Fue así que Sergio Ramos, capitán del Real Madrid, intentó motivar a los compañeros de equipo tras el penúlti convertido por Luis Suárez, que colocó el marcador en 3-0 a favor del Barcelona, en la segunda mano de las semifinales de la Copa del Rey .
El resultado arrojó con el Real Madrid fuera de la final - empató (1-1) en casa en la primera mano - pero el defensa merengue quería evitar una humillación como la que ocurrió también en el Camp Nou, el 28 de octubre pasado, cuando los madrileños fueron goleados por 1-5 en la primera vuelta del campeonato.