El servicio de mensajería líder se reafirma en su independencia de Facebook
WhatsApp tiene ya más de mil millones de usuarios. EL PAÍS VÍDEO / GUETTY
Han pasado dos años desde que Facebook compró WhatsApp, la aplicación de mensajería de mayor crecimiento mundial. Sus fundadores, Jan Koum y Brian Acton, son millonarios. Sin embargo, poco parecen haber cambiado las cosas. Ambos siguen al frente del programa que enterró los SMS. La sencillez ha sido la seña de identidad tanto del equipo como de la propia aplicación. Luchan para que así sea, porque lo consideran una de las claves de su éxito.
Aunque la curva de crecimiento no es tan pronunciada como aquella que enamoró a los inversores de Sequoia e incitó a abrir la chequera a Mark Zuckerberg en 2016, han superado los 1.000 millones de usuarios activos mensuales. Su última innovación han sido las llamadas de voz, al día se realizan 100 millones. El año que viene llegará la videollamada, algo que ya ofrecen Skype, Hangouts y Facetime, pero con la ventaja de integrarse en su interfaz y contar con la agenda.
Sin signos en el exterior
La sede de WhatsApp sigue en Mountain View, la misma localidad donde está Google, solo que escondidos dentro del centro. El edificio ya no pertenece a un fabricante de fundas para portátiles, pero siguen sin poner ni un solo signo que desde fuera indique a qué se dedican en la oficina.
La austeridad reina en las oficinas, y choca con la cantidad de atracciones que, a solo pocos kilómetros, tienen sus compañeros de Facebook con cafeterías cada pocos metros, platos de cualquier rincón del mundo y máquinas expendedoras con teclados, auriculares o cables gratis. La única concesión que se hace es a la hora de la comida. Desde que entran por la mañana los empleados comienzan con el intercambio de mails y la conversación: “¿Con quién vas a comer hoy?”. Ya no son apenas 40, sino más de 160 los trabajadores, pero WhatsApp sigue pagando la factura del almuerzo siempre que sean más de seis los miembros que comen juntos. Quieren así fomentar las conversaciones entre diferentes equipos, el conocimiento de proyectos y, en definitiva, un mejor ambiente de trabajo.
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