Los científicos no se ponen de acuerdo sobre su explicación (astronomia.suite)
¿Un cometa o un meteoro? ¿Una conjunción de planetas o una nova? El misterio de la estrella de Belén sigue sin resolverse dos milenios después del nacimiento de Jesús.
La estrella de Belén, la que guió a los tres Reyes Magos hasta el lugar donde nació Jesús en la noche más mágica del año, es uno de los iconos imprescindibles de la Navidad. Ahora bien, desde el punto de vista de la ciencia, de la Astronomía en concreto, la explicación a este fenómeno –si es que existió– no es tan fácil como narra el Evangelio.
Una de las hipótesis que se han manejado es que la fulgurante estrella fuera en realidad el cometa Halley. Sin embargo, no parece que las fechas coincidan ya que Jesús muy probablemente nació en el año 5 a.C., mientras que la aparición del mencionado cometa, descrita por los chinos, se sitúa el 12 a.C. Además, su fulgor –pese a ser brillante– no habría sido especialmente llamativo ni habría superado en brillo al resto de estrellas
En los siguientes 20 años, no se tiene noticia de ninguna observación de otro cometa de la espectacularidad que se le atribuye a la estrella. Además, en aquella época los cometas solían asociarse con las muertes y los desastres, pero no con los nacimientos.
Ni meteoros ni planetas
Otra de las opciones más barajadas es que la Estrella de Belén fuera en realidad una conjunción planetaria. El primero en lanzar esta hipótesis fue el astrónomo alemán Johannes Kepler, que descubrió que en el año 7 a.C. Júpiter y Saturno tuvieron un acercamiento aparente en el cielo muy destacado y también lo hicieron en la constelación de Piscis. En esa ocasión Saturno y Júpiter se acercaron y alejaron mutuamente en tres ocasiones (conjunción triple) durante un período de seis meses. El espectáculo debió ser visualmente muy llamativo.
Kepler creía en la Astrología, por lo que no le resultó difícil llegar a la conclusión de que los Reyes Magos pudieron interpretar el hecho como que un nuevo gran monarca (encarnado en la figura del planeta Júpiter) que traería consigo la Justicia (simbolizada por Saturno) estaba a punto de nacer entre los judíos (la constelación de Piscis está relacionada con los acontecimientos bíblicos de la separación de las aguas del Mar Rojo que realizó Moisés así como de su rescate de las aguas; de ahí la relación con su pueblo natal).