
a.C. 48-44 Julio César
a.C 31- d.C. 14 Octavio (Augusto)
d.C.14-37 Tiberio
37-41 Calígula
41-54 Claudio
54-68 Nerón
68-69 Galba, Oto, Vitelio
69-79 Vespasiano
79-81 Tito
81-96 Domiciano
96-98 Nerva
98-117 Trajano
117-138 Aelio Adriano
138-161 Antonio Pío
161-180 Marco Aurelio
180-192 Cómodo
193-211 Septimio Severo
211-217 Caracalo
217-222 Heliogóbulo
222-235 Alejandro
235-238 Maximinio
249-251 Decius
253-260 Valeriano
253-268 Galieno
284-305 Diocleciano
313- Constantino
La primera ola de persecución golpeó a la iglesia primitiva empezando con el martirio de Esteban (Hechos 8:1-4). Esto tuvo dos efectos: dispersar a la iglesia para que diseminara el evangelio desde Jerusalén a las regiones circundantes de Judea y Samaria, cumpliendo de esta forma la primera parte de la gran comisión (Hechos 1:
, además de alejar a la mayoría del pueblo de Dios de Jerusalén y de su derrota en manos de los romanos en 70 d.C.
La segunda ola de persecución ocurrió mucho más tarde durante el reinado de Nerón (d.C. 54-68) luego del gran incendio de Roma por el que fueron acusados los cristianos. Tradicionalmente se supone que tanto Pablo como Pedro sufrieron el martirio durante este período. Esto comenzó la primera de diez olas de persecución contra los cristianos durante el período del Imperio Romano hasta Constantino en d.C. 314.
Barclay da un relato detallado del trasfondo histórico. Al comentar acerca de la fecha en que fue escrito Apocalipsis, Barclay da los siguientes detalles.
Está el relato que nos da la tradición. La tradición consistente es que Juan fue desterrado a Patmos en el tiempo de Domiciano; que vio sus visiones allí; al morir Domiciano fue liberado y volvió a Éfeso; y allí puso por escrito las visiones que había tenido. Victorino, quien escribió cerca del final del tercer siglo d.C., dice en su comentario sobre Apocalipsis: "Juan, cuando vio estas cosas, estaba en la isla de Patmos, condenado a las minas por Domiciano, el Emperador. Allí, por lo tanto, vio la revelación... Cuando luego fue liberado de las minas, entregó su revelación que había recibido de Dios." Jerónimo es todavía más detallado: "En el año catorce después de la persecución de Nerón, Juan fue desterrado a la isla de Patmos, y allí escribió el Apocalipsis... Al morir Domiciano, y ante la revocación de sus actos por el senado, debido a su crueldad excesiva, volvió a Éfeso cuando Nerva era el emperador." Eusebio dice: "El apóstol y evangelista Juan relató estas cosas a las Iglesias, cuando había vuelto del exilio en la isla, después de la muerte de Domiciano." La tradición da por cierto que Juan vio sus visiones en el exilio en Patmos; lo único que es dudoso - y que no tiene importancia - es si las escribió durante el tiempo de su destierro o cuando volvió a Éfeso. Basados en esta evidencia no estaremos equivocados si fechamos al Apocalipsis alrededor de 95 d.C.
La segunda línea de evidencia está en el material del libro. Hay una actitud completamente nueva hacia Roma y el Imperio Romano. En Hechos el tribunal del magistrado romano era a menudo el refugio más seguro para los misioneros cristianos contra el odio de los judíos y la furia de la turba. Pablo estaba orgulloso de ser un ciudadano romano y vez tras vez reclamó sus derechos a los que cada ciudadano romano tenía derecho. En Filipos puso a los magistrados locales contra la pared al revelar su ciudadanía (Hechos 16:36-40). En Corinto, Galio desestimó las quejas contra él con una justicia romana imparcial (Hechos 18:1-17). En Éfeso, las autoridades romanas tuvieron cuidado de su seguridad contra la turba alborotada (Hechos 19:13-41). En Jerusalén, el tribuno romano lo rescató de lo que podría haberse convertido en un linchamiento (Hechos 21:30-40). Cuando el tribuno romano en Jerusalén oyó que había habido una amenaza sobre la vida de Pablo en camino a Cesarea, tomó todos los recaudos posibles para asegurarse de su seguridad (Hechos 23:12-31). Cuando Pablo desesperaba de la justicia en Palestina, ejerció su derecho como ciudadano y apeló directamente al César (Hechos 25:10-11). Cuando escribió a los Romanos, los instó a la obediencia a los poderes constituidos, porque estaban ordenados por Dios y eran un terror sólo para los malos y no para los buenos (Rom. 13:1-7). El consejo de Pedro es exactamente el mismo. Los gobernadores y reyes deben ser obedecidos, porque su tarea les es dada por Dios. Es un deber del cristiano temer a Dios y honrar al emperador (1 Pedro 2:12-17). Al escribir a los Tesalonicenses, es probable que Pablo señala el poder de Roma como el elemento crucial que está controlando el caos amenazador del mundo (2 Tes. 2:7).
En el Apocalipsis no hay nada más que un odio enardecido hacia Roma. Roma es una Babilonia, la madre de las prostitutas, ebria con la sangre de los santos y los mártires (17:5-6). Juan espera nada menos que su destrucción total.
La explicación de este cambio de actitud está en el amplio desarrollo de la adoración del César, la cual, con su persecución, es el trasfondo del Apocalipsis.
Para el tiempo de Apocalipsis la adoración del César era la única religión que cubría todo el Imperio Romano; y fue debido a su rechazo a conformar a sus demandas que los cristianos fueron perseguidos y muertos. Su esencia era que el Emperador Romano reinante, encarnando el espíritu de Roma, era divino. Una vez al año, todo el mundo en el Imperio tenía que aparecer antes los magistrados para quemar una pizca de incienso para la divinidad del César y decir: "César es Señor". Después de haber hecho esto, el hombre podía irse para adorar a cualquier dios o diosa que quisiera, en tanto y en cuanto esa adoración no infringiera la decencia o el buen orden; pero él debía pasar por esta ceremonia en la que reconocía la divinidad del Emperador.
La razón era muy simple. Roma tenía un imperio vasto y heterogéneo, extendiéndose desde un extremo del mundo conocido hasta el otro. Tenía en él muchas lenguas, razas y tradiciones. El problema era cómo soldar esta masa variada en una unidad auto consciente. No había ninguna fuerza unificadora como la religión común, pero ninguna de las religiones nacionales podrían en forma concebible volverse universal. La adoración del César sí podría. Era este acto y creencia en común que convirtió al imperio en una unidad. Rehusarse a quemar una pizca de incienso y decir "César es Señor" no era un acto de falta de religión; era un acto de deslealtad política. Esta es la razón por la que los romanos trataban con la máxima severidad al hombre que no quisiera decir, "César es Señor". Y ningún cristiano podría darle el título de Señor a nadie que no fuera Jesucristo. Esto era el centro de su credo.
Debemos ver cómo la adoración al César se desarrolló y cómo estaba en su apogeo cuando fue escrito Apocalipsis. Un hecho básico debe ser notado. La adoración del César no era impuesta a la gente desde arriba. Surgió de la gente; hasta podría decirse que surgió a pesar de los esfuerzos de los primeros emperadores por detenerla o, al menos, de limitarla. Y debe ser notado que de toda la gente en el Imperio, sólo los judíos estaban exentos de hacerlo.
La adoración del César comenzó como un arrebato espontáneo de gratitud hacia Roma. La gente de las provincias sabían bien lo que le debían a Roma. La justicia imparcial romana había reemplazado la opresión caprichosa y tiránica. La seguridad había tomado el lugar de la inseguridad. Los grandes caminos romanos abarcaban el mundo; y los caminos estaban a salvo de bandidos, y los mares de piratas. La pax romana era la cosa más grande que hubiera pasado jamás al mundo antiguo. Como lo expresó Virgilio, Roma sentía que su destino era "tener piedad de los caídos y derribar a los orgullosos." La vida tenía un nuevo orden en ella. E. J. Goodspeed escribe: "Esta era la pax romana. El provinciano bajo la influencia romana se encontró en posición de conducir sus negocios, proveer para sus familias, enviar sus cartas y hacer sus viajes en seguridad, gracias a la mano fuerte de Roma."
La adoración del César no comenzó con la deificación del Emperador. Comenzó con la deificación de Roma. El espíritu del Imperio fue deificado bajo el nombre de la diosa Roma. Roma representaba todo el poder fuerte y benévolo del Imperio. El primer templo a Roma fue erigido en Esmirna tan atrás como 195 a.C. No fue un paso muy grande pensar en el espíritu de roma como encarnado en un hombre, el Emperador. Esta adoración del Emperador comenzó con la adoración de Julio César después de su muerte. En 29 a.C. el Emperador Augusto otorgó a las provincias de Asia y Bitinia un permiso para erigir templos en Éfeso y Nicea para la adoración conjunta de la diosa Roma y el deificado Julio César. En estos santuarios a los ciudadanos romanos se los alentaba y hasta exhortaba a la adoración. Luego se dio otro paso. A los provincianos que no eran ciudadanos romanos Augusto les dio permiso para erigir templos en Pérgamo, en Asia, y en Nicomedia, en Bitinia, para la adoración de Roma y él mismo. Al principio, la adoración del Emperador reinante fue considerada como algo permisible para los provincianos no ciudadanos, pero no para aquellos que tenían la dignidad de la ciudadanía.
Hubo un desarrollo inevitable. Es humano adorar a un dios que puede ser visto antes que a un espíritu. Gradualmente los hombres comenzaron a adorar más y más al Emperador antes que a la diosa Roma. Todavía requería un permiso especial del senado para erigir un templo al Emperador viviente, pero para mediados del primer siglo ese permiso era dado cada vez más libremente. La adoración del César se estaba convirtiendo en la religión universal del Imperio Romano. Se desarrolló un sacerdocio y la adoración se organizó en presbiterios cuyos oficiales eran mantenidos en el más alto honor.
Nunca hubo la intención de que esta adoración borrara a las otras religiones. Roma era esencialmente tolerante. Un hombre podría adorar al César y a su propio dios. Pero, más y más, la adoración del César se convirtió en una prueba de lealtad política; se convirtió, como se dijo, en el reconocimiento del dominio del César sobre la vida y el alma e un hombre. Tracemos, entonces, el desarrollo de esta adoración hasta, y un poco después de que se escribiera el Apocalipsis.
i. Augusto, quien murió en 14 d.C., permitió la adoración de Julio César, su gran antecesor. Permitió que los no ciudadanos en las provincias adoraran, pero no les permitió a los ciudadanos hacerlo; y no hizo ningún intento de imponer esta adoración.
ii. Tiberio (14-37 d.C.) no pudo detener la adoración del César. Prohibió que se construyeran los templos y que se designaran sacerdotes para su propia adoración; y en una carta a Gython, una ciudad de Laconia, se rehusó definitivamente a recibir honores divinos. En lo referente a imponer la adoración del César, él la desalentó activamente.
iii. Calígula (37-41), el próximo Emperador, era un epiléptico, un loco y un megalómano. Insistía en tener honores divinos. Intentó imponer la adoración del César aun a los judíos quienes siempre fueron y siempre permanecieron exentos de hacerlo. Tenía planeado colocar su propia imagen en el Lugar Santísimo en el Templo de Jerusalén, un paso que con seguridad hubiera provocado una rebelión inquebrantable. Misericordiosamente, él murió antes que pudiera llevar a cabo sus planes. Pero en su reinado tenemos un episodio cuando la adoración del César se volvió una demanda imperial.
iv. A Calígula lo sucedió Claudio (41-54) quien revirtió por completo esta política insana. Él escribió al gobernador de Egipto - había un millón de judíos en Alejandría - aprobando por completo la negativa de los judíos a llamar dios al Emperador y dándoles completa libertad para disfrutar de su propia adoración. Al ascender a su trono, escribió a Alejandría diciendo: "Desapruebo la designación de un Sumo Sacerdote para mí y la erección de templos, porque no quiero ser ofensivo para mis contemporáneos, y sostengo que los lugares sagrados y cosas similares han sido atribuidos desde siempre a los dioses inmortales como honores peculiares."
v. Nerón (54-58) no tomó en serio su propia divinidad y no hizo nada para insistir en la adoración del César. Es cierto que persiguió a los cristianos, pero esto no fue porque no lo querían adorar sino porque tenía que encontrar chivos expiatorios para el gran incendio de Roma.
vi. Al morir Nerón hubo tres emperadores en dieciocho meses - Galba, Oto y Vitelio - y en ese tiempo de caos el asunto de la adoración del César no surgió.
vii. Los siguientes dos emperadores, Vespasiano (69-79) y Tito (79-81) fueron gobernantes sabios, quienes no insistieron en la adoración del César.
viii.La llegada de Domiciano (81-96) trajo un cambio completo. Él era el demonio. Era el peor de todas las cosas - un perseguidor de sangre fría. Con la excepción de Calígula, él fue el primer emperador en tomarse su divinidad en serio y exigir la adoración del César. La diferencia era que Calígula era un demonio insano; Domiciano era un demonio sano, lo cual era mucho más aterrador. Erigió un monumento al "Tito deificado, hijo del Vespasiano deificado." Comenzó una campaña de persecución encarnizada contra todos los que no quisieran adorar a los antiguos dioses - "los ateos", como él los llamaba. En particular, lanzó su odio contra los judíos y los cristianos. Cuando llegaba al teatro con su emperatriz, a las multitudes se las instaba a gritar, "¡Viva nuestro Señor y su Señora!" El actuaba como si él mismo fuera un dios. Informó a todos los gobernadores provinciales que los anuncios del gobierno y las proclamas deberían comenzar: "Nuestro Señor y Dios Domiciano ordena..." Todos los que se dirigían a él en palabra o por escrito deberían comenzar: "Señor y Dios."
¿Qué debían hacer los cristianos? ¿Qué esperanza tenían? No tenían muchos sabios ni poderosos. No tenían ninguna influencia ni prestigio. Contra ellos se había levantado el poder de Roma que ninguna nación había resistido jamás. Estaban enfrentados con la elección: César o Cristo. Era para alentar a los hombres en tales tiempos que Apocalipsis fue escrito. Juan no cerró sus ojos a los terrores; él vio cosas terribles y vio más cosas terribles en camino; pero más allá vio la gloria para aquellos que desafiaban a César por amor a Cristo. El Apocalipsis viene de una de las eras más heroicas en toda la historia de la Iglesia Cristiana. Es cierto que el sucesor de Domiciano, Nerva (96-98) revocó las leyes salvajes; pero el daño había sido hecho, los cristianos estaban fuera de la ley y el Apocalipsis es un llamado de clarín para ser fieles hasta la muerte a fin de ganar la corona de vida.
Hailey traza los reinados de emperadores y los tiempos (olas) de persecución desde Nerón (54-68) hasta Diocleciano (284-305) y que terminaron con Constantino I en 313.
Referencias
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Comentarios completos:
R. H. Mounce, The Book of Revelation, New international Commentary on the New Testament, Eerdmans, 1977. Un trabajo de erudición, voluminoso y bueno, pero se basa un poco demasiado en trabajos anteriores. Uno de los mejores libros individualmente, incluye mucha literatura secundaria. Un buen libro de referencia que debería ser suplementado por otro libro. (426 págs).
G. B. Caird, The Revelation of St John the Divine, Black's new testament commentaries, A & C Black. 2nd Ed 1984. Un trabajo de erudición que tiene una buena comprensión de los apocalipsis. Mounce es una herramienta de referencia mejor, pero Caird tiene mayor profundidad. (318 págs).
William Hendriksen, More than Conquerors, Baker Book House, 1962. Evangélico y erudito, un clásico de la escuela idealista (216 págs).
William Barclay, The Revelation of John, Westminster press, 1976. Un comentario laico excelente y que vale la pena leer en dos partes, con mucho material de trasfondo útil sobre el imperio romano, devocional y práctico. Un suplemento importante al material indicado más arriba. (vol. 1 (Cap. 1-5) 183 págs, vol. 2 (Cap. 6-22) 232 págs.).
James B Ramsey, The book of Revelation: An exposition of the first eleven chapters, Banner of Truth Trust, 1977, 518 pp. Un estudio piadoso y difícil para el lector moderno, pero da la interpretación más espiritual de todos los comentarios. Es una pena que no escribió sobre la segunda mitad de Apocalipsis.
J P Sweet, Pelican, 1979, 361 pp. Útil para el erudito; gran parte está en forma de notas.
George E Ladd: A commentary on Revelation, Eerdmans, 1971. Un comentario excelente y que merece ser leído (308 págs).
G R Beasley-Murray, New Century Bible, 1981. Un estudio erudito (352 págs).
H B Swete, The Apocalypse of St John, Macmillan, 1906. Un clásico que precedió apenas la publicación del gigantesco trabajo de R. H. Charles. Se requiere conocer griego, latín y varios otros idiomas europeos. Estrictamente para el erudito. Por otra parte su inglés es conciso, preciso y excelente. (Introduction 219 págs, Commentary 314 págs).
R. C. H. Lenski, Interpretation of Revelation, 1943, Augsburg Publishing House. Erudito pero no muy fácil de leer. Conocer el griego sería ventajoso. (675 págs).
Philip Edgcumbe Hughes, The book of the Revelation A commentary, 1990, IVP. Un enfoque idealista amilenial, bien escrito y no demasiado académico, en un estilo muy ameno, adecuado para el laico y un suplemento para el estudiante. (242 págs).
Homer Hailey, Revelation An Introduction and Commentary, 1979, The Wakeman Trust, 438 pp. Tiene una sección excelente sobre el trasfondo histórico. Es especialmente bueno en el tratamiento del griego. Es un muy buen comentario aunque no estoy de acuerdo del todo en su interpretación.
William Milligan, The book of Revelation, The expositors bible, Hodder and Stoughton, 1893, (392 págs). Un breve comentario de los autores de la obra principal, escrito en un inglés ameno. Vale la pena conseguir una copia de segunda mano.
John F Walvoord, The Revelation of Jesus Christ, Moody press, 1989 Ed. Un enforque dispensacionalista y futurista, ampliamente leído en Norteamérica. Da un buen resumen de la escuela dispensacionalista y futurista. Gran parte está basado en Alford (350 págs).
William R Newell, Revelation chapter-by-chapter, 1935, this Ed 1994 Kregel Publications. Enfoque dispensacionalista (393 págs).
Lehman Strauss, Revelation, Loizeaux brothers, 1964, 381 págs. Enfoque premilenialista y dispensacionalista.
Revelation, Ralph W Harris (Executive editor), The New Testament Study Bible (NTSB), The Complete Biblical Library, Vol. 10, 1990, World Library Press Inc., Springfield, Missouri 65802. Incluye el texto griego, palabra por palabra, junto a la traducción inglesa y un comentario. Una ayuda excelente pero utiliza su propio sistema numérico y no el de Strong, lo que significa que tiene que comprar su diccionario Griego-Inglés de 6 tomos. Nota: el comentario fue escrito por Horton. (428 págs).
Revelation, The Preachers Outline & Sermon Bible (POSB) Vol. 13, 1992, Alpha-Omega Ministries, Inc., Leadership Ministries Worldwide, PO Box 21310, Chattanooga, TN 37424-0310, Ph 615 855 2181 Fx 615 855 8616. (314 págs.). Un bosquejo para predicadores, en gran parte futurista y algo dispensacional, pero un recurso útil.
Stanley M Horton, The Ultimate Victory, An Exposition of the Book of Revelation. Gospel Publishing House, Springfield, Missouri, 1991. Futurista y premilenial; un enfoque erudito y no tan dogmático como la mayoría de los enfoques dispensacionalistas, y por lo tanto vale la pena conseguirlo. Nota: este es el mismo autor que escribió el comentario para el NTSB (368 págs.)
Robert L Thomas, Revelation 1-7 (524 págs.), 8-20, An exegetical commentary. Moody press (1992). Enfoque futurista y premilenial, un comentario detallado sobre el texto griego y por lo tanto un recurso importante y útil.
Alan F Johnson, Revelation, The Expositors Bible Commentary, vol. 12, Zondervan. Excelente. Nota: este comentario está resumido en unas 100 páginas en The NIV Bible Commentary, Vol. 2: New Testament, K L Barker & J R Kohlenberger III (editors), Zondervan, 1994.
Comentarios más pequeños:
Michael Wilcock, The Message of revelation, The Bible Speaks Today, IVP, 1975. Un trabajo popular pero serio con una discusión profunda sobre algunos puntos. Vale la pena leerse.
Leon Morris, Revelation, Tyndale New Testament Commentaries. 2nd Ed 1987. Buen resumen erudito, 256 págs.
Merrill C Tenney, Interpreting Revelation, Wm B Eerdmans Publishing Company, Grand Rapids, Michigan, 1957. Hay un comentario menor sobre Apocalipsis pero hay también muchos comentarios adicionales eruditos sobre varias interpretaciones, la cristología, el método escatológico, el simbolismo, trasfondo del AT, etc. lo cual lo convierte en una contribución muy útil. (220 págs.)
Geoffrey B Wilson, Revelation, Evangelical Press. 1985. Un comentario corto pero bueno. Excelente valor por su dinero.
Bruce M Metzger. Breaking the Code, understanding the book of Revelation.Abingdon Press. 1993. Demasiado corto.
Charles H Talbert, The Apocalypse, A reading of the Revelation of John. Westminster John Knox Press. 1994. Trata con la literatura apocalíptica. Una contribución útil.
G H Lang, The Revelation of Jesus Christ, Select Studies, 1947. Un estudio erudito poco conocido de los hermanos. Vale la pena conseguirlo.
Comentarios populares:
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Richard Brooks, The Lamb is all the Glory, 1986, Evangelical press. Un tratamiento para pastores. Demasiado liviano para ser de utilidad para el estudioso.
R H Mounce, What are we waiting for? A commentary on Revelation. Eerdmans, 1992. Un resumen popular del trabajo de este hombre mencionado más arriba.
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Otro material de referencia:
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fuente:apocalipsis.org