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Llorente, dos veces, y Silva doblegaron la fuerte y afortunada resistencia de Lituania. España suma seis puntos en sus dos partidos jugados y viajará a Glasgow para enfrentarse a Escocia el martes con la confianza que se deriva de sus posibilidad y de su talento de campeón.
El mundo del fútbol, más igualado que nunca como está, sigue siendo caldo de cultivo para que en él afloren espectáculos inexplicables, sucesos de los que hacen las delicias de los que buscan razón de lo ignoto. Son esas cosas que resultan imposibles de entender desde la grada, desde el banquillo o ante el televisor, sencillamente porque no hay forma lógica de comprenderlas. Una: que España se fuera al descanso de su partido ante Lituania, segundo de la fase de clasificación del Europeo 2012, sin haber marcado un gol; dos, que Villa no acertara en el balón que se le quedó muerto a los pies a los 44’ de juego, mandándolo en paralelo, él, que es un maestro en la suerte del remate desde cualquier posición; tres, que Lituania consiguiera lo uno y se salvara de lo otro; cuatro, que a los 58 minutos lograra empatar en una de sus escasas apariciones ofensivas. Accidentes, en fin, que han hecho del fútbol lo que es.
Desde hace un tiempo, hay rivales modestos que crecen y se multiplican ante España. Lituania es uno de ellos. No nos habían ganado nunca ni marcado un gol hasta hoy, pero ante el ahora campeón del mundo dan muestras siempre de entereza moral, de fuerza física, de coherencia táctica y de una fe sin límites. También de conocer el oficio, que ante un adversario masivamente superior, estiran en lo defensivo convirtiendo a sus jugadores en expertos obreros numantinos. Raimondas Zutautas, su entrenador, no escatimó medios para frenar a España: dos líneas de contención de cuatro, un hombre por delante de la segunda, Danilevicus y otro en la punta, Sernas. Los demás ejercieron su magisterio en labores de contención, dificultando, naturalmente, la circulación del balón de España, que siempre encontró mayores y mejores vías de penetración por la banda de Silva que por la de Villa. Cuando el “Guaje” se sumó a ese lateral le llegó la primorosa ocasión que no aprovechó el asturiano.
Ser campeón del mundo tiene un “via crucis” al que sabemos que hay que enfrentarse. Ante el mejor no caben pulsos directos, ni pulsos por el dominio del juego, ni supuestos parecidos; ante el mejor lo que indica la lógica es cerrar los caminos que llevan hasta el marco (Karcemarskas) y entorpecer los movimientos del rival en medio campo, obligando al enemigo a no poder desplazar el cuero con celeridad. España tuvo el balón, pero se encontró siempre con demasiados rivales en sus rutas de acercamiento, de tal modo que Llorente apenas dispuso de oportunidades en los primeros tres cuartos dehora. Cuando los que lo buscaron fueron los mediocampistas de apoyo se toparon con piernas y cuerpos de lituanos que evitaron que España tomara ventaja.
Pero ante eventualidades de este tipo, y del tipo que sean, siempre hay que contar con los que tienen cabeza y, sobre todo, con los que tienen más cabeza que otros. España está muchos codos por encima de Lituania en ese aspecto y si bien tardó más delo debido, de lo que su juego merecía y de cómo se buscó el triunfo en alcanzarlo, era previsible que impusiera su calidad no porque lleve enganchada a su pecho la etiqueta de campeón del mundo, ésa estrella que tanto enamora, sino porque era dueña del balón, del campo, de las maniobras; era, en resumen, muy superior cualitativamente, es decir pensando y actuando, aunque su fútbol tuviera altibajos. Muchos menos, desde luego, en la segunda mitad, que fue cuando resolvió el duelo, acelerando el toque y la recepción, ya con mayor ritmo que en la primera parte.
Hay que decir, sin embargo, que el partido nunca estuvo fácil o que no lo estuvo, al menos, hasta que la selección halló su tercer gol cuando el partido embocaba la recta final. Lituania sacó un espléndido rendimiento a su poco fútbol ofensivo (algunos contraataques peligrosos para España debido al acoso permanente al área defensiva lituana) y alcanzó hasta las tablas, que le duraron un suspiro porque tras el primer testarazo de Llorente, que abrió el marcador, llegó inmediatamente después de las tablas otro del propio Fernando para desesperación de la ruidosa hinchada lituana. Silva, también de cabeza, fue el que alivió las cargas del partido, convirtiéndose en el mejor jugador de la noche, con el soberbio testarazo impropio, parecía, para un jugador de su talla y que supuso el 3-1 final, aunque pudieron ser muchos más pues todos o casi todos dispusieron de ocasiones sobradas para ampliar el triunfo que es sumamente positivo como todos, pero que no refleja con la claridad deseable y a desear de cuanto ocurrió en el estadio salmantino.
España suma seis puntos en sus dos partidos jugados y viajará a Glasgow para enfrentarse a Escocia el martes con la confianza que se deriva de sus posibilidad y de su talento de campeón, calidad con la que es capaz de superar adversidades como las de los primeros 45 minutos en Salamanca y ausencias significativas, pues lo son, como las de Xavi Hernández, Xabi Alonso, Cesc y Torres, que no pudieron acudir a su debut como campeones del mundo en campo propio. El triunfo ante Lituania vale lo que vale, pero vale más al haber sido logrado de la forma en que se consiguió: luchándolo y eludiendo cuantos riesgos fueron surgiendo, porque los hubo y se subsanaron, en una noche en la que la cabeza se impuso a la física: dos goles de Llorente y otro de Silva, manejando la misma suerte lo han demostrado. Una vez más.
Ficha técnica
Resultado.
España, 3 (Llorente, dos, y Silva); Lituania, 1 (Sernas ).
Goles.
1-0 (46’).- Centro de Sergio Ramos que cabecea Llorente.
1-1 (53’).- Contraataque lituano, que culmina Sernas con un tiro raso
2-1 (55’).- Colada de Cazorla hasta la línea de fondo y centro que vuelve a cabecear Llorente.
3-1 (78’).- Ramos cuelga un balón que caza de cabeza espléndidamente Silva
Alineaciones.
España: Casillas; Ramos (Arbeloa, 82’), Piqué, Puyol, Capdevila; Busquets; Cazorla, Iniesta, Silva; Villa (Pablo, 75’) y Llorente (Aduriz, 75’).
Lituania: Karcemarskas; Stankevicius, Kijanskas, Skerla, Radavicius; E. Cesnauskis (Poskus, 83’), Panka, Semberas, Mikolinunas (G. Cesnauskis, 58’), Danilevicius (D. Ivaskevicius, 82’); Sernas.
Árbitro.- El colegiado italiano Gianluca Rocchi.
Incidencias.- Estadio El Helmántico de Salamanca. Lleno. Noche fresca. Un centenar de seguidores lituanos en las gradas.
Tema: Tres remates de cabeza dan el triunfo a España sobre Lituania (3-1) (Leído 1678 veces)
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ojo con pasarse dan dolor de cabeza
24/02/2008, 20:00
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