Japón
Aunque los marineros británicos habían introducido el fútbol en Japón en 1873, la época en la que el país empezó a abrirse a occidente, la Asociación Japonesa de Fútbol (JFA) no se fundó hasta 1921, fecha en la que también se cifra el nacimiento de la Copa del Emperador, la competición más antigua del archipiélago. Y aunque, cuatro años antes, la nación que sus habitantes conocen como "Nippon Koku" (Estado de Japón) había albergado los Juegos del Extremo Oriente, este país asiático tuvo que esperar otros ocho años, hasta 1929, para convertirse en miembro de pleno derecho de la FIFA.
En aquella época, Japón ya daba muestras de convertirse en una potencia futbolística, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial (1939-45) y sus secuelas, especialmente la reconstrucción del país bajo influencia estadounidense, comportó el eclipse del fútbol, una de cuyas modalidades (el Kemari) había formado parte de la cultura japonesa vinculada con la religión del shinto, y la supremacía en el país del béisbol y del sumo tradicional.
De hecho, Japón empezó a ejercer su influencia en el deporte rey en 1992, año en que su selección levantó el trofeo de la Copa Asiática. Desde entonces, con la ayuda del campeonato de liga profesional, la J-League, inaugurada un año más tarde, la nación del Extremo Oriente ha ganado varias veces la competición futbolística más importante de Asia y se ha catapultado hasta las más altas esferas del fútbol mundial.
La selección japonesa, dueña de un estilo único, caracterizado por sus pases cortos y gran habilidad técnica (muy diferente del que practica la mayoría de sus vecinas continentales), acudió a su primera Copa Mundial de la FIFA en 1998, llegó a la final de la Copa FIFA Confederaciones en 2001 y causó una magnífica impresión en la Copa Mundial de la FIFA 2002, la edición que organizó en colaboración con la República de Corea, donde alcanzó los octavos de final.
El primer desarrollo del fútbol de clubes tuvo lugar tras la sorprendente medalla de bronce que consiguió Japón en los Juegos Olímpicos de México 1968. La JSL, la antigua liga de fútbol japonesa, compuesta por equipos universitarios o bajo el patrocinio de empresas, se había fundado cuatro años antes, aunque fue en la década de 1980 cuando los anunciantes, asombrados por la cantidad de espectadores que tenía en el país el fútbol europeo, comprendieron el inmenso apoyo y la gran afición que había atraído este deporte en el país.
Anterior a la J-League, la Copa Intercontinental Toyota, que desde 1981 venía enfrentando al mejor equipo de Europa con el de Sudamérica en un único partido celebrado en Japón, estimuló mucho más el apetito del público japonés. Presintiendo el cambio inminente, la Asociación Japonesa de Fútbol no tardó en aprovechar la situación. La asociación estableció un programa específico, dominado por un fuerte compromiso con la juventud, que cosechó sus frutos el día en que Japón se convirtió en subcampeona del Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA Nigeria 1999.
En un intento por mejorar su calidad, la J-League invitó a participar en ella a los futbolistas extranjeros. El ex seleccionador nacional, Zico, fue uno de los muchos brasileños que influyó profundamente en el estilo del juego japonés. Muy importante, además, en este resurgimiento admirable del balompié nipón ha sido el éxito de sus jugadores en las principales ligas europeas. Desde que Hidetoshi Nakata rompió el molde cuando fichó por el Perugia hace ya diez años, Shinji Ono (Feyenoord holandés), Shunsuke Nakamura (Reggina italiano) y Yoshito Okubo (Real Mallorca español) han seguido sus emprendedores pasos.
Estos éxitos han reportado una enorme popularidad al país y hoy en día, gracias tanto a la afición como a los medios de comunicación, Japón es una de las selecciones nacionales más seguidas y populares del mundo. La muy evolucionada J-League sigue creciendo, mientras el país organizó ya con gran éxito las cuatro primeras ediciones de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA (2005-2008).
Información del país
Hacia el siglo IX, los Samurai, la clase guerrera, empezaron a amenazar la hegemonía del gobierno del emperador. Desde Kamakura (el Tokio de nuestros días), los cabecillas militares, los shogunes, se apoderaron del gobierno del país, mientras que el emperador, despojado de la mayor parte de su poder, permaneció en Kioto. Esta sociedad feudal, que rechazó cualquier influencia foránea, el comercio con el extranjero y el cristianismo a favor de su religión tradicional, el shinto, persistió hasta finales del siglo XIX. En 1868, el último de los shogunes, Yoshinobu Tokugawa, entregó el poder al emperador Meiji y se inició la occidentalización del país.
Economía
La economía japonesa, marcada por la ocupación aliada hasta 1952 y la ayuda de una gran inversión occidental, se recuperó a un ritmo formidable. A final del decenio de 1980, la nación asiática, con una monarquía constitucional y un gobierno parlamentario, se había convertido en el país exportador más importante del mundo. Su visión de futuro le llevó a especializarse en la industria electrónica, robótica, informática, bancaria y automovilística. En los años noventa, la recesión hizo estallar esta burbuja económica y el crecimiento se ralentizó espectacularmente, lo que provocó una sucesión de cambios de gobierno.
Si bien sus materias primas y combustibles son escasos, la producción agrícola subvencionada del país se cuenta entre las de mayor rendimiento del mundo, y su industria pesquera produce el 15% de todas las capturas mundiales. Sin embargo, la deuda externa es uno de sus mayores problemas. Japón es, después de Estados Unidos y China, la tercera mayor economía del mundo, pero se enfrenta al desafío de la recuperación tras el violento terremoto y posterior tsunami que sufrió el país el 11 de marzo de 2011. El lamentable episodio dejó miles de muertes y heridos a su paso, además de afectar visiblemente la infraestructura. No obstante, el país está trabajando en su reconstrucción con la voluntad famosa e inquebrantable de su población.
Datos geográficos
El archipiélago de Japón está situado en el extremo oriental de Asia, entre el Mar de Japón y el Océano Pacífico. Está formado por cuatro islas importantes: Hokkaido al norte, Kyushu y Shikoku al sur y Honshu en el centro, donde se concentra la mayoría de la población nacional de 127 millones de habitantes. Es un país muy montañoso, dividido políticamente en 47 prefecturas. El 99% de su población, que muestra síntomas de envejecimiento demográfico (el 19% de sus habitantes son mayores de 65 años), pertenece a la etnia japonesa. Doce millones de personas viven en su capital, Tokio. Osaka y Kioto son las otras dos ciudades más importantes del país.