Valentín Martínez-Otero: "El 'síndrome del miedo al paro' superará este año a la

lanacion.es.La vuelta de vacaciones puede convertirse en un verdadero trauma para algunos trabajadores. No es para menos si tenemos en cuenta que más de la mitad de los españoles sufre el conocido "estrés postvacacional". El Doctor en Psicología, experto en depresión y ansiedades, Valentín Martínez-Otero, revela que este año este síndrome se acentuará por el temor de muchos empleados a perder su puesto de trabajo al regreso de sus vacaciones.

- ¿Está clínicamente reconocida la llamada "depresión postvacacional"?

No, el síndrome postvacacional no tiene entidad clínica. Se trata, en general, de un malestar pasajero que se manifiesta durante unos días, a lo sumo un par de semanas, después de volver a la rutina, al trabajo o a la actividad escolar. Es cierto que en algunas personas puede durar más y ser más intenso. En esos casos, que precisan valoración profesional, podría revelar depresión u otro trastorno.

- ¿Qué síntomas supone este mal tan extendido entre los trabajadores españoles?

Es un malestar que puede verse acompañado, según los casos, de ansiedad, decaimiento, irritabilidad, etc., sin que por ello deba considerarse un trastorno propiamente dicho. Los indicadores de esta incomodidad se reparten por la vertiente psíquica y física: miedos de diversa índole, preocupación, tensión, pensamientos negativos asociados al trabajo, falta de energía, tristeza, malhumor, dolores de cabeza, dificultades para conciliar el sueño o interrupciones constantes del mismo, trastornos digestivos, etc.

- ¿Puede que esta "depresión" se agudice más este año por la inestabilidad laboral en la que se encuentran muchos trabajadores por la crisis y ante el temor de ser despedidos tras las vacaciones?

Puede incrementarse el síndrome postvacacional entre los que no han conseguido desconectar del trabajo durante las vacaciones por la mayor preocupación a perderlo. En rigor, cada vez más trabajadores experimentan lo que podríamos denominar "síndrome del miedo al paro", pues crece el número de personas abrumadas por el temor al desempleo. Muchas de estas molestias afectarán más que el llamado síndrome postvacacional.

- Consejos para que la vuelta al trabajo se haga menos dura...

Tomar conciencia de que, en la mayor parte de los casos, es algo pasajero, ya que no suele durar más de una o dos semanas; dosificar las fuerzas, porque el curso laboral es largo; favorecer unas condiciones laborales dignas. Es muy importante también establecer relaciones personales positivas, caracterizadas por la confianza y el respeto. Es positivo aprovechar el tiempo libre de cada día y de los fines de semana. También, desarrollar los propios proyectos, sentir que uno traza el propio rumbo, realizar actividad física moderada adaptada a las propias características, dieta equilibrada; regularizar los horarios y mantener una actitud mental positiva.

- ¿Se puede tratar con algún fármaco?

En principio, no es necesario, salvo que haya prescripción facultativa por algún otro problema clínico que justifique su administración.

- ¿Afecta más a los hombres que a las mujeres?

Afecta más a aquellas personas que durante su actividad habitual están sobrecargadas. En este sentido, cabe pensar que las mujeres que trabajan fuera y dentro del hogar lo experimentan en mayor cuantía. Con todo, no hay un perfil único. Afecta más a las personas ansiosas y que propenden a la depresión, y, por supuesto, a todos aquellos que están insatisfechos o inadaptados laboralmente.

-¿Sus síntomas pueden afectar también a los niños?

El síndrome postvacacional también afecta a los niños, particularmente a los inseguros, inhibidos, inestables, con baja autoestima, que están inadaptados escolarmente o que tienen malas relaciones con compañeros o profesores. También puede incrementarse cuando hay poca sensibilidad inclusiva en los Centros Escolares, o cuando se cambia de nivel, por ejemplo, del colegio al instituto, o del instituto a la Universidad. Hay que insistir en la necesidad de construir ambientes escolares acogedores, aptos para el aprendizaje y el desarrollo personal.