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El grifo del crédito sigue cerrado y las necesidades de liquidez está llevando a numerosas compañías españolas a buscarse la vida para cubrirlas. Zinkia o Imginarium han recurrido a la bolsa. Su debut en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) les ha dado acceso a parte del capital necesario para afrontar sus planes de expansión. Otra empresa, Medcomtech, especializada en la distribución de prótesis quirúrgicas, también estudia esta vía para conseguir efectivo.
Las que ya cotizan en bolsa están recurriendo a diferentes vías. La banca, por ejemplo, se ha lanzado a emitir deuda antes de que empeore la percepción que los inversores tienen sobre España, y otras empresas empiezan a recurrir a la emisión de bonos convertibles. Es el caso de Abengoa y Pescanova.
La primera cerraba esta semana una emisión de 250 millones en bonos convertibles a siete años. Esta operación es la tercera de este tipo, ya que en 2009 realizó otras dos emisiones. En la primera colocó 250 millones en bonos senior al 6,9%.
Esta misma fórmula es la que está barajando Pescanova. La compañía, que el pasado mes de octubre decidía ampliar capital, busca ahora nuevas fuentes de financiación, y los bonos convertibles son la opción elegida, la más idónea, según los expertos para las empresas cotizadas que carecen de rating.
Pero, ¿qué son los convertibles?
Según explicaba Ignacio Rodríguez Añino de M&G en Cotizalia.com, Se trata de "bonos corporativos que dan al inversor la posibilidad de cambiarlos por acciones (“convertirlos”) de una compañía a un precio prefijado llamado precio de conversión, por lo que los bonos tienden a comportarse de un modo similar a la renta variable cuando el precio de la acción sube. Por el contrario, si el precio de la acción baja, los convertibles tienden a preservar su valor mejor que la renta variable pura".
Añino explicaba que este comportamiento asimétrico se debe a que los convertibles tienen un bono que actúa de “suelo” cuando la parte de renta variable del convertible vale cero. "Ese comportamiento similar a la renta variable en las subidas pero con la seguridad del bono en las bajadas hace que el perfil de rentabilidad riesgo de los convertibles sea muy atractivo si lo comparamos con la bolsa".
Los convertibles permiten a las compañías financiarse a un menor coste que con otro tipo de vías: la opción de conversión del bono en acciones abarata el tipo de interés que deben pagar las empresas. El caso de los bonos corporativos es algo más caro ya que tienen unos diferenciales de crédito mucho más altos que las medias históricas.
No obstante hay que tener en cuenta algunos aspectos a la hora de seleccionar los convertibles. Los expertos recomiendan evitar las compañías más sensibles al ciclo económico.
Tras sufrir con la crisis financiera, este tipo de productos vuelven a ser una de las opciones elegidas por las empresas para captar capital. Entonces, "muchos hedge-funds de arbitrajes de convertibles vieron cómo se les cerraban las líneas de crédito por los problemas de los bancos y se veían obligados a vender forzosamente sus posiciones lo que provocaba caídas en los precios", explicaba Añino. "Esas caídas provocaban nuevas tensiones en los hedge-funds que se veían obligados a vender a cualquier precio en el mercado para cubrir las líneas de crédito que exigían más garantías o el pago de la deuda por las caídas de los precios". Y así durante varios meses. Ese círculo vicioso duró prácticamente hasta el final de 2008. El año pasado supuso una vuelta a la normalidad de este tipo de emisiones, una normalidad que parece repetirse en los primeros compases de 2010.