GP de China: Los 20 grados de China benefician a los Red Bull

Ayer Shanghai parecía Zúrich. Con siete grados de temperatura ambiente, llovía sobre las luces de neón, los atascos interminables, las torres ultramodernas de su antigua ribera de pescadores, el mercado de las imitaciones y el circuito más espectacular del planeta. A la pista china fue Fernando Alonso a evitar el aburrimiento del hotel, charlar con sus ingenieros y meterse ya en el fin de semana de gran premio. Una carrera que vuelve a tener claro color Red Bull gracias a la climatología.

No se esperan lluvias para el fin de semana, pero sí que el termómetro se mueva entre los seis y los veinte grados. Con 18 grados ambiente los Ferrari ya las pasaron canutas en la calificación del GP de Australia. Tuvieron problemas para calentar los neumáticos, algo que también sufrió Massa en carrera. Sólo Alonso pudo sacar un brillante tercero en parrilla. El F10 es tan bueno en el desgaste de los compuestos que esa suavidad le perjudica en la calificación. Salvo sorpresa técnica de consideración en los monoplazas rojos, no tiene por qué cambiar la situación en el trazado oriental.

También es cierto que la mezcla de curvas de Shanghai, con una larga recta trasera y una zona de aceleraciones y frenadas fuertes, recuerda a Bahrain, donde ganó el ovetense. El descalabro táctico y de fiabilidad de Ferrari en Malaisia fue aún más grave porque el bicampeón perdió su ventaja en una pista favorable en carrera al F10. Con altas temperaturas y un elevado desgaste de los neumáticos. China puede ser otra historia


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