Rosberg dejó el coche. Era el turno de Michael Schumacher. A las 15:29 horas de ayer, el pit lane del circuito Ricardo Tormo parecía un centro comercial en su primer día de rebajas. Decenas de periodistas y muchos más curiosos abarrotaban la puerta del box del nuevo equipo Mercedes. El Kaiser salió titubeante de su refugio. Apenas podía acelerar ante semejante tumulto y los mecánicos tuvieron que empujar su coche para que no se calase. En un segundo plano, en las mejillas de Sabine Kehm, su jefa de prensa, asomaban las lágrimas....
Fue un momento emocionante, el regreso del más grande. Y disfrutó del instante con toda la intensidad que merecía su excepcionalidad: "Me siento como un niño con un juguete entre sus manos. Me he sentido como en 1991, en mi debut. Aquella primera vuelta con un Fórmula 1 fue todo un shock para mí y seguí tremendamente excitado en la segunda y en la siguiente... Exactamente igual que me ha ocurrido hoy".
En este retorno de Schumi no podía faltar, por supuesto, una referencia a Ferrari: "Naturalmente, pronto vi en pista a mi antiguo coche y yo no iba sentado en él. Ha sido una sensación bastante extraña. Pero también ha sido bueno encontrarme con mi 'hermano' Massa en el circuito, subido en el coche. Lo mismo que encontrarme con mis amigos de Ferrari".
En cuanto a su nuevo monoplaza, el alemán ofreció unas primeras impresiones: "Creo que el equipo ha hecho un gran trabajo. Todo el mundo se ha esforzado al máximo, sin dejar de lado ningún detalles para que el coche sea fiable. Hemos dado 80 vueltas y para tratarse del primer día es un resultado excepcional".
Otro de los puntos clave es el de su estado físico y Schumacher quiso tranquilizar a sus seguidores: "Estoy muy bien. He trabajado duro y he llevado a cabo una preparación exhaustiva y éste es el resultado del esfuerzo". Y sus seguidores lo celebran animosos, hasta el punto de que la sala de prensa de Cheste se convirtió en un clamor con acento alemán cuando, por error, el cronometraje le dio a Schumi un tiempo de 1:08 que le colocaba primero...
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