Lo primero, no te rindas, se perseverante. Si has encontrado a alguien y te pone resistencia, es buena señal. Ya que significa, que tiene dudas y no te ha descartado totalmente. Simplemente dale espacio y tiempo, para que venga a ti.
Ahora bien, si ni hay señal, ni repuesta de ningún tipo, olvídate y mantente alerta a lo que te traiga el destino, otra persona será para ti. Tampoco te obsesiones, ni confundas el amor con la ansiedad que produce el hecho de que alguien no responda de la manera que tú quisieras.
Lo primero es consolidar una amistad, que se formen unos lazos emocionales y la pasión, vendrá. Hay tiempo de sobra, para los afectos y los arrumacos. Vivimos en la época de la inmediatez, todo lo podemos tener enseguida. Pero el amor cuesta, hay que trabajarlo y no se consigue con un click.
Con tanto estres y tanta individualidad, la mayoría padecemos de ansiedad. Lo queremos todo ya al momento, nos falta la virtud de la paciencia y de la prudencia. Mantener la templanza y observar más lo que la vida nos van trayendo cada día. Sé, que suena un poco complaciente. Pero, es lo que hay. Para conseguir esa templanza deseada, nos podemos ayudar de las múltiples terapias que se propagan cada vez más. Al menos con ellas, conseguimos momentos de relajación. Sin embargo, no nos engañemos, la clave está en nosotros mismos, aceptar que es ansiedad y no amor lo que sientes. O quizás una obsesión.
Cuando lo aceptes y puedas ver como momentos de ansiedad, vienen tras momentos de dolor, tras momentos de felicidad, mientras que tu estás en tu centro (equilibrio), viendo pasar esos momentos. Acabaras riendote de tanta tonteria que trabaja la mente y te sentiras mejor, al evitar ser esclavo de la mente.