eleconomista.- Es importante conocer bien a quién se avala así como su solvencia económica
Un avalista es aquella persona que ofrece su garantía personal a un tercero cuando este último solicita un préstamo personal o hipotecario. De forma que será el avalista el responsable de pagar la deuda ante el caso de impago de un titular.
Normalmente se suele necesitar un aval cuando se quiere contratar una hipoteca o préstamo y el titular tiene un contrato de trabajo temporal, tiene una solvencia económica deficiente, está en edad avanzada o bien el importe solicitado es muy elevado. Vamos, cuando el titular tiene un elevado coeficiente de riesgo.
Riesgos de avalar un préstamo
El avalista responde de manera solidaria ante el impago de la deuda, de forma que responde con su garantía personal, lo que implica que ante el impago del solicitante el avalista responde con todos sus bienes presentes y futuros. En resumen, al avalar un préstamo se tienen las mismas obligaciones que el solicitante (más en ningún momento los mismos derechos).
Por eso avalar un préstamo conlleva una gran cantidad de riesgos siendo el primero de ellos el pago de la deuda. El avalista puede terminar pagando la deuda contraída por el deudor, hasta que la misma quede completamente saldada.
En el caso de que el avalista no pueda hacer frente al pago de la deuda, en primer lugar, será dado de alta en un listado de morosos (Rai, Asnef, etc.), lo cual imposibilitará su acceso a un préstamo o crédito bancario en un futuro ya que las entidades financieras bien sean bancos, cajas o establecimientos financieros de crédito evitan conceder un préstamo personal o hipotecario a quien esté dado de alta en un fichero de morosidad para evitar posibles impagos futuros.
Posteriormente, si el impago de la deuda se prolonga en el tiempo, el avalista se verá envuelto en un proceso legal, en el que un juez podrá dictaminar el embargo de su cuenta bancaria y la parte de su nómina que excede del salario mínimo interprofesional, así como sus bienes personales, desde el coche hasta la vivienda. En resumen, todo aquello que sea necesario para saldar la deuda, con lo cual el avalista corre el riesgo de perder su patrimonio.
En cualquier caso, es importante valorar que hablar de embargos de patrimonio de los avalistas, si bien es posible es una situación extrema, es muy complicado. Antes de embargar los bienes de éste se embargan los bienes y patrimonio del titular del préstamo y sólo en los casos de que éstos no sean suficientes para saldar la deuda, la entidad va contra el aval.
Consejos a la hora de avalar un préstamo
Una vez vistos los riesgos que conlleva avalar un préstamo es importante conocer bien a quién se avala así como su solvencia económica y estar consiente de los riesgos que se aceptan asumir para evitar romper la relación personal con el avalado en caso de que este no pueda pagar la deuda.
Por otro lado, es importante hacer un estudio financiero personal en el que se vea si se cuenta con el dinero necesario para hacer frente al pago de la deuda del avalado con los ingresos medios mensuales. De esta manera, en el caso de impago, evitaría correr el riesgo de que el patrimonio personal se vea afectado.