Assen no perdona

Por más que le hayan recortado metros con el paso de los años (los últimos de manera criminal para construir un aparcamiento y un centro comercial), Assen sigue siendo de los circuitos más difíciles y técnicos del calendario. Su trazado no hace prisioneros y puede dar fe de ello Loris Capirossi, que ayer salió por orejas, lesionándose el brazo derecho que ya tenía tocado y que le hizo perderse la cita británica.

El italiano traía a Holanda operado el quinto metacarpiano de la mano derecha, tras caerse en Montmeló, y se hizo en el mismo brazo un agujero que precisó de veinte puntos de sutura. Tras volar, quedó atrapado entre el asfalto y la moto, hiriéndole una estribera. El doctor Macchiagodena, director de los servicios médicos del Mundial, asegura que "sería una locura que volviera a la pista, porque es una herida fea e incómoda".

Casi tan espectacular como esa maniobra, aunque con final feliz, fue el susto que le dio la Ducati a Stoner en el cambio de dirección de la chicane de entrada a meta. El australiano hizo el giro de derecha a izquierda con las dos ruedas en el aire, lo que no impidió que siguiera dando gas y, al aterrizar sus Bridgestone en el asfalto, perdió el pie izquierdo, pero siguió como si tal cosa. Fue increíble y un auténtico milagro que no acabara en caída. Él no le dio importancia y tampoco impidió que lograra sobrado el mejor tiempo.

Su superioridad fue tan manifiesta que todos le dan otra vez favorito tras meterle siete décimas a Rossi, que fue segundo, y 1,1 a Pedrosa, que terminó noveno. El catalán fue muy claro: "Vamos mal y no sabemos por qué. Stoner, más que un paso, está dos por delante de nosotros". Volviendo a lo duro que castiga Assen a los pilotos, otro que puede dar fe de ello es Toni Elías. El manresano no sabe aún lo que es correr en la Catedral una carrera de MotoGP por culpa de la lesiones. El primer año que debía hacerlo (2005) se lo perdió por estar convaleciente de una lesión sufrida en Le Mans. Los dos últimos, asistió como lo ha hecho ahora, pero sin superar el primer día. En 2006 se rompió el troquíter, un hueso del hombro que le mandó a casa. Y en 2007, se fracturó el fémur de la pierna izquierda.

Con tales antecedentes, era lógica la precaución del piloto satélite Ducati y sus temores por reencontrarse con Assen, un circuito en el que casi nunca se va recto y una curva empalma con otra, con una sección muy rápida: "Estoy tranquilo y contento de estar entero, pero con la misma situación de otras carreras y trabajando en los problemas. Son los mismos de siempre y llegarán soluciones, pero aquí se suma el problema psicológico que para mí es correr aquí. Por la mañana he empezado bastante asustado y me lo he tomado con mucha calma. He terminado el entrenamiento y, ya por la tarde, he ido tan a tope como si no hubiera pasado nada y he bajado un segundo".

La caída de Capirossi no ayudó a que sobrellevara mejor el papelón: "Me he asustado con el 'palo' que se ha dado Capirossi y espero que esté bien. Al acortar Assen lo han hecho más ratonero, pero conserva curvas rápidas, de las que te ponen los pelos de punta". Y manifestó una queja y un deseo: "Lo que no me gusta nada es el asfalto nuevo que han puesto. Es un asfalto sin poro, que patina muchísimo y que aumenta los problemas. He visto las escapatorias muy parecidas, lo único que hay nuevo es que ya no existe un escalón entre el asfalto y la grava, como antes. Pero mejor será no caerme y evitar probar si han mejorado o no la grava". Esto es Assen.