En Italia la escudería Ferrari es casi una cuestión de estado. El color rojo de los monoplazas de 'Il Cavallino' deslumbra de tal manera que sus seguidores en el país se cuentan por millones. Por eso, el bajo rendimiento de Kimi Raikkonen ha desatado un torrente de críticas. La prensa califica al finlandés como "una pálida versión del piloto que era".