El buen hacer de Julián Simón, tanto por su flamante título de 125cc como por su instantánea adaptación a las nuevas Moto2, con motores de 4T y 600cc, ha tenido una recompensa inesperada. Debido a la ausencia de sus pilotos probadores (Battaini está lesionado y Guareschi en Qatar), Ducati le solicitó a Aspar los servicios del toledano para dos días de pruebas en Jerez con su Desmosedici GP10, que acabaron ayer con resultados sorprendentes.
Tras dar 115 vueltas, 80 el martes con un simulacro de carrera incluido de 30, y el miércoles 35, Julito paró el cronómetro en 1:41.4, lo que le situó a tan sólo 1,6 segundos del récord de la pista, en poder de Rossi, y de la mejor vuelta de Stoner en la última carrera. Y en cuanto al ritmo, muy parecido al exhibido por Barberá esta pretemporada, aunque con menos kilómetros.
El objetivo de la prueba era demostrar que la nueva Ducati es una moto con la que no sólo Stoner puede ir rápido, como ha ocurrido con las versiones anteriores, y estuvo supervisada por Filippo Preziosi, el padre de la bestia y el más capaz para asesorar al español.
El nuevo motor big bang y los basculantes con menor rigidez lateral han hecho que la Desmosedici sea una moto más fácil de pilotar, como quedó corroborado con el tercer puesto de Hayden en el último test de Sepang, tras Rossi y su compañero Stoner. Eso no impidió que Simón quedara impresionado con la potencia de esta moto, capaz de levantar su rueda delantera incluso en la quinta marcha.