Los expertos piden al Gobierno reformas más radicales

cincodias.El paro y el desequilibrio de las cuentas públicas están aquí para quedarse y su gestión requiere reformas mucho más ambiciosas que las propuestas por el Gobierno en la Ley de Economía Sostenible. Esa es la principal conclusión del desayuno de trabajo celebrado en la sede de CincoDías y patrocinado por el Banco Santander con cinco expertos de primer nivel en el ámbito macroeconómico.

Santiago Carbó, profesor de Economía de la Universidad de Granada, sostiene que, desde el punto de vista de la actividad, "lo peor ha pasado", pero la economía española "tendrá que convivir con un paro elevado como compañero de viaje". A su juicio, la tasa de desempleo superará el 15% de la población activa "durante bastante tiempo".

Josep Oliver, director del departamento de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, abunda en este campo y realiza un cálculo simple partiendo de la pérdida de cerca de dos millones de empleos con la que se saldará la crisis: con una creación de puestos de trabajo "optimista" a partir de 2011, que cifra en 300.000 al año, no se recuperará el nivel de empleo de antes de la crisis hasta 2017. En definitiva: una década perdida para el mercado de trabajo. Oliver destaca que la crisis tiene un componente estructural y va a haber una pérdida de empleo de la construcción difícilmente recolocable. A su juicio, la sociedad debe prepararse para, al menos, una década muy difícil. La solución de la crisis pasará, entre otras medidas, por reducir todo tipo de costes, con una política de ajuste salarial y un aumento de la productividad que permita la caída de los costes laborales unitarios.

Fernando Eguidazu, vicepresidente del Círculo de Empresarios, coincide en esa necesidad, pero ve muy difícil lograrla. Incluso, la contención salarial pactada para los funcionarios "quedará en menos, porque cuando entran en juego los cambios de nivel y escalas, se aumenta un 2% el salario real respecto a lo pactado". Para este analista, la economía española necesita una segunda oleada de liberalizaciones, pero "está en cuestión la capacidad del Gobierno para hacer reformas importantes, sobre todo en el ámbito laboral", debido a lo que entiende como una sumisión a los intereses sindicales. Entre los "cambios radicales" necesarios, Eguidazu cita la negociación colectiva (para dar más poder a los comités de empresa), la supresión del salario mínimo y la limitación de los contratos a dos o tres modelos. Según explica, tal y como están las cosas "la única válvula de escape laboral es el despido".

Jonás Fernández, director del Servicio de Estudios del bufete Solchaga Recio, replica que, si algo caracteriza al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es su "instinto de supervivencia". Por ello, vaticina que finalmente realizará más reformas de las que se cree, porque, una vez que comience la recuperación, el riesgo de contestación social impulsada por los sindicatos será menor.

Santiago Carbó cree que no puede descartarse una huelga general, pero coincide en que hay reformas necesarias en el camino. Respecto a la indemnización por despido, sugiere la introducción del modelo aplicado en Austria y Dinamarca, por el que el trabajador que cambia de empresa conserva su antigüedad a esos efectos.

Rolf Campos, profesor de Economía en la escuela de negocios IESE, plantea cómo se ve la situación de España desde el exterior: "Es una economía pequeña y abierta, que tiene un enorme déficit corriente. La receta del Fondo Monetario Internacional para este tipo de países es la devaluación monetaria. Ahora bien: desde que se integró en la Unión Económica y Monetaria, España ya no dispone de esa herramienta. Necesita una reducción de costes análoga".

Los expertos coinciden en que el coste del despido no es la única cuestión a abordar en la reforma laboral, ni, quizá, la más importante. Jonás Fernández insiste en la necesidad de acercar a las empresas la negociación salarial, y de reducir las cotizaciones sociales a cambio de que se introduzca una cotización nueva en un fondo del estilo austriaco, que cada trabajador podría después capitalizar.

Jonás Fernández destaca algunas consecuencias positivas del ajuste: la moderación de los precios, la reducción del déficit corriente hasta prácticamente la mitad que hace dos años, y la mejora de la productividad aparente del trabajo (la caída del PIB ha sido menor que la del empleo). Sin embargo, también recuerda la magnitud de los que, a juicio de la mayoría de los analistas, son los dos principales problemas que acechan a la economía española: el paro y el estado de las cuentas públicas.

A su juicio, algunas de las soluciones ya están en vías de realización, como la anunciada supresión de la deducción por vivienda, a partir del 1 de enero de 2011, lo que "podría ayudar a reducir stock el año que viene". Para recuperar el mercado inmobiliario también contribuirían las ayudas al alquiler, y el plan de reestructuración bancaria serviría como un estímulo financiero a partir de primavera.

El problema de las cuentas públicas

Más allá de coincidir en la necesidad de una reforma laboral, Oliver sostiene que ése no es el único problema. "Son necesarias muchas más reformas. La realidad del país es hoy muy distinta a la de hace unos pocos años. Habrá que acostumbrarse a que la demografía va a dejar de ayudar: de los cerca de 450.000 hogares/año de los primeros años 2000, pasaremos escasamente a 180.000 en los próximos años. El país, los agentes económicos, sociales y los partidos no han comprendido la profundidad de la crisis", explica. "La mayoría cree que las cosas volverán a ser como antes, y tenemos que afrontar tiempos muy duros. Temo el día que se conozca la primera subida del PIB, porque la alegría del momento puede sugerir que todo ha pasado", vaticina. Junto al desempleo, los contertulios coinciden en señalar el desequilibrio de las cuentas públicas como la gran amenaza para la economía española. Con un déficit presupuestario que rondará el 10% del PIB este año y el próximo, la deuda pública mantiene una escalada que puede llevarla en breve a doblar el registro de hace apenas dos años.

Para Fernando Eguidazu, un déficit presupuestario como el actual es "insostenible", y sólo se solucionaría con un plan de ajuste radical imposible de realizar sin el compromiso de las comunidades autónomas. El vicepresidente del Círculo de Empresarios cree que, con la economía parada, será imposible moderar el déficit: "subiendo impuestos y apurando el gasto se pueden reducir unos dos puntos de PIB. Para el resto, es necesario recuperar el crecimiento y revertir el impacto de los estabilizadores automáticos con la mejora de la recaudación".

En opinión de Josep Oliver, el margen de contención del gasto público es muy limitado: "España se encuentra en los niveles más bajos de la zona euro en términos de Estado del Bienestar", recuerda. El ajuste debería venir, según el profesor de la Autónoma de Barcelona, por los ingresos: "El IVA es demasiado bajo, aunque yo diferiría la subida más allá de mitad del próximo año. En el IRPF, aunque la incidencia recaudatoria sea limitada, sería bueno elevar el tipo marginal. Eso enviaría una señal a la sociedad, en el sentido de que todos contribuimos al inevitable ajuste". El gran riesgo, en su opinión, es que, cuando la deuda llegue a rondar el 80% del PIB, los tipos de interés estén en el entorno del 5%. "En ese caso, el servicio de la deuda recortaría 15 puntos al presupuesto", vaticina.

Oliver echa de menos un mayor grado de responsabilidad entre las fuerzas políticas. A su juicio, la dimensión del reto económico requiere "no ya otros Pactos de la Moncloa, pero al menos un compromiso sobre el empleo y las reformas productivas pendientes y sobre la sostenibilidad fiscal y las pensiones".

Por su parte, Santiago Carbó coincide en la necesidad de subir el IVA. Además, resalta la importancia de mejorar la lucha contra el fraude fiscal. Por el lado del gasto sí cree que hay margen para recortarlo, salvo en el que tiene mayor incidencia productiva.

En opinión de Rolf Campos, como medida verdaderamente útil para contener el déficit a medio plazo sólo cabe una subida del IVA, por su impacto recaudatorio. En cuanto a las reformas, sostiene que la ausencia de las mismas es en sí una toma de posición, que el Gobierno ha defendido hasta ahora para eludir el conflicto social y empieza a cambiar con la Ley de Economía Sostenible.

El sistema financiero, tarea pendiente

Otro de los ámbitos en los que los expertos creen que quedan muchas cosas pendientes es el sistema financiero, responsable en parte de la burbuja inmobiliaria que ha acrecentado el impacto de la crisis en España. Fernando Eguidazu, explica que sólo cuando concluya la reestructuración de bancos y cajas "se volverá a un nivel normal, que no será como antes de la crisis". A juicio del vicepresidente del Círculo de Empresarios, el próximo será un mal año para el sistema, porque todavía faltan por aflorar pérdidas y porque el BCE retirará la liquidez barata que estaba suministrando, por la que los bancos comerciales "pueden tomar fondos al 1% y comprar deuda al 4%".

Santiago Carbó matiza que el ajuste financiero "sólo se ha producido en Cataluña", pero no en el resto de regiones. En su opinión, es necesario hacer reformas para "limitar la participación política en las cajas de ahorros". Jonás Fernández afirma que el FROB está siendo "un buen instrumento" para facilitar las fusiones de las cajas.
Fernando Eguidazu. Círculo de Empresarios

"Lo que España necesita es una segunda oleada de liberalizaciones, pero creo que está en cuestión la capacidad del Gobierno para llevar a cabo reformas importantes, sobre todo en el ámbito laboral"

Josep Oliver. Universidad Autónoma de Barcelona

"Se está centrando el debate en la necesidad de una reforma laboral, pero ése no es el único ámbito que las requiere". "El nivel de empleo que había en 2007 no se recuperará, como poco, hasta 2017"

Jonás Fernández. Solchaga Recio

"Corremos el riesgo de recaer en el error dirigista de las políticas industriales. Espero que los pocos fondos destinados a la Ley de Economía Sostenible no sean suficientes para llevarlas a cabo"

Rolf Campos. IESE

"En el exterior se ve a España como una economía pequeña y abierta. Un problema de déficit corriente como el que tiene requeriría devaluar. Al no poder hacerlo, necesita reducir costes de forma análoga"

Santiago Carbó. Universidad de Granada

"La solución no pasa por medidas sectoriales, ni siquiera en ámbitos tan importantes como la I+D+i. Se requiere una reforma horizontal que abarque a todos los sectores: la del mercado laboral"

Riesgo de una economía subvencionada

El último tramo del debate se centró en la norma estrella del Gobierno en esta legislatura: la Ley de Economía Sostenible. Para Fernando Eguidazu, la norma es "un batiburrillo, con muchas cosas banales, bastantes que pueden ser interesantes pero requieren un desarrollo normativo posterior y algunas otras que se anunciaron hace tiempo y se volverán a anunciar en el futuro". El analista afirma que los modelos "no se imponen por decreto, se derivan de las ventajas competitivas" de cada país. Si no, "se corre el riesgo de crear una economía subvencionada, como está pasando con la energía fotovoltaica". La recuperación del empleo "pasa por recomponer sectores tradicionales", como la construcción y los servicios.

Josep Oliver incide en la necesidad de adoptar reformas más ambiciosas que las incluidas en el anteproyecto recién publicado, y no sólo en el mercado laboral. Entre las tareas pendientes, destaca áreas tan distintas como la formación profesional, las universidades, el alquiler, las pensiones o el transporte ferroviario.

Respecto al modelo productivo, Jonás Fernández advierte contra el riesgo de recaer en el "error" de las políticas industriales, para las que "lo mejor es que no tengan suficientes fondos". Mejor sería, a su juicio, una mejora del marco institucional, incluyendo el de relaciones laborales y el control del gasto de las comunidades. Así, lamenta que no se haya aprovechado el nuevo modelo de financiación para cerrar un pacto de austeridad.

Para Santiago Carbó, la solución no pasa por medidas sectoriales, sino que requiere una reforma horizontal que abarque todos los sectores: la del mercado laboral.