El deterioro económico y laboral resta competitividad a España

cincodias.com.El impacto de la crisis en España le ha hecho perder cuatro puestos en el índice de competitividad que elabora el Foro Económico Mundial. Un deterioro que constató ayer el Banco Mundial, que relegó once plazas a España, hasta el puesto 62, y la colocó a la misma altura que Kuwait o Kazajistán, en el indicador que publica anualmente y que muestra las facilidades para hacer negocios.El fuerte deterioro macroeconómico y del mercado laboral en los últimos doce meses ha convertido a España en una economía menos competitiva frente al resto de países desarrollados. Hace un año estaba situada en el puesto 29 de la clasificación que elabora el Foro Económico Mundial (FEM); doce meses después se sitúa en el 33, en el furgón de cola de los países de la OCDE (sólo están por debajo Grecia, Italia, Polonia, Portugal y Turquía). Se trata del segundo descenso más elevado entre los 133 países analizados, tan sólo superado por Islandia, cuyo sistema financiero tuvo que ser intervenido ante el temor de un colapso generalizado.

Irene Mía, economista sénior del Foro Económico Mundial, cree que ese recorte se ha producido al ser uno de los países más afectados por la crisis mundial. "Pese a que aún sigue conservando ventajas competitivas por el tamaño del mercado, el sistema educativo o las infraestructuras, el impacto de la crisis se ha dejado notar en un deterioro de la estabilidad macroeconómica, aunque el principal problema sigue siendo la rigidez del mercado laboral, más aún cuando tiene la tasa de paro más alta de la zona euro", apunta. El estudio, que analiza doce factores en 133 países, es especialmente crítico en ambas áreas, en las que España sale muy mal situada frente a otras economías desarrolladas. En el apartado de estabilidad macroeconómica, España retrocede en cuatro epígrafes (déficit, ahorro, diferencial del tipo de interés o deuda), mientras que tan sólo avanza en la inflación, gracias en gran medida a la progresiva caída del precio del petróleo.

Pero donde sale peor parada es en el ámbito laboral, en el que ha pasado en poco más de un año de generar más empleos que Reino Unido, Francia y Alemania juntos a superar los cuatro millones de desempleados y a doblar la tasa de paro de la zona euro, al situarse en el 17,9% de la población activa. En los nueve apartados que se estudian, España retrocede en todos, aunque el recorte es aún más apreciable en tres epígrafes: la revisión de los salarios, los costes del despido y la rigidez en la contratación.

Pero España no sólo ha perdido competitividad desde que se inició la crisis, sino que también atractivo para las empresas extranjeras. Los principales problemas para hacer negocios, según el FEM, son el acceso a la financiación, la regulación restrictiva y la excesiva burocracia. El Banco Mundial también comparte esa impresión, ya que en su informe "Doing Business 2010", sitúa a España en el puesto 62, trece más que hace un año y a la misma altura que Kuwait o Kazajistán a la hora de ofrecer facilidades para instalar un negocio.
Brasil, China e India salen reforzadas de la crisis

La competitividad de tres de los cuatro países emergentes conocidos por BRIC (Brasil, Rusia, India y China) ha salido reforzada en plena crisis. Las tres economías son las que más han avanzado en el último índice elaborado por el Foro Económico Mundial, todo lo contrario que Rusia, que ha perdido doce puestos en sólo un año.

Xavier Sala i Martí, economista de la Universidad de Harvard y coordinador del estudio, aseguró ayer que los BRIC son un buen ejemplo de por qué la competitividad es importante. "Brasil, Rusia y China han sabido adaptarse mejor a la crisis financiera y tienen menos dependencia del valor de las materias primas que Rusia, cuya economía está basada en el valor del gas y del crudo", apunta.

Sala i Martí destaca el fuerte retroceso experimentado por dos países (Reino Unido e Islandia). En el primer caso resalta el agravamiento de la crisis económica, mientras que para Islandia recalca el colapso del sistema financiero, lo que ha obligado al Ejecutivo a intervenir la totalidad del sistema financiero y a pedir créditos al FMI.

En el otro lado ensalza el empuje de Oriente Medio, cuyos países, muy centrados en el crudo, han sabido diversificarse y subir en la clasificación de competitividad. De hecho, dos de ellos (Arabia Saudí y Emiratos Árabes) están incluidos entre las 30 economías más competitivas del mundo.

Sala i Martí también destaca la pérdida del primer puesto en la clasificación de EE UU en favor de Suiza, lo que achaca a la mejora del país helvético frente al deterioro norteamericano. "En EE UU se han unido el colapso del sector financiero, la inestabilidad macroeconómica y el deterioro de las cuentas públicas, en especial del déficit", señala.