Wayne Gardner cumple 50 años

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El primer campeón del mundo de 500 cc australiano, Wayne Gardner, cumple nada menos que 50 años, una gran ocasión para que las voces más influyentes de su época hablen del piloto más valiente que ha surgido de las Antípodas.

El tiempo pasa irremediablemente para el hombre, aunque afortunadamente no tan rápido para el piloto. Wayne Gardner llegó al Mundial de 500 cc en 1983, logró su único título en la categoría máxima en 1987 y hasta su retirada al final de 1992 siempre estuvo entre los hombres más rápidos del «medio litro». En la era de las más potentes e indomables «500/2T» Gardner lideró una generación de pilotos australianos que durante 20 años fueron los únicos capaces de luchar por la victoria frente a los mejores norteamericanos en la clase «reina».

Cuando se retiró del motociclismo inició una carrera profesional en los coches que le entretuvo diez años más en los campeonatos Australian V8 Supercar y Japanese GT. Pero su devoción por el motociclismo nos lo ha devuelto en los últimos años como asiduo en las carreras de clásicas. En este tiempo ha participado en varias ediciones del Phillip Island Classic, ha vencido en el Barry Sheene Memorial del Revival Festival en Goodwood –Reino unido– y todavía pasa la mayoría de los fines de semana en los circuitos de «dirt track» como mecánico de sus propios hijos Remy y Luca.

Habiendo cumplido recientemente los cincuenta, hablamos con pilotos y personas influyentes en la carrera de Gardner para explorar en sus recuerdos y revivir un momento especial en su relación con el campeón de Wollongong en los circuitos o fuera de ellos. En este último ámbito puede que el material no haya quedado igualmente documentado, pero por lo que a continuación leerás estamos seguros de que Gardner ha tenido una vida igualmente divertida y gratificante más allá de las carreras.

Michael Doohan (campeón del mundo de 500 cc de 1994 a 1998)
«Es duro darte cuenta de que han pasado ya 20 años desde que Wayne y yo estábamos en el equipo Honda Rothmans de 1989. Ahora él ha llegado a los 50 años y a mí no me queda mucho más. Tengo grandes recuerdos de Gardner, principalmente sobre su determinación como piloto. En este sentido nunca olvidaré su actitud inasequible al desaliento. Mis primeros recuerdos son de mediados de los ochenta, cuando le vi en acción por primera vez, derrapando en el circuito de Surfers Paradise. Me impresionó mucho y con los años llegamos a ser compañeros de equipo. Tengo tantas historias impresionantes que contar sobre su determinación en las carreras que no dejaría espacio a los demás. Fuera de las carreras era un tipo divertido, sobre todo si se había tomando un par de cervezas. Así compartimos momentos memorables que todavía me hacen reír. Hoy en día es fantástico coincidir con él y verle disfrutar de la vida con su joven familia».

Wayne Rainey (campeón del mundo de 500 cc de 1990 a 1992)
«Cuando llegué a los GG.PP en 1988 ya había oído hablar del ego de Wayne –principalmente por lo que me contaba Eddie Lawson, que el mayor rival de su carrera–, pero no lo percibí realmente hasta el GP de Australia de 1989 –el primero de la historia en Australia–. La carrera fue una magnífica batalla entre Gardner, Kevin Magee, Christian Sarron y yo mismo. El liderato cambió muchas veces de manos y al final Gardner ganó y yo acabé segundo. El ambiente en el podio era increíble, Gardner me miró y dijo: “tío, hoy he sido bueno”. No me podía creer lo que me estaba diciendo, ¡estaba experimentando el ego de Wayne en primera persona! Afortunadamente, durante mi carrera no quedó por delante de mí a menudo, pero aquel día Wayne no sólo fue bueno, sino también el mejor. Le deseo un feliz cumpleaños».

Kenny Roberts (campeón del mundo de 500 cc de 1978 a 1980)
«Si tuviera que describir con exactitud a Wayner Gardner te diría simplemente que le echaba un par de huevos. Cuando estaba en parrilla él nunca tenía la menor duda de que ganaría la carrera. Nunca corrió para acabar segundo. Muchas veces se cayó en el intento, pero nunca dejó de darlo todo. En mi carrera piloté motos que no estaban a la altura, al igual que le ocurrió a Gardner. Pero cualquiera que fuera la puesta a punto de sus motos, nada cambiaba los planes de Gardner para luchar por la victoria».
Randy Mamola (4 veces subcampeón de 500 cc)
«Mi recuerdo favorito de Gardner está en el circuito del Jarama a mediados de los ochenta. Wayne fue a ver al doctor Costa porque se había hecho daño y como parte del tratamiento éste le dio unos supositorios. Al día siguiente Costa fue a verle y le preguntó cómo se encontraba. Gardner le contestó que estaba mejor, pero que le había costado mucho tragarse las “pastillas” que le había recetado. Hasta entonces yo nunca había oído de nadie que se hubiera tragado un supositorio. Por cierto, también fue un gran piloto».

Didier de Radigues (piloto de 500 cc)
«Para mí es imposible resumir mi amistad con Gardner en una sola anécdota. Todo lo que hicimos juntos desde 1987 hasta 2000 fue fantástico. Podría hablar de nuestro viaje por California antes del GP de Estados Unidos, cuando estuvimos en Disneyland, Los Ángeles o Carmel y la Ruta 101. También de las fiestas locas en Mónaco, Cannes o Saint Tropez, de los entrenamientos de invierno en Australia o de verano en las montañas. Grandes recuerdos todos ellos. Le echo mucho de menos».

Steve Parish (piloto de velocidad)
«Conocí a Wayne en 1984 en el Nortwest 200 –Irlanda del Norte–. Él estaba allí para echar una mano a su buen amigo Roger Marshall, a quien le encantaba esta carrera y en la que además había tenido mucho éxito. Cuando digo “echar una mano” me refiero a que a menudo terminaba sujetando a Roger en sus tardes en el “pub”, cuando éste “se bebía Irlanda” en vasos de Guiness. Uno de esos días las cosas se desmandaron y Wayne acabó llegando al desayuno vestido únicamente con una sábana. No sabía muy bien dónde había dejado su ropa, pero más vergonzoso resultó aun para él cuando los aficionados se acercaban a pedirle autógrafos. Quizá mi anécdota debería haber estado relacionado con la gran carrera deportiva que tuvo, pero en pista, en realidad, yo no solía estar cerca de él».

Craig Dack (piloto de motocross)
«Wayne y yo hemos estado juntos durante 20 años y siento que incluso somos una familia. De hecho, después de mucho tiempo descubrimos que su segunda esposa –Tony– y yo éramos primos terceros. Nuestro primer encuentro es uno de mis mejores recuerdos. Estábamos en 1989, yo competía en el Mundial de Motocross y Wayne en velocidad. A final de temporada estábamos en Mónaco y nos vimos con otro piloto australiano de motocross, Jeff Leisk. Decicimos ir a cenar en Saint Tropez. En el camino de vuelta a Mónaco la carretera se convirtió repentinamente en un circuito. No sé cómo sobrevivimos a aquel trayecto. Yo iba en el coche con Wayne y Leisk conducía su Honda recién estrenado. A Wayne se le inyectaron los ojos en sangre y durante todo el camino le estuvo golpeando la parte trasera en marcha. Al parar y bajar de los coches, lo único que hacían era reírse. “Dime cuánto cuesta la reparación y te lo pago”, dijo Wayne. Eran años en los que tenía más dinero que sentido común. Es sólo una de miles de anécdotas, pero de alguna forma después de aquel día la nuestra estaba llamada a ser una gran amistad. Con el tiempo comencé a llamarle Mister Magoo, el personaje de dibujos animados con problemas de vista que destroza todo cuanto encuentra a su paso sin reparar en ello siquiera»

Donna Kahlbetzer (primera esposa de Gardner)
«Mi recuerdo se centra en el GP de Australia de 1990, unos minutos antes de la salida. Wayne tenía una muñeca dolorida, pilotaba una moto complicada, tenía a toda la prensa encima y al público australiano reclamando la victoria. Wayne me miró y vi en sus ojos un miedo que nunca antes había visto. Aquejado por el dolor y con las circunstancias en contra me dijo: “Donna, no sé si seré capaz de hacerlo”. Jamás le había oído dudar de sí mismo, pero finalmente consiguió la victoria a pesar de todo y fue de nuevo el héroe de una nación, el mismo héroe que siempre fue para mí».

Yoichi Oguma (ex vicepresidente de Honda Racing Corporation)
«Nunca he olvidado el tiempo que trabajamos con Wayne Gardner. Juntos tuvimos el equipo más fuerte del mundo».


Kazuhiko Tsunoda (ingeniero jefe de Honda R&D)
«Mis mejores recuerdos están en las temporadas de 1989 y 1990, tanto en el Mundial de 500 cc como en la 8 Horas de Suzuka. Es la época en la que trabajé con él. Aquellas motos eran monstruosas y nada fáciles de pilotar. No puedo olvidar el GP en Phillip Island de 1990, cuando después de casi salir lanzado al aire por su moto, rompió el carenado, se le descolgó y continuó en carrera para terminar venciendo delante de su público. Se hizo mucho daño durante su carrera y después de aquellas temporadas y el paso de los años posteriores, me alegro de saber que es feliz y le va bien a los 50».

Mamoru Moriwaki (presidente de Moriwaki Engineering Co.)
«En el invierno de 1980 estaba en el circuito de Melbourne buscando algún nuevo talento que llevar a competir profesionalmente en Japón. Allí estaba Wayne y la actuación en pista del futuro campeón de 500 cc me impresionó mucho aquel día. Sin embargo, no tardé en averiguar que aquel chico de 20 años no estaba siquiera inscrito en la carrera, pero sin permiso había cogido “prestada” una moto y se metió en la carrera con el fin de llamar mi atención. No es que pretenda aconsejar hacer algo así si quieres llegar a campeón del mundo, pero sí quiero decir que uno jamás debe renunciar a perseguir sus sueños en lo que quiera que hagas, simplemente como hacen los grandes campeones».