El juguete de los magnates

OPINION PERSONALahora la liga de las estrellas es la inglesa

La Premier domina el mercado gracias a sus inversores extranjeros y la TV

Cuando se preguntó al magnate estadounidense Malcolm Glazer, quien adquirió el Manchester United endeudando en el proceso hasta el mástil de la bandera que corona Old Trafford, por qué se atrevía con tal hazaña comercial, alejándose de sus negocios diarios, respondió que "me lo han aconsejado mis asesores de inversión, hemos oído que hay muchos tipos gordos (magnates) invirtiendo en el fútbol inglés y hemos pensado que será por algo, el negocio es el negocio y hay que ir allí donde esté". Fue un desliz, pero cargado de razón. Estos 'tipos gordos' como Roman Abramovich (dueño del Chelsea), Tom Hicks y George Gillet, (del Liverpool), Sulaiman Al-Fahim (del Manchester City), Eggert Magnusson (del West Ham) o Mohamed Al Fayed (del Fulham), entre otros, han convertido a la Premier en la Liga más rica y con más 'glamour' del mundo.

La Premier tuvo en la temporada 2006-07 unos ingresos combinados superiores a los 2.000 millones de euros. Es el campeonato en el que los jugadores cobran los mejores salarios y sus clubs copan los primeros puestos en los ránkings de riqueza. Es la competición que emite sus encuentros de fútbol a más de 200 países con una audiencia media de 3.000 millones de seres humanos, la mitad de la población mundial. Esto es eficacia corporativa, esto es márketing, esto es riqueza y la Premier tiene todo esto en abundancia.

El inicio

Pero ¿cómo se inició esta riqueza hace más de una década? Los orígenes habría que encontrarlos en los acuerdos billonarios que firmaron la Premier League -creada además para este fin por los 20 principales clubs de la antigua Primera División inglesa - y la entonces joven emisora de televisión por satélite, la antigua BSkyB de Rupert Murdoch.

Las cantidades que han pagado desde entonces las televisiones por los derechos de retransmisión han sido colosales, aunque el salto cuantitativo se dio en 2003, hasta llegar al recién acuerdo (firmado en 2007) con Sky y valorado en unos 3.500 millones de euros, dinero en parte distribuido entre los clubs de la Premier a una media de unos 40 millones de euros. Pero este dinero procedente de la televisión ¿podría ser suficiente para entender cómo es posible que sólo dos clubs, el Manchester United y el City, gastaran en un sólo día, esta misma semana, 83 millones de euros en dos jugadores, Berbatov y Robinho respectivamente?

Llegan los multimillonarios

Tanta riqueza no se entendería sólo por este motivo. Con 40 millones de euros por club procedente de la televisión poco se puede hacer hoy en día. La principal razón de la riqueza de la Premier no es otra que la entrada desaforada, abusona y hasta arrogante de multimillonarios procedentes de las cuatro esquinas del mundo.

En la actualidad son once los clubs de la Premier en manos de magnates extranjeros, desde estadounidenses pasando por un islandés, un árabe, un ruso, un egipcio,un escocés, un irlandés, hasta un español, Alejandro Agag, yerno de José María Aznar, que, junto a Flavio Briatore, Bernie Ecclestone y el indio Lakshmi Mittal, han adquirido el Queen's Park Rangers.

El fútbol inglés se ha convertido en el patio de recreo de los millonarios de todo el mundo. Olvídense de los yates, de las mansiones, de las islas, minas de oro o diamantes. La moda entre los más pudientes del planeta es poseer un club de fútbol y si es inglés mejor.

En 2003 fue Abramovich quien revolucionó el fútbol inglés al comprar el Chelsea; en 2008 le ha tocado a Al-Fahim, que ha convertido al City en el quinto 'big boy' de la Premier, los cinco en manos extranjeras salvo el Arsenal, que también ha tenido que ceder el 20 por ciento al ruso Alisher Usmanov y el nombre de su estadio a la firma Emirates Airlines.

No todo es felicidad

Pero no todo es felicidad en la afluencia de tanta riqueza a la Premier. Los aficionados miran con una triste nostalgia los tiempos de los 'boot rooms', cuando la cantera alimentaba a sus equipos, cuando la vida del club y su trayectoria estaba ligada a la de la comunidad de la que procedía su afición.

La relación de Al Fayed, Abramovich, Gillet y Hicks, Glazer, entre otros, con sus aficiones ha sido dura, tensa y en algunos momentos enfrentada. En la actualidad la afición del Liverpool, el club más familiar y más ligado a la cantera de la Premier, quiere recuperar el control y se ha formado el grupo ShareLiverpoolFC para que la afición pueda comprar las acciones. En la balanza está esa difícil decisión entre ser pobre pero digno o venderse y disfrutar de la opulencia. Es una cuestión de moral. Como todo en la vida, y el fútbol es una gigantesca parte de la vida.