España pierde el tren de Europa...

Cotizalia.- Europa sale de la recesión, pero España sigue atrapada. Mientras Francia y Alemania logran salir de la crisis, la economía patria continúa su travesía por el desierto. En el segundo trimestre del año el Producto Interior Bruto sufrió una contracción del 1% según las cifras publicadas hoy por el Instituto Nacional de Estadística. Aunque el dato muestra una ralentización en el ritmo de deterioro de la economía, lo cierto es que a España se le empieza a acabar aquello de ‘mal de muchos consuelo de tontos’ y en base al comportamiento del resto de indicadores macroeconómicos no parece que el fin de la recesión se encuentre en un futuro inmediato.

Europa comienza a mostrar signos de recuperación que hacen más visibles las debilidades de la economía española. Alemania creció entre abril y junio un 0,3%, mismo porcentaje que en Francia, lo que supone el primer incremento del PIB desde el primer trimestre del 2008. Pero no han sido los únicos, también Portugal está de enhorabuena y ha logrado registrar un PIB positivo en el segundo trimestre del año, pese a que en términos interanuales continúa cayendo un 3,7%.

Concretamente, en el caso de Francia el buen comportamiento trimestral se ha debido a un aumento de las exportaciones de los productos manufacturados, sobre todo procedentes del sector motor. También en Alemania la recuperación de la industria automovilística ha permitido batir las expectativas de los analistas, que auguraban un retroceso del 0,2% del PIB. Las ventas de coches crecieron en julio un 30% gracias al plan de incentivos directos. Además, en lo que va de año el incremento en las ventas de coches ha sido del 27% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

En España, en cambio, las perspectivas son menos optimistas. La economía seguirá contrayéndose, al menos en lo que resta de 2009, así se desprende de diversos informes publicados en los últimos días. De esta manera, el Servicios de Estudios de BBVA anticipa que en el tercer trimestre se observará un “menor ritmo de contracción”, aunque “la economía española seguirá cayendo en lo que queda de año”. Según la entidad, al cierre del ejercicio el PIB sufrirá una caída media del 3,5% como resultado del retroceso de todos los componentes de la demanda a excepción del consumo público y de la construcción no residencial.

Más pesimistas son las estimaciones de la Fundación de Cajas de Ahorros, que prevé una contracción de la economía del 3,8% para 2009 y del 1,2% en 2010. Además, espera que el empleo caiga este año un 6,5% y el paro se sitúe en el 18,3%, mientras que en 2010 la tasa media de desempleo se elevará al 21,1%.

Y es que la destrucción de empleo todavía tiene recorrido por delante. España se encuentra a la cabeza de la Unión Europea en cuanto a tasa de paro y todavía se desconocen los efectos que va a tener en este sentido la finalización del Plan de Inversión Local, que ha aliviado el problema en los últimos meses.

Además, el consumo sigue sin levantar el vuelo. Por ejemplo, las ventas de coches en el mes de julio cayeron un 10,9%. Si bien es verdad que el descenso se ha ralentizado considerablemente gracias a los planes puestos en marcha por el gobierno, el dato sigue siendo negativo frente al comportamiento de otros países de la Unión Europea.

Por no hablar de la industria, que acelera su desplome. Si se comparan las cifras sobre la capacidad productiva previstas para el tercer trimestre con los datos de hace un año ésta se ha hundido doce puntos porcentuales como consecuencia del mal comportamiento de los bienes de consumo, la inversión y los intermedios. De hecho, la producción industrial cae al 20,5% mientras que el indicador de confianza para este sector augura un desplome todavía del 34,1%.

A esto hay que sumar el deterioro que sigue sufriendo la construcción. Según el Banco de España, la inversión residencial “intensificó su debilidad” ante la posibilidad de mayores caídas en los precios, la incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento de la renta y que las condiciones de financiación “globalmente restrictivas” se van a mantener.

Por otro lado, según los datos manejados por la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordoñez, la inversión empresarial se volvió a contraer en el primer trimestre de 2009, lo que implica unas “perspectivas inciertas” entorno a la recuperación económica así como “unas expectativas de beneficios muy negativas”.

Con todo, está claro que aunque Europa comienza a ver la luz al final del túnel tras meses de vagar entre las sombras, los brotes verdes todavía no han comenzado a aflorar para España y los augurios de aquellos que aseguraban que a nuestro país le iba a costar más tiempo y esfuerzo salir del atolladero van tomando cuerpo.

Los datos publicados hoy por el INE empeoran en una décima las previsiones realizadas por el Banco de España en su boletín económico de los meses de julio y agosto.

La institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez estimaba que la economía española había moderado un punto su caída intertrimestral entre abril y junio, registrando un descenso del 0,9%, mientras que en tasa interanual habría ampliado el recorrido bajista que inició en la última parte de 2008, situando su contracción en el 4%.

De esta forma, la institución financiera aseguraba que los indicadores disponibles referidos al periodo abril-junio apuntaban a una "prolongación de las tendencias contractivas", aunque a un ritmo "más contenido" que en el primer trimestre, en un entorno caracterizado por cierta normalización de los mercados financieros y por unas condiciones externas menos severas.

En concreto, las previsiones del Banco de España apuntan a que la demanda nacional "acusó un nuevo recorte" entre abril y junio (-6%), mientras que la demanda exterior neta mostró un leve aumento, hasta aportar 2,4 puntos al incremento del PIB.

En este contexto, el Banco estima que el gasto de los hogares habría retrocedido de nuevo entre abril y junio, aunque se habría ralentizado el ritmo de descenso del consumo final, de modo que la tasa interanual podría situarse en el 4,6%.

Así, afirmaba en su boletín que las decisiones de consumo siguieron muy condicionadas por el "debilitamiento generalizado" de la renta disponible y la riqueza, aunque a lo largo del trimestre mejoró "sustancialmente" la confianza de los agentes.