Spa vuelve a coronar a Alonso bajo la lluvia

OPINION PERSONALvamos haber si tiene suerte

La temporada está siendo complicada, dura y en algunos supuestos difícil de explicar para Fernando Alonso, cuyo objetivo es ayudar a Renault a asegurarse el cuarto puesto en el campeonato de constructores. Es obvio que para un bicampeón del mundo es un reto que sabe a poco y por ello no extraña que en el paddock se hable más del futuro del piloto asturiano que del presente, de dónde correrá en 2009 que de la propia carrera de Spa.

Sin embargo, Fernando Alonso aprovecha la más mínima oportunidad para demostrar que sigue siendo un piloto como la copa de un pino, que si no es el mejor es uno de los mejores de la parrilla y que lo único que necesita es un coche que le permita exprimir otra vez todo su talento. Hoy es evidente que no lo tiene. El circuito de Spa-Francorchamps, el más largo del calendario con sus 7.004 metros, ubicado en medio de las célebres Ardenas belgas, donde la mayoría de poblaciones aún recuerda la mítica batalla de la Segunda Guerra, está considerado como uno de los más desafiantes para los pilotos, con una curva mítica como ‘Eau Rouge’. De hecho, Spa es como un termómetro en el que se miden los buenos pilotos y donde la inestabilidad climatológica puede reducir las diferencias entre las máquinas y dar brillo a los mejores pilotos.

Fernando Alonso, en estas condiciones, después de ser quinto en la primera tanda de entrenamientos libres tras los Ferrari y McLaren, aprovechó la aparición de la lluvia en la segunda sesión para establecer el mejor crono en un circuito que hace ahora ocho años le dio a conocer al mundo.

La historia de Alonso, precisamente, podría empezarse aquí, cuando el 27 de agosto del 2000 se impuso en la última carrera de la temporada de la F3000. Fernando cautivó entonces al mundo de la Fórmula 1 y se ganó, con todo merecimiento, el salto a Minardi con sólo 19 años. Fue el principio de una bella historia.

La situación y las circunstancias son hoy completamente distintas para un joven que se ha hecho mayor, pero que mantiene intacta su ambición por la victoria y sigue motivando a todos los que le rodean para sacar el mejor rendimiento del bólido. “El equipo sigue trabajando para evolucionar el coche de este año, aunque tampoco descuidan el del 2009. Para más detalles es mejor que preguntéis a Flavio”, explicó ayer el asturiano. Briatore, como ya comentábamos ayer, prima darle la mayor confianza a Fernando en su intención de retenerle, consciente de que su participación en vital para el futuro de Renault en la Fórmula 1.

Es evidente que las opciones de la victoria recaen entre los Ferrari y los McLaren, con un Felipe Massa que después de su triunfo en Valencia hace quince días ha llegado a Bélgica muy crecido, dispuesto a seguir recortando sus diferencias con respecto a Lewis Hamilton y con la esperanza de que las condiciones meteorológicas mejoren.

Si Alonso confía en que este GP de Bélgica pueda cambiar su suerte, lo mismo sucede con Kimi Raikkonen, que no gana una carrera desde el GP de España en abril. El finlandés, que ha ganado las tres últimas ediciones en Spa, la última el pasado año con Ferrari y las dos anteriores con McLaren, necesita tanto el triunfo que los errores se le multiplican, sumando ayer dos multas por exceso de velocidad en el ‘pitlane’ y una salida de pista al pisar un piano mojado y acabar contra el muro.


Raikkonen es un enamorado del ‘pirata’ Jack Sparrow
Kimi es un personaje particular, la antítesis de un campeón de F1, enamorado de unas motos que guarda a decenas en su garaje y que ayer desveló en una entrevista que ha comprado el Corvette que utilizó Sharon Stone en el rodaje de la película Instinto Básico. Por otro lado, entre sus confesiones, asegura que admira a James Hunt porque “fue un campeón que se correspondía a su filosofía de vida” y que su héroe del cine es Jack Sparrow porque “siempre sabe como divertirse. Yo, probablemente, debería beber algunas copas de ron para meterme en la piel del personaje”.