La batalla mortal entre ultras del Deportivo de La Coruña y del Atlético de Madrid ha puesto de nuevo el foco sobre la violencia del fútbol español, un fenómeno que, sin la visibilidad de Italia o Argentina, resiste con más o menos fuerza en los clubes. Sin embargo, desde el Gobierno quieren que los equipos sean los primeros en concienciarse de la peligrosidad de sus hinchas más radicales y que, así, ayuden a alejarlos de los campos. Si no lo hacen, el Ejecutivo prometió ayer mano dura, en forma de cierre de campos o sanciones a los conjuntos.
Tras la reunión urgente de la Comisión Nacional contra la Violencia,el Consejo Superior de Deportes (CSD), Miguel Cardenal, mostró su plena confianza en que lo ocurrido el pasado domingo en los aledaños del Vicente Calderón significará ,un antes y un después para acabar con la violencia en los estadios.
No tengo la menor duda de que el compromiso del fútbol es claro, contundente y que va a ser eficaz, subrayó antes de citar algunas de las medidas que se plantean para erradicar esta lacra. Sobre el cierre parcial de las gradas en las que se ubiquen los radicales, el dirigente recordó que se trata ya de una medida implantada en la UEFA y que se ha aplicado en España en las competiciones internacionales. En este sentido, apuntó que se podría llegar, incluso, a clausurar campos, así como a prohibir la venta de abonos en determinadas localidades donde sepan que puede haber aficionados violentos.
Asimismo, remarcó que el Gobierno está listo para sancionar con extrema dureza a cualquier club que tenga una actitud connivente con estos aficionados.
El objetivo es eliminar completamente a estas personas radicales y violentas del fútbol que no tienen sitio ni dentro ni fuera de los estadios, agregó. Además, anunció que tanto él como el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, comparecerán de forma conjunta en el Congreso, con carácter urgente, para analizar e informar sobre lo sucedido.
Precisamente, Martínez, calificó como extraordinariamente graves, pero excepcionales, los incidentes ocurridos en Madrid.
Con ello, no quiero quitar ningún matiz. La lucha contra la violencia en el deporte es firme, constante y comprometida, y, en la mayor parte de los casos es eficaz y satisfactoria.