Cuatro de cada diez jóvenes estarán en paro el próximo mes de diciembre

negocios.com.Desde diciembre de 2007 hasta junio de este año se han destruido más de 1,5 millones de empleos; más de un tercio lo ocupaban menores de 25 años.
Que el paro, alimentado por la crisis económica y financiera, se muestra imparable es una realidad que todos sabemos y que muchos conocen de primera mano. Las cifras halagüeñas se resisten a aparecer y las previsiones que se formulan para finales de año ponen de manifiesto que la evolución alcista continuará. Las tasas de desempleo previstas por diversos organismos nacionales e internacionales para finales de 2009 se sitúan en torno al 20%, esto es, uno de cada cinco activos estará en paro al finalizar el año. Pero algunos grupos que aglutinan estos previsibles porcentajes pueden verse incluso aún más perjudicados.

La tasa se multiplica por dos en el caso de los menores de 25 años, que podría alcanzar el en próximo mes de diciembre hasta al 42,1% de este grupo de activos, según un estudio elaborado y publicado a principios de esta semana por la empresa de trabajo temporal Adecco y la escuela de dirección de la Universidad de Navarra (Iese).

Si bien es uno de los grupos de edad que tradicionalmente ha concentrado una de las mayores cifras de desempleo, las adversidades actuales han incrementado aún más su vulnerabilidad. La tasa prevista por Adecco supone un incremento interanual de 13 puntos que, aunque será el menor del año, provocará que la proporción de jóvenes sin empleo sea la mayor desde diciembre de 1994.

Dentro de los rangos de edad de los jóvenes activos, el más perjudicado es el menor, el que va desde los 16 a los 20 años, que alcanza un porcentaje del 56,31%, seguido del siguiente tramo (de 20 a 24 años), que supera los 33 puntos.

Además de en los datos del paro, la sensibilidad de este colectivo se aprecia también en las cifras de destrucción de empleo, calculada como la diferencia entre el número de ocupados en un momento concreto con el de otro.

Destrucción de empleo
Desde el comienzo de la crisis la creación de puestos de trabajo ha invertido su evolución y se ha transformado en destrucción. Así, a comienzos de 2007 el número de ocupados —activos menos parados— en España superaba los 20 millones y mostraba una evolución creciente. Sin embargo, a partir del cuarto trimestre de ese año, cuando comienzan a percibirse los primersos signos de la crisis económica mundial, tras alcanzar un máximo histórico de 20,5 millones de activos, la cifra comienza a descender.

Sólo ostentan uno de cada 14 puestos de trabajo y representan el 7,3% del total de ocupadosDesde entonces ha continuado una tendencia a la baja hasta situarse en menos de 19 millones de ocupados en el segundo trimestre de este año, según los datos elaborados por la Encuesta de Población Activa (EPA).

De este modo, al calcular la cifra de destrucción de empleo, entendiéndola como la diferencia de ocupados entre un momento concreto, el cuarto trimestre de 2007, y otro, el segundo de este año, el resultado es de más de 1,5 millones de puestos de trabajo menos (1.531.900).

Esta incesante destrucción de empleo concentra más de  medio millón (562.900) de puesto laborales que ocupaban menores de 25 años, tal y como puede deducirse de los datos publicados por la EPA. Así, una de cada tres plazas laborales destruidas en ese periodo pertenecía a jóvenes. Los mismos datos reflejan que la juventud ocupa en la actualidad tan sólo un 7,3% de los puestos de trabajo, frente al 10,2% que alcanzaba a mediados de 2007. La proporción actual de empleos ostentados por jóvenes, por tanto, se reduce a mínimos: sólo una de cada 14 plazas laborales está ocupadas por menores de 25 años.

Alta temporalidad
Una de las explicaciones que pueden encontrarse a esta elevada representación de los jóvenes en la cifra de destrucción laboral puede ser otra de las lacras que afectan al empleo de los menores de 25 años, la temporalidad. Según CCOO, llega a un 43% de los jóvenes trabajadores (incluye a los activos que tienen entre 16 y 29 años), frente al 25% de la población activa en total.

A finales de 2009, la proporción de este grupo sin trabajo será la más elevada desde 1994, según AdeccoDesde la Secretaría de Juventud del sindicato alertan de este mal, “sobre todo, cuando se trata de una temporalidad sin causa. Se hacen contratos uno tras otro en muchas ocasiones en puestos estructurales que podrían solventarse con un contrato indefinido”.

En general, esta tasa se ha visto reducida en los últimos meses, pero no por un intento por potenciar el empleo indefinido, sino como un efecto más de la crisis. Resulta mucho más fácil el despido de un trabajador que está en una empresa durante unos meses que el de otro que tiene un contrato fijo. Los costes para las empresas son mucho menores o, incluso, puede que inexistentes, puesto que en muchos casos las compañías esperan a la finalización del contrato para prescindir de esa persona.

Causas y soluciones
Desde CCOO, conscientes de la situación laboral precaria que sufren muchos jóvenes, señalan como una de las causas del elevado paro juvenil la existencia de un problema de adecuación entre el nivel formativo y el mercado laboral.

El 43% de las personas de entre 16 y 29 años trabaja con un contrato temporal, frente al 25% de los activos en generalPor un lado, existe una elevada tasa media de abandono escolar, alrededor del 30%, que impide a los jóvenes acceder a un empleo de calidad. Por otro lado, y paradógicamente “existe también una tasa altísima de titulados universitarios y de formación profesional sobrecualificuados que no encuentran puestos de trabajos que se adecúen a su formación”, explican.

Por ello, reivindican “un giro radical en el modelo productivo que incluya políticas de empleo para fomentar la creación de puestos laborales en nuevos sectores que propicien más estabilidad, calidad y adecuación de la formación. En concreto, el sindicato ha señalado al sector de las energías renovables y el medio ambiente como ejemplo.

CCOO denuncia el abuso de los becarios para evitar contratos
CCOO señala que existen unos 200.000 becarios en España, que suponen “una gran masa de empleo sumergido, sin ningún tipo de derechos, tales como vacaciones o bajas laborales, por ejemplo”.

Según el sindicato, se trata de una figura que debe regularizarse, ya que “empezó siendo muy recurrente en algunos sectores laborales, pero se ha extendido a todos. Además, tanto a empresas privadas como a públicas”.

Esta situación afecta a una gran mayoría de titulados universitarios y de formación profesional y resulta perjudicial no sólo para los jóvenes “que pueden ser becarios eternamente” con una mínima prestación económica. También lo es para el Estado, ya que se trata de una gran cantidad de activos que no cotizan y, por tanto, de los que no percibe ingresos a través de la recaudación de impuestos.