La crisis ha destruido ya 1,86 millones de empleos y no hay atisbos de recuperac

cotizalia.


Tsunami en el mercado de trabajo. La economía no sólo sigue destruyendo empleo a un ritmo espectacular -6,1% en el último año-, sino que los célebres brotes verdes no se divisan por ninguna parte en el mercado de trabajo. Es más, si la población activa hubiera crecido a su ritmo habitual, lo que parece coherente con el aumento de la población en edad de trabajar, el paro habría superado ya ampliamente la barrera del 20%.

 

No ha sido así, simplemente, porque los ciudadanos (en su mayoría jóvenes) han dejado de buscar empleo por las remotas probabilidades que tienen de encontrarlo. La población activa no sólo no ha crecido, sino que ha caído en 92.200 personas en el último año, lo cual es una tragedia para un país como España que tiene una de las tasas de actividad más bajas de la Unión Europea.

 

Los datos que esta misma mañana ha hecho público el Instituto Nacional de Estadística (INE) son aterradores y no dejan lugar a ningún optimismo. En los últimos tres meses, la economía ha perdido nada menos que 224.200 empleos. O lo que es lo  mismo, cada día se destruyeron 2.488 puestos de trabajo, lo que da idea de la dimensión de la crisis.

 

Si el reloj comienza a contar antes, el resultado es todavía más espectacular. España ha perdido en el último año 1.210.800 puestos de trabajo. Pero si se compara con el nivel de empleo que tenía este país al comenzar la crisis (tercer trimestre de 2007) el saldo es verdaderamente espectacular. Desde entonces, en apenas nueve trimestres, España ha perdido la increíble cifra de 1.865.000 puestos de trabajo. Dicho en otros términos, es como si hubiera desaparecido del mapa del empleo una ciudad como Barcelona, incluyendo a todos los habitantes y no sólo los que están en edad de trabajar y quieren hacerlo.

 

Estamos, por lo tanto, ante un movimiento económico de indudable calado, y que explica que la tasa de paro se situé ya en el 18,64%, cada vez más cerca de sus máximos históricos. En términos numéricos se observa con mayor nitidez este fenómeno. Si en el segundo trimestre de 2007 el paro afectaba a 1.760.000 ciudadanos, en el cuarto trimestre del año pasado la Encuesta de Población Activa (EPA) ya contabilizada 4.326.500 desempleados. Es decir, que en dos años y medio el número de parados ha crecido en nada menos que 2.566.500, una evolución, como se ve, digna de entrar en el museo de los horrores económicos.

 

¿Y quién pierde empleo? Pues básicamente los hombres asalariados con contrato temporal. En el último año, en concreto, el número de ocupados con contrato fijo ha caído un 1,25%, (-147.500), pero es que en el caso de los temporales el descenso es brutal. Nada menos que un 14,67% de los asalariados que tenían un empleo eventual lo ha perdido. Es decir, que el ajuste laboral continúa haciéndose sobre la parte más precaria del mercado de trabajo.

 

El ritmo de destrucción de empleo en ese colectivo es, incluso, superior al que se registra en los trabajadores por cuenta propia, cuyo deterioro es también espectacular. El empleo entre ese colectivo (normalmente autónomos) está cayendo a un ritmo del 11,16%.

 

Cae la temporalidad

 

Como consecuencia de esa evolución, la tasa de temporalidad se sitúa en el 25,08%, lo que supone 77 centésimas menos que en el trimestre precedente. Es decir, que continúa reduciéndose la temporalidad precisamente porque el ajuste se hace sobre el empleo eventual.

 

Los datos de la indican, asimismo, que el desempleo crece en 133.600 personas entre los españoles y en 69.600 entre los extranjeros. La tasa de paro de los españoles es del 16,80% (68 centésimas más que en el trimestre anterior) y la de los extranjeros del 29,70% (2,19 puntos más).  El desempleo desciende entre las personas menores de 25 (69.400 parados menos).

 

Crece, por el contrario, en el grupo de edad de 25 a 54 años y de 55 y más (en 245.800 y 26.800, respectivamente). Esta pauta de comportamiento se observa también, por separado, en varones y mujeres.

 

Entre las mujeres la caída del paro es comparativamente superior entre las jóvenes, mientras que el aumento del desempleo es menor entre las más mayores (55 y más). De esta forma, el aumento del paro femenino se concentra en el grupo de edad de 25-54 años en mayor medida que en los varones.

 

Por sectores, lo más destacado de la EPA es que el ‘ladrillo’ continúa perdiendo empleo, lo que significa que no ha tocado suelo. Un 2,58% en términos trimestrales y nada menos que un 17,35% en términos anuales. Y lo mismo sucede con la industria,  que continúa desangrándose de forma llamativa. Este país se ha llevado por delante el 11,89% de empleo industrial en los últimos doce meses. O lo que es lo mismo, 361.700 puestos de trabajo que difícilmente se puede recuperar a corto plazo debido a sus especiales características (formación y regeneración del tejido empresarial destruido por la crisis).

 

Lo malo, sin embargo, y esto es lo preocupante, es que lo peor no ha pasado. No se divisa a corto plazo una recuperación del empleo, toda vez que este es un indicador retrasado (reacciona más tarde que los cambios de ciclo). El primer trimestre de cada año es históricamente un mal periodo desde el punto de vista del mercado de trabajo, y sólo en el segundo trimestre comenzará a vislumbrarse alguna ligera recuperación, pero vinculada a la estacionalidad.