Italia 1990, 3ra Copa para Alemania
Contabilizando los créditos obtenidos en el Mundial de 1986, la FIFA no intentó ningún cambio para el torneo de 1990 y las regulaciones y la cantidad de participantes siguieron como en el torneo anterior, aunque sí resaltaron las exigencias que se le pidieron a la Federación Italiana de Fútbol para organizar la final copera.
Italia 1990 en números
Italia tuvo que cumplir los requisitos
Para el evento cinco estadios debieron ser remodelados: el Olímpico de Roma, el Comunale de Florencia, el Marassi de Génova, el Dall ´Ara de Bologna y el San Siro de Milán. Dos construídos: el Delle Alpi de Turín y el San Nicola de Bari, y el resto sólo fueron subsedes: el San Paolo de Nápoles, Della Favorita de Palermo, el Bentegodi de Verona y el Friuli de Udine.
Las imposiciones de la FIFA Mucho debieron trabajar e invertir los italianos para cumplir con las prerrogativas de la FIFA. Y muchas fueron las discusiones entre los mismos políticos y grupos ecológicos de Italia antes y durante las obras de construcción. Para algunos periodistas deportivos las exigencias de la FIFA fueron demasiadas, en especial si se considera que no ocurriría lo mismo con Estados Unidos cuatro años después.
En tanto la televisión impuso horarios y los patrocinadores impusieron espacios y la FIFA respondió a las exigencias gracias a los sacrificados italianos. Además del país anfitrión y el último campeón, Argentina, a Italia llegaron otros 22 seleccionados que fueron: Austria, Checoslovaquia, Estados Unidos y la propia Italia en el grupo uno. Camerún, Argentina, Rumania y Rusia en el grupo dos. Brasil, Suecia, Escocia y Costa Rica en el grupo tres. Colombia, Emiratos Arabes, Alemania y Yugoslavia en el grupo cuatro.
Bélgica, Corea del Sur, España y Uruguay en el grupo cinco y Holanda, Inglaterra, Irlanda y Egipto en el grupo seis. Sorpresas de la copa Primera gran sorpresa en el debut: Camerún vence al Campeón Mundial, Argentina 1-0. La selección gaucha no pasaba por uno de sus mejores momentos.
Si bien el técnico continuaba siendo Carlos Bilardo, el plantel no era el mismo de cuatro años atrás. Lesiones, enojos con el periodismo y un público opuesto a los planteamientos tácticos de Bilardo, conformaron un ambiente negativo que se demostró en el campo de juego.
A todo ello se sumaron los continuos cambios de jugadores y un Maradona en inferiores condiciones físicas. Pero para Bilardo y su legión de futbolistas nada estaba perdido
Brasil, de la mano de Sebastián Lazaroni volvió a, lo suyo, ganar la primera ronda y declararse favorito del torneo. Esta selección brasileña era menos alegre que las anteriores y se basaba en una estructura de equipo planificado, que no regalaba nada y ofrecía a cuentagotas.
El cambio fue resistido no sólo por los aficionados brasileños sino también por millones de simpatizantes de la verde amarelha que añoraban al "otro Brasil". Y ahí estaba Alemania dirigida por Franz Beckenbauer y formada por Illigner, Berthold, Kolher, Buchwald, Brehme, Littbarski, Matthaeus, Riedle y Klinsman, y que seguía fiel a su estlio: rígida, sin salirse del libreto, sin gustar, pero acumulando puntos con oficio, sacrificio y sustos.
Sin su portero estrella, Gabelo Conejo, Costa Rica sucumbió ante los poderosos checos 4-1 en octavos de final. Rumbo a las semifinales En tanto España y Uruguay también caían en octavos de final. La Madre Patria, con un elenco que tenía entre otros a Michel, Butragueño, Zubizarreta y Martín Vázquez fue derrotada por los habilidosos yugoslavos 2-1.
En tanto el equipo celeste, con Alvez, Gutierrez, De León, Ostolaza, Perdomo, Francescoli, Aguilera y Fonseca, cayeron con los dueños de casa 2-0. Como dato extra, Yugoslavia, con jugadores de la clase de Jozic, Katanec, Stojkovic, Susic, Prosinecki y Pancev jugaría su último partido como nación unificada.
Por supuesto el gran favorito era Italia dirigida por Azeglio Vicini, que se había preparado hasta el cansancio para garantizarle a su parcialidad la cuarta Copa Mundial. Hasta su último encuentro con Argentina en semifinales, Italia se mostró segura, como buena dueña de casa.
En su grupo le ganó 1-0 a Austria, 2-0 a Checoslovaquia y apenas 1-0 a un tímido e inexperto conjunto estadounidense. Después en octavos de final despachó a Uruguay 2-0 y en Cuartos de Final 1-0 a Irlanda. Si bien no goleaba el portero Walter Zenga tenía la valla invicta mientras que su juego de marcación, por lo general hombre a hombre, incomodaba a los adversarios.
Sin embargo, esta Italia que alternaba a Baggio y a Gianluca Vialli sin decidirse por ninguno, terminó dependiendo de un limitado jugador del sur italiano que no estaba en los planes de nadie: Salvatore Schillaci, a quién un periódico italiano apodó, debido a sus seis goles que lo coronaron goleador del certamen: Il salvatore di la Patria Con sus miserias a cuestas Argentina pasó a cuartos de final enfrentando a Yugoslavia. El portero titular del conjunto albiceleste, Nery Pumpido, se lesionó de gravedad contra Rusia y fue reemplazado por el tercer arquero: Sergio Goycochea, quién se convertiría en el héroe del equipo.
Empezó frente a Brasil, en un encuentro bien disputado en donde el seleccionado verde amarelho hizo todo para ganar pero fue eliminado por una genialidad de Maradona, que ya jugaba infiltrado y en una pierna, al dejar prácticamente solo a Caniggia quién convirtió el único gol del partido.
Después Goycochea atajaría los penales decisivos frente a Yugoslavia para pasar a semifinales, en donde de la misma manera Argentina y su portero mágico eliminaron a los dueños de casa. Desazón, llantos e Italia, que no había conocido el sabor de la derrota hasta ese momento se fue por el túnel de la amargura a pelear un impensable tercer puesto.
Cuatro años después la misma final. De esa manera Alemania, victoriosa ante los ingleses, y Argentina, volverían a enfrentarse en una final mundialista tal cual lo habían hecho cuatro años antes.
Las circunstancias eran distintas. Los germanos eran los favoritos, los gauchos habían llegado a los empellones y gracias un tercer arquero. El partido no fue de los mejores. Uno intentaba con desconfianza y el otro esperaba un error o una genialidad de su lesionado número 10. Al técnico Carlos Bilardo le quedaba una carta: Goicochea y los penales.
Esto a los alemanes los desesperaba hasta que apareció el árbitro uruguayo nacionalizado mexicano Edgardo Codesal . Primero no dio un claro penal de Lothar Mattaheus contra Calderón y después otorgó un dudoso penal favoreciendo al delantero alemán Klinsman. Disparo y la magia de Goicochea que no alcanza. Alemania 1-0 y Argentina ya sin resto. Final y tercera Copa Mundial para los germanos, que siempre se caen y sin embargo siempre llegan.
Para los italianos quedó el consuelo del tercer puesto: al ganarle 2-1 a Inglaterra. Mientras miles de espectadores y millones de televidentes de todo el mundo veían como las lágrimas mojaban las mejillas de Maradona por la derrota, en Estados Unidos cientos de norteamericanos se preguntaban: ¿What is the World Cup?
Holanda, que llevó jugadores de lujo, al menos eso se dijo de Rijkaard, Koeman, Wouters, Gullit, Marco Van Basten y Winter, entre otros, dejó una impresión pobre y conflictiva por los continuos enfrentamientos entre los mismos jugadores. Inglaterra y sus Holligans fueron a parar a Cerdeña, alejados de las grandes ciudades por seguridad. Los dirigentes italianos respiraron aliviados cuando Inglaterra fue eliminada en semifinales por Alemania.
No obstante Inglaterra protagonizó en cuartos de final uno de los partidos más atractivos del certamen frente a Camerún. Los europeos vencieron 3-2 a los africanos, que hasta ese momento habían despertado simpatías de todo el mundo.
De hecho Camerún dejó una imagen grata en aquel 1990 con resultados importantes: le ganó a Argentina 1-0, a Rumania 2-1 y eliminó a Colombia en octavos de final 2-1 con aquel famoso gol que el veterano Roger Milla le hizo al portero René Higuita.
¿O se lo hizo el propio Higuita con una de sus entonces famosas salidas fuera del área? Después de muchos intentos Colombia debutaba en un Mundial bajo las órdenes de Francisco Maturana. Propuesta interesante la del conjunto cafetero que comenzó así una década ilustre con escasos títulos pero buen fútbol. Fue la Colombia de Escobar, Perea, Herrera, Gómez, Leonel Alvarez, el Pibe Valderrama, Rincón y Fajardo, la Colombia que tuvo al borde del nocaut a la misma Alemania. (1-1).
Otra grata sorpresa fue el seleccionado de Costa Rica conducida por el trotamundos Velibor Bora Milutinovic, quién cuatro años antes había dirigido a México. En ese Mundial los ticos sorprendieron a Escocia 1-0, a Suecia 2-1 y cayeron dignamente ante Brasil 1-0, pasando a la próxima ronda, cuando nadie daba nada por ellos.