abc.es.La crisis económica a la que se enfrenta la prensa en estos momentos ha reabierto el eterno debate en torno al pago por contenidos. Su principal promotor ha sido Rupert Murdoch, que este verano ha anunciado su propósito de crear un consorcio que haga posible empezar a cobrar por las informaciones en internet. El magnate de los medios ha puesto a trabajar a los ejecutivos de News Corp para que negocien con otros grupos de comunicación la constitución de esta compañía que se encargaría de gestionar el cobro por contenidos digitales.
La empresa creada gracias al acuerdo entre estos grupos, golpeados por la recesión y que se han visto obligados últimamente a realizar fuertes reajustes en sus plantillas, tendría la misión de gestionar los derechos de reproducción generados por las ediciones digitales de sus cabeceras, entre las que se encontrarían dos grandes rotativos, The New York Times y The Washington Post.
Sin embargo, la iniciativa que lidera Murdoch -habida cuenta del éxito obtenido desde hace años por una de sus principales cabeceras, The Wall Street Journal, un periódico especializado en información financiera que tiene un millón de suscriptores- no es la única. Se suma a otros dos proyectos que se han puesto en marcha en los últimos meses: Circulate, de Martin Langeveld, y Journalism Online, de Steve Brill. En ambos casos se ofrecen varias fórmulas mixtas de suscripción y publicidad.
El debate está más que servido. Hace unos días, el asunto se complicaba un poco más con la entrada en escena de Google. El buscador ha planteado el establecimiento de un sistema de micropagos para acceder a las noticias de los periódicos en internet en respuesta a una petición de la Newspaper Association of America (NAA) y que ha trascendido a través de un centro de estudios Nieman de la Universidad de Harvard. En el documento elaborado por la todopoderosa empresa de tecnología se alude a la necesidad de que se fije una suscripción como fuente complementaria a los ingresos publicitarios, que es la fórmula que se baraja en la mayor parte de los proyectos de este tipo. Y que va un paso más allá del modelo mixto de financiación que viene siendo habitual en los medios digitales que se basa en la publicidad y en determinados servicios premium cerrados a la suscripción del usuario, entre los que destaca la hemeroteca.
Y ante estas propuestas se suceden todo tipo de opiniones. Una de ellas muy interesante es la que ha aportado el profesor de la Universidad de Navarra Ramón Salaverría en su blog y que ha bautizado como la ley del pago por contenidos. Explica que, analizando el desarrollo de los medios digitales, se puede asegurar que «el número de iniciativas para implantar contenidos de pago en medios digitales es inversamente proporcional a la evolución del PIB en los países occidentales». A su juicio, cada vez que la economía entra en un periodo de vacas flacas surgen todo tipo de iniciativas con las que se busca cobrar por la información digital y así hacer frente a la maltrecha economía de las empresas informativas.
Ahora, y tras un periodo de calma, resurge el dilema. Algunas cabeceras han pasado ya a la acción y, lejos de quedarse en la teoría, se han decantado por el modelo de pago. Recientemente, la prestigiosa revista The Economist ha anunciado que su edición digital estará cerrada bajo suscripción en seis meses.